Arturo León Aboytes señala que el fenómeno Ovni se puede prestar a mucho al engaño y que no siempre el investigador más famoso es el más verídico.

“Siempre hay una gran dosis de misterio, no solo en el tema de los Ovnis, pero también hay una gran dosis de mercadotecnia. Con las redes sociales, con los creadores de contenido esto se ha potencializando que me atrevería a decir, hasta cierto punto desvirtuado este fenómeno”, sostiene.

En el Día Mundial de los Ovnis, recordando el incidente Roswell, cuando en 1947 en esa población de Nuevo México se estrellara un platillo volador, de acuerdo a los especialistas, Arturo recuerda que en México se tuvo un caso similar, cuando en Coyame, Chihuahua, presuntamente se estrelló un Ovni que fue recuperado y entregado a militares estadounidenses. Ese día, de manera espontánea, nacería el mito de los Objetos Voladores No Identificados (Ovnis), o como suelen ser llamados ahora, FANI (Fenómeno Anómalo No Identificado).

Periodista de profesión, León Aboytes recuerda que Roswell no fue el primer caso del que se tenga registro a mediados del siglo pasado. Antes, el 24 de junio de 1947, el piloto aviador, Keneth Arnold, sobre el monte Rainier, en el estado de Washington, reportó ver nueve objetos luminosos volando en formación y que describió como platillos voladores, concepto que quedó en el imaginario colectivo desde entonces.

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Señala que por cuestiones de la vida se interesó en el fenómeno Ovni. Recuerda que en 2004, siendo reportero de nota roja, llegó el reporte de una avioneta que había caído en la Sierra Gorda, en la comunidad de Río Blanco, en Peñamiller. En su momento, se decía que tenía las características de las aeronaves que se usan para el trasiego de narcóticos. Eso, para la nota roja, era un hecho que se tenía que verificar y reportear.

“Nos desplazamos a Río Blanco y nosotros pensábamos que se había siniestrado en uno de los cerros, pero no. Este objeto estaba sobre el cerro. Ahí ya estaba Protección Civil, Policía Municipal. Este objeto era color rojo con violeta. Las personas de Seguridad Pública que estaban ahí traían sus binoculares y me los prestaron para ver este objeto, y lo que pude observar que este objeto era una esfera y dentro tenía tres esferas más pequeñas que giraban”, abunda.

Luego, este objeto se internó rumbo a Pinal de Amoles, sin que se supiera qué había sido. Arturo dio seguimiento a la información y entrevistó a regidores, a un síndico y al comandante de Seguridad Pública Municipal de aquel entonces. Ellos también estaban desconcertados. Los policías que tomaron el reporte en primera instancia apuntaron en su bitácora que había sido un objeto volador no identificado, y no le encontraron ninguna explicación.

Agrega que el secretario de Seguridad Pública municipal de aquel entonces le extiende un documento oficial, en donde le reporta al alcalde lo que sucedió. Esa parte le llamó la atención, pues el avistamiento tuvo testimonios de pilotos comerciales y militares, controladores aéreos, especialistas en aeronáutica, y especialistas en varias ramas de la ciencia.

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“Tal vez el 98% de lo que circula es falso o enfocado a la mercadotecnia y todo lo que envuelve al fenómeno ovni”, precisa. Siempre hay una gran dosis de morbo en los temas de misterio, no sólamente en el tema de los Ovnis, y también hay una gran dosis de mercadotecnia. Incluso, el tema se usa para fines comerciales. Es un cóctel de información que nutrido en redes sociales, que en cierto punto que se ha desvirtuado.

Agrega que en los noventa, programas como Y usted qué opina, con Nino Canún, dieron espacio al tema, pero porque los medios de comunicación se abrieron, aunque antes México ya era punta de lanza en la ufología.

“Se llegó a tal grado de comercialización y manipulación de estos temas que a veces caen en lo risible y lo poco ético. Entiendo a las personas que tienen programas de televisión o radio que tienen que mantener una audiencia, y están en una línea entre que sí y que no, y la fantasía y lo que se investiga, hacen una mezcla y eso detona aún más la curiosidad de las personas”, destaca.

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Ahora, incluso se habla de turismo ufológico. De hecho, en Querétaro la Peña de Bernal es uno de estos sitios visitados por los creyentes. El tema involucra a muchas áreas, pues es sociológico, psicológico, religioso, político, Incluso Donald Trump lo usó en su campaña.

Sobre la pregunta de por qué no se manifiestan abiertamente estos visitantes del espacio, Arturo dice que la sencilla razón de que la humanidad es una especie conflictiva: “somos un caos, tanto políticamente, anteponemos el interés económico a las necesidades básicas del ser humano. Tenemos que mejorar mucho en nuestro entorno, con nuestra casa, el planeta Tierra”.

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