Querétaro, Qro.

Los tres adultos mayores (dos mujeres y un hombre) sonríen cuando ven a los dos visitantes que entran al lugar. Son pocas las personas las que acuden al asilo San Sebastián desde marzo pasado, cuando la emergencia sanitaria por el Covid-19 obligó a cerrar casas de adultos mayores, por ser población de riesgo, lo que además pasa factura al lugar.

A los residentes pega el tema de la soledad; y en cuanto a los administradores, ha golpeado en lo económico, pues tuvieron que cancelar actividades como Tomando café o el ajedrez, que les ingresaban recursos.

El asilo San Sebastián se ha convertido en un santuario para sus habitantes. No se han presentado casos relacionados con el Covid-19 al interior, explica el padre Gabriel Álvarez, director del asilo, que alberga a poco más de 40 adultos mayores.

Para ingresar, las medidas sanitarias son más estrictas. Quienes desean entrar al recinto deben pasar por desinfección. Una empleada aplica líquido sanitizante en las ropas y calzado de los visitantes. Luego, se pasa por un tapete, es obligatoria la aplicación de gel antibacterial y la toma de temperatura.

Dice que se han cancelado las visitas de los familiares, “porque los familiares vendrán de la calle, vienen de otros ambientes y podrían ser foco de infección para los abuelos. Por eso no permitimos ingresos. Hemos cancelado visitas y eventos”, afirma.

Al interior del asilo, decorado con motivos navideños, con dos árboles cuyas esferas muestran los rostros de los adultos mayores y los trabajadores alegran la vista. Esta Navidad será un tanto diferente, pues no se permitirán las visitas a los moradores.

El padre Gabriel explica que en Navidad y año nuevo los adultos mayores tienen varias actividades: misas, comidas, juegos, actividades, ejercicios e intercambio de regalos.

“Diciembre no implica tanto problema para nosotros, a menos que sea por el frío que puede ser un peligro para ellos. Pero siempre programamos más actividades para enero: más visitas, más regalos, porque en enero y febrero, cuando ya pasaron las fiestas, los encuentros, ellos ya no tienen muchas esperanzas, muchas ilusiones. En enero, porque ya pasaron las fiestas, ya pasaron las reuniones, en parte ya pasaron sus ilusiones y bajan las defensas y se disponen más a abandonar la vida o sentirse más deprimidos en esos meses”, abunda.

El interior de asilo es silencioso. Un aire fresco se siente entre sus altos muros.

En un pasillo descansan dos mujeres y un hombre mayores. Sonríen e invitan a acercarse. Los visitantes son la extensión de “nuestros brazos”, dice el padre Gabriel, quien explica que recibir personas siempre es motivante para los adultos mayores.

Al fondo del pasillo, pasando un patio, se aprecia la capilla del asilo, también decorada con motivos navideños. El Sol ilumina el lugar y a una mujer mayor que camina rumbo a la capilla.

Suena el timbre. Son empleados de una empresa que llevan un donativo al asilo.

Las bolsas tienen etiquetas de ropa y son colocadas pasando la recepción, pero antes de la puerta de acceso, ahí hay una reja con cristal que separa el interior del recinto.

El padre Gabriel explica que dentro del asilo los adultos mayores tienen diversas actividades para ocupar el tiempo, como sesiones de ejercicio ligeros, al igual que dinámicas que se llevan a cabo para mantenerlos ocupados.

La falta de visitas afecta a los mayores, pues recibir a personas, como los miércoles de café, era un aliciente para ellos, se sentían contentos. Esto cambió por la pandemia, además de que afecta los ingresos mismos de asilo.

“Los miércoles de café servían para comprar la verdura de toda la semana, entonces es algo extraordinario. Era una parte de los eventos que manejábamos con más cuidado, con más atención, porque nos procuraba ingresos”, indica.

Este año, los adultos mayores tampoco pudieron vender las piñatas que elaboran, campaña que hace un año fue un éxito y un ingreso importante, esto a través del pago que hacen los familiares de los mayores, aunque son una minoría los que lo hacen.

Los principales gastos que hacen son la comida para los abuelitos, así como los pañales que necesitan algunos de ellos. Además, en enero y febrero deben de pagar el impuesto predial. Añade que tienen bienhechores que les ayudan solventar los gastos.

Ayuda a un adulto mayor

“En este tiempo lanzamos la campaña 50x50. Se trata de que una persona nos puede ayudar depositando 50 pesos. También nos puede ayudar mucho más cuando en su círculo de familia y de amigos puede conseguir 50 personas que donen 50 pesos.

“Es una cantidad que no es tan gravosa para el bolsillo de una persona, entonces nos ayuda donando 50 pesos o siendo promotores de esta campaña”, abunda el padre.

La campaña inició la semana pasada, y se pueden hacer depósitos directamente en sucursal bancaria.

“Ha sido difícil solventar los gastos. A veces nos vemos privados de alguna cosa para solucionar otra”, precisa. Las necesidades del asilo son muchas. También las donaciones en especie son bienvenidas.

“El asilo San Sebastián (con más de 100 años de fundación) realiza una labor que nos toca a todos. No podemos sustraernos de personas que son particularmente vulnerables. Nos toca atenderlos”, puntualiza.

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