El Centro Cultural Manuel Gómez Morín se convirtió, por dos días, en la sede de recuerdos, anhelos de juventud y amor por los fierros. Dueños y aficionados de autos antiguos se reunieron para mostrar sus vehículos, algunos de ellos con un alto valor tanto económico como sentimental.

La afluencia a la exposición de autos luce nutrida, familias completas visitan la muestra que se llevó a cabo en el patio central de este recitno, donde los automóviles se exhiben en dos círculos concéntricos.

Los más chicos se tomaban fotografías junto a un Ferrari color negro de modelo reciente, o un Porsche color plata, también de reciente manufactura. Sin embargo, las estrellas de la exhibición estaban en otro lado.

Un Shelby Cobra, color azul, llamó la atención de muchos de los visitantes. Es un auto valioso, quizá uno de los más costosos en exhibición, ya que es considerado de colección.

Los modelos de Fiat abundaron, al ser de los más deseados por los coleccionistas, que muestran sus vehículos que datan de la década de los sesenta, y cuyo diseño estético los convierte en autos de culto. También hay los clásicos Vocho y Mustang, los cuales también son los modelos favoritos de los aficionados.

Juan Pablo Beltrán, comerciante de oficio, un Fiat 1500, modelo 1963, en color rojo. Al frente lució una parrilla enorme, flanqueada por faros dobles, un diseño muy clásico y atractivo.

“Para mí, en lo personal, tiene un valor estimativo muy especial. Este carro tiene una historia muy especial. Fue mi primer coche, me lo compró mi papá cuando iba a cumplir 16 años. Lo vendimos, y 30 años después lo volvimos a recuperar, el mismo carro, no tiene precio”, explicó.

El Fiat de Juan Pablo es más que fierros. Es una máquina del tiempo, un baúl de recuerdos y anécdotas de los viejos tiempos, de los años de juventud, de los amores de aquellos tiempos, de estudios universitarios, de experiencias, de una vida.

“Aquí saqué a pasear a mi primera novia, salía a las fiestas con mis amigos, iba con él a la universidad. Tiene mucha historia para mí”, añadió.

Hace tres años que Juan Pablo recuperó su Fiat luego de muchos años de separarse de él.

Para tenerlo en buen estado debe de cuidarlo bien, además de que lo saca ocasionalmente.

“Lleva un mantenimiento, obviamente, pero es más que nada eventual cuando comienza con una falla el coche, porque no son carros que se usen todos los días, entonces al no meterles muchos kilómetros no tienen tanto desgaste, aunque por ser carros antiguos, te falla una cosa o te falla la otra”, explicó Juán Pablo.

Asimismo, precisó que hay muchos modelos de coches cuyas refacciones son fáciles de conseguir, pero, en su caso, ya no encuentra nada en México, por lo que debe de recurrir a sus contactos en Colombia y Argentina (donde el modelo se comercializó) para que le manden refacciones.

“Como esta historia se puede decir de cada carro. Hay refacciones que sí encuentras, hay otras que no. Hay muchas que llegan de Estados Unidos, pero muchas hay que buscarle en el país que lo produjo más tiempo o lo tuvo más tiempo. En el caso del Fiat 1500 estuvo muy poco tiempo en México, por eso es que escasearon muy rápido las refacciones. Son máquinas muy delicadas, son motores con otra tecnología y sin tecnología, pero es un hobbie muy bonito”, subrayó.

Los primeros domingos de cada mes, reveló Juan Pablo, se reúne mucha gente en Jardínes de Querétaro, cerca de Los Arcos, per teneciente a la Asociación Mexicana del Automóvil Antiguo en Querétaro.

Las personas se acercan al Fiat de Juan Pablo, toman fotos y comentan sobre la belleza de las piezas que conforman el pequeño sedán.

Los Subaru de los sesenta, los BMW de la posguerra, un deportivo Triumph, un Jeep Willys que quizá recorrió Europa durante la Segunda Guerra Mundial, son los objetos de admiración de los visitantes.

Los más conocedores consideran que una camioneta Citroën es casi una objeto de culto, al igual que una combi y los vochos.

Por su parte, Ernesto Guevara Luarca, presidente de la Asociación Mexicana del Automóvil Antiguo Querétaro, detalló que en la exposición participaron 53 automóviles, de los cuales los más antiguos son un Whippet y un Ford A, ambos de 1928, mientras que el auto más reciente es un Mercedes Benz de 1977.

En Querétaro, informó, son 36 personas las que forman parte de la asociación, pero el evento lo hacen en conjunto con el Club de Autos Clásicos y Mustang de Querétaro.

Explicó que para tener un auto antiguo en buen estado hay que dedicarle mucho tiempo, en algunos casos es muy costoso, aunque eso depende de cuántos carros se vendieron de ese tipo y qué tantos se conservan, como los Ford Mustang y Falcon, cuya existencia de refacciones es amplia.

Entre más antiguos y raros sean los vehículos, los precios de las refacciones pueden ser más elevados y también es más complicado conseguir las piezas de repuesto.

Internet ha facilitado el contacto con los proveedores de las piezas, pero antes era sólo asistiendo a las exposiciones, preguntando por teléfono, pero con la red de redes, pueden comprar en todo el mundo, “donde encontremos el botón o el switch del limpiador lo compramos… son trabajos de muchos años”, precisó.

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