“Esto es una bala que no me mató, una herida que con el tiempo sanó y una cicatriz que estará para recordarme siempre lo que pasó”, refiere Elizabeth Cardoso al hablar de su proceso como paciente con cáncer de mama. En octubre del 2021 acudió a hacerse un estudio rutinario; en ese momento tenía 45 años, no padecía molestia o dolor en el pecho, pero la mastografía detectó un tumor cancerígeno atrás del pezón. Su pequeñez y su ubicación lo hacían imperceptible, pero ahí estaba.
“Ni siquiera tenía dolor, ni siquiera me sentí una bolita, ni siquiera tenía algo que me avisara, yo creo que nunca lo iba a sentir porque mi cáncer era pequeñito, como de dos centímetros, estaba justo detrás del pezón, entonces yo nunca iba a sentir esa bolita”, refiere.
El radiólogo la direccionó a hacerse una biopsia, para sacar tejidos de su seno y analizarlos. En ese momento, ella desconocía la terminología de esta enfermedad. Haber acudido a su mastografía de rutina permitió una detección temprana, pues estaba en etapa cero, casi llegando a la etapa uno.
“He aprendido con el tiempo que todos los cánceres tienen una denominación, el mío fue un cáncer ductal in situ, que está en los ductos mamarios que son los que nos sirven para alimentar a nuestros hijos. No había salido de los ductos, estaba encapsulado, no hizo metástasis en ningún órgano”, dijo.
Su tratamiento lo ha llevado en el IMSS, en Toluca, Estado de México, donde vivía hasta antes de mudarse a Querétaro. Aunque tenía el diagnóstico refiere que en el seguro social tardaron casi seis meses para llevar a cabo la mastectomía radical del seno derecho. A la complejidad de su tratamiento añade el desgaste que genera cada traslado entre ambos estados: cada mes o tres meses, conforme al requerimiento del oncólogo, debe viajar trayectos de hasta tres horas y media, lo que genera un desgaste físico y económico.
Al hablar del momento en que recibió el diagnóstico, relata que después de la mastografía la direccionaron con un oncólogo; ahí decidió que le extirparan el seno completo, debía tomar la decisión de forma inmediata, pues el esperar más tiempo podría conllevar que sus citas se retrasaran. Antes de la cirugía, ya dentro del quirófano, le dio gracias a su cuerpo, a su seno que la acompañó durante 45 años.
“Ya estando en la cirugía, antes de entrar a quirófano, pues es un shock porque no sabes a qué vas a entrar. Le di gracias a mi cuerpo, a mi seno, por estar 45 años conmigo, por haber alimentado a mis hijos, por haberme hecho sentir bonita, por hacerme sentir bella, mujer. Me despedí de él. Cuando termina la cirugía pues lo primero que quieres es saber cómo te ves, pero no tienes el valor”, recuerda aquel día de junio del 2022.
En agosto del mismo año ingresó a cirugía para retirar ganglios y en marzo del 2023 le extirparon la matriz; fueron cirugías complejas que, comparte, trastocaron su autoestima y alteraron su cuerpo.
Tras la mastectomía radical del seno derecho, inició un tratamiento que tomará cinco años; debido al tipo de cáncer y a la etapa en que fue diagnosticada, explica, no recibió radioterapias y quimioterapias.
Respecto a los servicios de salud pública, Elizabeth les pide que los tiempos de atención sean más reducidos, que los pacientes no tengan que esperar tanto tiempo para los procedimientos y también que tengan los medicamentos a usar.
“En el Seguro Social eres un número más, pero yo estoy aquí, puedo decir que la seguridad social -con sus limitantes y todo- nos da el apoyo, nos saca adelante”, explica.
Con fortuna, comparte, en Querétaro encontró al Consejo de Mujeres Unidas Contra el Cáncer de Mama (Muccam), una asociación de la que forma parte y que ha fungido como uno de sus soportes psicológicos para cursar este proceso.
“Aquí en Querétaro encontré Muccam, el grupo fue el que me levantó emocionalmente porque es depresión, dolor, incertidumbre, no sabe por qué o para qué, pero esa ayuda emocional es muy importante, necesitas el apoyo de la familia, mi marido que está a mi lado todo el tiempo. Ese grupo fue el que me levantó de la cama literalmente… ellas nos apoyan también con las prótesis externas de silicona que son muy caras y nos las donan, eso también es una ayuda muy importante”.
El mensaje de Elizabeth es realizarse estudios rutinarios para hacer detecciones tempranas, así como a no esperar a cumplir los 40 años para hacer el primer estudio.
“Le digo a todas las mujeres que se toquen, que se exploren, el cáncer no necesariamente tiene que ser hereditario, puede surgir en cualquier momento, a cualquier edad, no necesitas antecedentes. Cuídate para que no te toque el cáncer, explórate para que no seas una más de las estadísticas”.