Las delicadas manos de Albina doblan con cuidado un trozo de papel de china, toma el material y le agrega unas gotas de pegamento, poco a poco forma pequeños gallitos para decorar una piñata de siete picos, el espíritu navideño ya se siente en el Asilo San Sebastián, donde los abuelos junto con ciudadanos y estudiantes, elaboran piñatas para venderlas y que los recursos sean donados para la casa de retiro.

La iniciativa surgió de Susana Chávez y un grupo de amigos, quienes visitan con frecuencia el asilo para convivir con los abuelos. El grupo de voluntarios recuerda que hace más de 30 años, elaborar piñatas era una de las tradiciones decembrinas más arraigadas en el San Sebastián, por lo que este año decidieron retomar dicha costumbre.

“Somos un grupo de amigos que venimos con mucha frecuencia al asilo, conocemos a todos los abuelos, tenemos un gran vínculo con ellos; entonces pensando en qué podíamos hacer junto con ellos para estas fechas, se nos ocurrió la elaboración de piñatas, porque además uno de nuestros compañeros recuerda con mucho cariño cómo hace más de 30 años se acostumbraba a hacer piñatas aquí en el asilo, decidimos animarnos; es la primera vez después de muchos años que se retoma la tradición para poder recaudar fondos para la casa”.

Además de llenar de vida el lugar, con la presencia de estudiantes y ciudadanos voluntarios, la elaboración de piñatas es una excelente terapia ocupacional para los residentes de San Sebastián, quienes rompen su rutina y ayudan entusiasmados a la actividad.

En grupos de dos a cuatro personas, los abuelos se organizan para apoyar con las tareas, salen al patio y no pierden tiempo, se concentran en doblar y pegar retazos de papel mientras platican algunas anécdotas con las personas que trabajan en la misma mesa. La actividad usualmente dura un par de horas, aunque a veces las jornadas se extienden.

“A los abuelos les encanta salir al patio y trabajar con nosotros, es una excelente terapia ocupacional para ellos, en primer lugar porque conviven con otras personas, con los jóvenes por ejemplo que vienen a hacer su servicio social al asilo y nos ayudan con todas estas actividades, son manualidades que los ayudan a mantenerse activos, incluso muchos de ellos recuerdan sus ‘navidades’ de la niñez, por donde lo veas es una gran actividad, además sí nos ayudan mucho, su trabajo es muy importante”, dice.

Las piñatas son principalmente elaboradas por los voluntarios, mientras los adultos mayores se encargan de tareas menores como los detalles para decorar. Algunos abuelos se sienten tan contentos con su actividad de manualidades que ni siquiera se acuerdan de desayunar, piden que les lleven su comida hasta la mesa donde trabajan con los voluntarios.

Las piñatas fabricadas en el asilo están a la venta al público en general, los interesados deben acudir al asilo para realizar sus pedidos. Tienen un costo de 150 y 250 pesos dependiendo del tamaño de la piñata.

Los recursos recaudados se donarán directamente al Asilo San Sebastián, donde los abuelos disfrutarán el resultado de su trabajo. Para facilitar su tarea sólo se elaboran piñatas tradicionales, es decir, de siete picos.

“Pensamos en hacer algo más simple para que los abuelos puedan ayudarnos, por eso optamos por la piñata de siete picos; los abuelos nos ayudan con los gallitos para decorarlas; si hacíamos piñatas de otras formas sería más difícil para ellos y lo que queremos es que se relajen y disfruten esto. Todas las piñatas se piden y se entregan en el asilo, aquí mismo se hacen los pagos, nosotros somos voluntarios no tenemos ningún tipo de pago”, explica.

Las personas interesadas en apoyar dicha actividad, también pueden hacerlo donando el material necesario para la elaboración de las piñatas o sumarse como voluntario, pues la respuesta de la gente ha sido tan buena, que ya se tienen más de 120 pedidos para realizar y entregar antes del 14 de diciembre.

“Hay muchas formas de apoyar esta causa, una de ellas es donando material, necesitamos papel metálico de color azul y verde, papel de china de cualquier color, también cinta adhesiva, con un generoso donativo logramos comprar los primeros materiales para comenzar a trabajar, pero afortunadamente la respuesta ha sido tanta que el material que compramos ya no será suficiente; entonces si alguien quiere apoyar, que venga aquí al asilo y done material.

“La otra forma es sumarse como voluntario, necesitamos muchas manos, tenemos más de 120 pedidos que tenemos que entregar y aunque trabajamos muchas horas al día no es suficiente, si alguien quiere apoyarnos con horas de trabajo sería de mucha ayuda, de igual forma pueden venir aquí al asilo para anotarlos como voluntarios, sólo para llevar un registro” mencionó.

Los habitantes del asilo y voluntarios trabajan todos los días en fabricar nuevas piñatas, seguirán así hasta el día 23 de diciembre, fecha en la que planean entregar la última piñata.

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