Querétaro, Qro.

No a todos les tocó entrar de la misma manera a esta nueva normalidad, dice Alejandro Mendoza Rodríguez, de Grupo Menro Desarrollo Inmobiliario, empresa que ofrece wifi gratuito a estudiantes que no cuenten con internet o computadora en casa y que lo requieran para sus tareas o clases en línea.

Afuera de las oficinas de la empresa, una cartulina anuncia la solidaridad de los dueños, quienes abren sus puertas a quienes necesiten internet para estudiar durante estos meses, en los cuales, por la pandemia del Covid-19, las escuelas permanecen cerradas y los estudiantes tienen que tomar clases a distancia, algo que muchos no pueden por falta de acceso a internet.

En el interior de la empresa se observa la sana distancia. Los empleados que acuden en estos días a trabajar de manera presencial ocupan oficinas separadas y llevan cubrebocas. Para entrar, hay que limpiar los zapatos en los tapetes sanitizantes y las manos con gel antibacterial.

En un costado se dispusieron computadoras para aquellos niños y jóvenes que necesiten usar el equipo para sus tareas o clases a distancia. Tienen una separación entre ellas. Los estudiantes también pueden llevar sus laptop si así lo quieren y poder usar el internet que Alejandro ofrece a los jóvenes.

Con la nueva modalidad de clases a distancia no todas las personas cuentan con internet en sus casas y es complicado que niños y jóvenes puedan tomar sus clases y hacer tareas.

Por ello, esta empresa, ubicada en la calle de Madero, a media cuadra de avenida Tecnológico, ofrece sus instalaciones para quienes lo necesiten.

“Es algo que a nosotros no nos cuesta brindar. Es un favor o una ayuda, porque al final de cuentas el futuro de México son los niños”, apunta.

El sitio está bien iluminado y ventilado. Las ventanas son grandes y dejan pasar la luz del día con facilidad. Además, al abrirlas, permiten la libre circulación del aire. Es un lugar adecuado para trabajar o estudiar en un espacio que garantiza la sanidad.

En estos tiempos de crisis sanitaria y económica, las muestras de solidaridad se dan en muchos lugares. En el caso de esta empresa ofrecer su conexión a internet es su manera de ayudar a quienes así lo necesitan, “algo de bajo costo, pero de gran impacto”.

La juventud del equipo de trabajo de la empresa ayuda a crear más empatía con lo que pasan miles de estudiantes que tienen que adaptarse a la nueva normalidad y sus formas de aprender, de estudiar y de acercarse a los conocimientos.

“Tenemos escritorios que no usamos. Ahorita no tenemos mucho personal en la oficina y se da la disposición de que si alguien necesita en verdad el servicio de internet, [entonces que] pueda venir a usarlo de una manera responsable”, precisa.

Alejandro explica que la empresa tiene tres años de haberse conformado y que al igual que él muchos de los empleados son jóvenes, incluso algunos aún están en los últimos semestres de sus carreras universitarias, por lo que, afirma, saben y entienden muy bien las dificultades que representan para los estudiantes adaptarse a estos nuevos tiempos de pandemia, de riesgo por estar en un salón de clases.

La iniciativa la comenzaron hace dos semanas. El horario en el cual pueden acudir los interesados es de 9:00 a 17:00 horas, de lunes a viernes.

Alejandro explica que para conservar la sana distancia y evitar la concentración de personas, sólo pueden recibir a dos personas a la vez. De hecho, en el cartel que colocaron en la puerta de la empresa, se señala que sólo se aceptará a dos personas.

“Nosotros actuamos de manera responsable. Nos certificamos ante el IMSS. Es una oficina certificada, tenemos nuestros sellos en puerta, y a quienes vienen se les pide cubrebocas”, abunda.

Como muchas empresas, la de Alejandro tuvo que adaptarse a los nuevos tiempos. La mitad del personal trabaja a distancia, haciendo home office, mientras que otros trabajan de manera presencial en sus instalaciones.

La empresa opera desde hace cuatro año. Su plantilla laboral está compuesta principalmente de jóvenes, como una chica, quien, sin dar su nombre, explica que aún está estudiando la universidad y que resulta complicado adaptarse a la nueva modalidad a distancia, pues no se aprende de la misma manera que teniendo clases presenciales.

Agrega que supone que para otros niveles escolares también debe ser difícil.

Alejandro precisa que la ventaja de tener en su mayoría a jóvenes son las ideas frescas que pueden aportar, además de una visión diferente de todo lo que sucede a su alrededor.

“Traen innovación, traen otras herramientas que quienes ya están y nos da la oportunidad de poderlas mezclar. Traen la energía de querer trabajar y de querer aprender”, sostiene.

Como empresa, dice, se deben adaptar a las nuevas condiciones que impone la nueva normalidad y la emergencia sanitaria, para poder seguir adelante.

En su caso, como empresa constructora, no siempre se puede tener a los empleados en home office, pues no se pueden adaptar 100% a esa modalidad.

Esta situación, manifiesta, derivará, en el futuro cercano, en que los jóvenes, aquellos a quienes ahora les brindan ayuda, lleguen al mercado laboral con otras experiencias y otras maneras de hacer el trabajo, lo que, afirma, ayudará a la empresa y al sector a actualizarse.

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