El break dance ha unido a Iván Luna y Salvador Rojas, mejor conocidos como Moon Rock y El Pantera. Sobre avenida Constituyentes, en el cruce con avenida Pasteur, los artistas urbanos intercambian pasos de breaking. Previo a comenzar una jornada, realizan ejercicios de calentamiento, cada uno a su manera, cada uno de acuerdo con sus áreas de especialización.

El semáforo marca el alto a los autos que circulan sobre Constituyentes, entonces se frotan las manos, se colocan a un costado del paso peatonal y desde ahí comienzan la danza.

Una bocina, de poco menos de cuarenta centímetros de altura ameniza la disciplina que desde hace algunos años ha marcado la vida de ambos.

Iván —Moon Rock o también conocido como Luna— tiene 25 años, desde 2016 se adentró en el break dance, pero desde 2018 comenzó a exponer su baile en cruceros viales; las propinas que obtiene, tras ofrecer su espectáculo, han abonado a continuar con su carrera en Ingeniería industrial, la cual cursa a distancia en el Instituto Tecnológico de Pachuca.

Él es originario de Querétaro, pero por un tiempo radicó en Pachuca, Hidalgo, donde conoció a sus primeros compañeros de disciplina. Desde hace casi siete años comenzó a entrenar y forjar el nivel de baile y experiencia que muestra actualmente.

Break dance callejero en Querétaro: una manera de ganarse la vida, alejarse de vicios y del sobrepeso
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“Llevo tres años viviendo del semáforo, empecé en 2018, un año antes de la pandemia, es lo que me ha apoyado porque estudio la universidad, Ingeniería industrial. Y el baile es lo que ha pagado mis estudios, mi comida, vivo con mi pareja y nos apoya en el sustento (…) Soy de aquí, pero se me dio la oportunidad de estudiar allá la universidad, voy en el noveno semestre. Si Dios quiere, el próximo año ya soy ingeniero, la verdad es que mi carrera me la ha pagado el break dance”.

Esta danza no se ha convertido sólo en un sustento económico para Iván, también representó una oportunidad para cambiar hábitos de vida y de alimentación. Previo a adentrarse en el break dance, su peso rondaba los 85 kilos, complexión que cambió al conocer esta disciplina.

“Para mí es lo mejor, lo que más me encanta es bailar, más que ganar una moneda, también buscamos sacar una sonrisa y alegrar el día a la gente, es muy bonito cuando la gente se acerca a nosotros y nos dicen: ¡Wow!”.

Dibujar una sonrisa en el rostro de los espectadores, generar asombro ante la dificultad del baile, son algunas de las satisfacciones que más disfruta.

“El baile me ha ayudado bastante, tanto en salud como en el físico, es una forma también de desestresarme y salir de los vicios, porque a pesar de ser algo callejero, si uno está metido en los vicios nunca subes tu nivel”.

Al hablar de break dance, su rostro entreteje sonrisas, sus palabras denotan entusiasmo. Mientras tanto, cuando comienza a parpadear la luz verde del semáforo, alista sus pasos y camina hacia el frente de los vehículos.

Desde hace 25 años, Salvador Rojas —conocido como El Pantera— hizo del baile y del arte urbano una forma de vida.

Relata que vive en Querétaro desde hace un año, cuando transitaba de paso por la entidad, en dirección a Puerto Vallarta, Jalisco, a donde se dirigía en busca de escenarios para mostrar su baile. Trabajar en los pasos vehiculares ha sido una forma de exponer su trabajo y de contar con un sustento económico.

Después de mostrar sus pasos de break dance, refiere que es satisfactorio generar asombro en los espectadores —automovilistas o peatones—, además de abonar a que la gente se olvide por un momento de sus problemas y encuentre entretenimiento en los cerca de 60 segundos de espectáculo.

Salvador también es parte de la presentación Código Sagrado, un evento que conjuga la cultura urbana a través de funciones de break dance, electro, hip-hop y animación. Por ello, invita a acudir este 8 y 9 de febrero, a las 18:00 horas, al Museo de la Ciudad.

Tras una breve pausa, Moon Rock y El Pantera continúan con su jornada: a un costado del paso peatonal comienzan a bailar, primero de manera coordinada, amalgamando con exactitud los pasos de ambos; después, con una presentación individual concluyen su espectáculo.

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