Toulouse, Francia.-

En octubre del 2019 Luz María Lepe Lira, docente e investigadora de la Facultad de Filosofía de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), llegó a Francia para trabajar en un proyecto de doble titulación con la Universidad de Toulouse. A la fecha, sigue en la ciudad de Toulouse y vive la cuarentena en un departamento del barrio Carmes, de donde no se puede mover más allá de un kilómetro, tiene permiso para salir a comprar artículos de primera necesidad y una hora al día para salir a hacer ejercicio.

La residencia la realiza con apoyo de una beca del Conacyt, misma que finaliza el 30 de abril y su vuelo de regreso a México está programado para el 19 de mayo. “La preocupación que tengo es, si realmente voy a poder viajar el 19 de mayo, hasta ahora el vuelo está confirmado, pero las aerolíneas están mandado correos e invitando a que pospongamos los vuelos. Yo espero que sí pueda regresar en esas fechas, aunque me va a tocar regresar cuando esté la problemática en auge allá en México, pero ojalá que sí pueda irme, y si no, es algo que no puedo controlar y no va a depender de mí”, dice Luz María en entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro.

Aislamiento. Queretana sobrelleva el confinamiento en Francia
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La queretana viajó hasta Toulouse, Francia, para trabajar en un proyecto que permitirá a los estudiantes de la maestría de Estudios Amerindios y de Educación Bilingüe, de la UAQ, realizar un semestre en Francia y obtener un doble diploma de titulación con el máster del Instituto de Estudios Pluridisciplinarios de Estudios de las Américas en Toulouse.

Por ahora, durante Semana Santa, suspendieron el trabajo, pero desde que inició la cuarentena, han continuado sus actividades a través de internet.

“Suspendimos trabajo el 17 de marzo y todo se fue a la virtualidad, como en todo mundo, y aquí los franceses son súper ordenados y disciplinados, he tenido reuniones virtuales con la oficina de Relaciones Internacionales, [menos] en Semana Santa, pero el trabajo continúa, ya se han hecho varios documentos y la revisión de materias ya la tenemos, vamos bien”.

Conforme avanzó la cuarentena, las restricciones fueron cambiando, principalmente la movilidad. Hoy, para poder salir, tienen que llenar un formulario que testifique nombre, fecha de nacimiento, nacionalidad, dirección y motivo de salida, sólo se permite ir comprar artículos de primera necesidad, ir a la farmacia o al médico, ir a cuidar a una persona enferma o de la tercera edad y salir una hora al día para realizar alguna actividad física.

“Estos motivos los fueron ajustando conforme fueron pasando las semanas, y el 23 de marzo hicieron un nuevo decreto donde dicen que sólo se pueden mover máximo un kilómetro de donde vives. Yo salgo una vez a la semana a hacer mis compras, no tengo un día en específico voy cuando lo necesito, y siempre llevo el formulario que yo hago por escrito, uno para cada día, y como extranjera me llevo mi pasaporte y mi visa de Estados Unidos, y como sólo se puede salir a hacer ejercicio una hora al día, voy por las tardes a correr, aprovechando que el clima es precioso aquí”.

Desde su departamento, Luz María se mantiene tranquila con la vista que le permiten dos grandes ventanas, la cercanía del río La Garonne y su apego a la escritura, su gran salvación en estos días de aislamiento social.

Aislamiento. Queretana sobrelleva el confinamiento en Francia
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“El piso donde estoy se ubica en un barrio antiguo que está muy cerca del centro y, por suerte, tengo dos ventanas súper grandes que me alían con la vida, quién sabe qué haría si no tuviera esas ventanas porque me salvan de todo, vivo muy cerca del río, es un río que cruza la ciudad y está tan cerca que las gaviotas y patos, ahora que no hay gente, llegan hasta la chimenea de la iglesia que está atrás. Sí, la naturaleza está en las calles. El río que es un espacio donde se reúnen mucha gente, van muchos estudiantes, pero obvio ahora no se puede hacer nada”, platica.

De esta problemática a nivel mundial, Luz María dice que hay que aprender de la unión, la persistencia y la fragilidad humana. “Es la fragilidad humana lo que nos va unir a todos, porque todos los seres humanos se pueden enfermar no importa si tienen mucho dinero, si son empresarios, no importa quién seas, te pueda pasar, eso refiere a que es algo muy humano y que nos va a quedar a todos aprender desde las diferencias abismales que tenemos, lo que no sé es cómo se va a resolver, siento que es el sentimiento que tenemos todo, ¿cómo los vamos a resolver en medio de las condiciones de vida tan diferentes que tenemos?”, cuestiona mientras recuerda que al inicio de la entrevista dijo: “no quiero sonar fatalista”. Y agrega: “Sí, no quiero ser fatalista, pero es el tinte que tiene todo, aún así quiero pensar que pasará, espero pronto”.

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