El grupo de jóvenes entra al Museo de Artrópodos y Arácnidos, iniciativa creada por un grupo de egresados de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) que buscan crear conciencia sobre la importancia de “los bichos” en el ecosistema.

Los jóvenes ingresan al museo. Fueron mandados por una de sus maestras de la escuela. Son recibidos por Brenda Pamela Martínez Lugo, bióloga egresada de la UAQ, quien guía a los tres chicos por el pequeño museo, creado a iniciativa de los jóvenes egresados. Brenda, mujer joven de tez morena y cabello negro y largo, parece, por su juventud, una estudiante más.

Dice que el Museo de Artrópodos y Arácnidos abrió sus puertas apenas a inicios de 2019. Explica que están asociados a la UAQ, como una empresa emprendedora, aunque no dependen en nada con la máxima casa de estudios del estado, pero destaca Brenda, es una iniciativa de los jóvenes biólogos.

“Como su nombre lo dice, el Museo de Artrópodos y Arácnidos lo que busca es enseñarle a las personas un poco más de sobre este grupo (de animales) que abarca los insectos, crustáceos y los miriápodos, así como los arácnidos, que son nuestro principal objetivo.

“Lo que buscamos enseñarle a las personas que nos visitan, es informar un poco sobre estos grupos y la importancia que tienen en el medio ambiente”, indica.

Explica que los insectos, artrópodos y arácnidos representan una gran importancia en el entorno y los ecosistemas. Pone como ejemplo las abejas, que sin su existencia no habría polinización, sin la cual no habría frutas, ni flores. Siendo una especie esencial para la vida.

También comenta que las moscas, que muchas personas ven como molestas, ayudan a degradar la materia orgánica, al igual que las cucarachas, otra especie con una gran cantidad de detractores.

Las tarántulas, apunta, ayudan a controlar la población de otras especies de insectos. “Todos tienen un rol ecológico importante, y aquí buscamos enseñarles eso, que no son insectos que nos molestan, sino que todos tienen un papel ecológico”, enfatiza. Comenta que las reacciones son diversas. Van desde la fascinación por estas especies que maravillan a más de uno, a la aversión y temor, aunque esa es una reacción inicial, pues cuando salen del museo su concepción de los insectos y arácnidos es totalmente diferente, porque aprendieron cosas de estas especies animales con quienes los humanos comparten la tierra.

Los visitantes entienden el porqué de cada una de las especies, y es lo que buscan con este museo, que la gente valore a insectos y arácnidos, para que los cuide y no los mate al verlos.

“Una de las funciones de las hormigas es crear galerías en el subsuelo, que permiten circular aire en el suelo, recolectan materia orgánica, además de una organización que les permite generar colonias numerosas. Son animales impresionantes”, abunda.

La plantilla laboral es de cuatro personas, biólogos de profesión que educan a las personas con este trabajo.

Agrega que una de las razones de ser de este espacio es enseñar a la gente la diversidad natural, pues si no se conoce es complicado conservar esa riqueza. “Para conservar es necesario educar, y una manera de educar es esto, que es una pequeña muestra de lo que tenemos a nuestro alrededor, y muchas veces, aunque vayamos pasando por la calle es difícil observar y aquí es un lugar donde podemos aterrizar eso. Podemos enseñarle tanto a personas adultas como a niños”.

En el museo también se encuentra Ricardo Ortega Meléndez, biólogo entomólogo de profesión y fundador del sitio. También es muy joven. Dice que la creación de este museo fue interesante, pues a los tres biólogos les interesa esta parte de su rama de estudio, los insectos.

“La parte de enseñarle a las personas nos interesa. Hay muchos mitos, hay muchas creencias que la gente tiene de los insectos, acerca de los arácnidos. A veces no tienen esta oportunidad de saber del bicho que vieron, del insecto que vieron.

Nosotros teníamos algunos insectos, y pensamos en poner un museo, donde la gente pueda saber un poquito más acerca de los insectos”.

Explica que los ejemplares vivos, que incluyen tarántulas, arañas, escorpiones y cucarachas, los consiguen en Unidades de Manejo Ambiental (UMA), que es un lugar autorizado.

Ricardo cree que la razón del miedo que siente mucha gente por los insectos y arácnidos es por desconocimiento, a pesar de que muchos de los huéspedes del museo están presentes en las casas queretanas, pero no saben si pican, si muerden o son peligrosos, cuando muchas veces la mayoría de los insectos y arácnidos no representan un riesgo para los humanos.

La ignorancia de no saber qué especie de animal es provoca que la gente los mate, cuando muchas veces son especies benéficas para los humanos, como las arañas, que terminan a otras especies de insectos.

Agrega que sí, hay especies de arácnidos peligrosos, como las arañas viuda negra, la violinista y los escorpiones, del género centuroides, que son de importancia médica.

Aunque los síntomas y efectos son variados en cada persona, pero lo primero que se debe de hacer es acudir al médico por el antídoto.

Pero sobre todo, hay que conocer a las especies y respetarlas, además de protegerlas, porque ningún animal ataca por maldad.

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