Hace 20 años, Verónica Santana decidió trabajar por un sueño, más que un deseo, por la oportunidad de ayudar a jóvenes y niños con discapacidad desde el deporte. Jamás imaginó que lo que comenzó como una idea en su cabeza, terminaría siendo uno de los proyectos más importantes en el deporte mexicano.

“Vi que empezó el parataekwondo en el mundo en 2005, y quise ver de qué se trataba, había poca información y comencé a estudiar, y fue en ese año que empecé a dar clases a personas con discapacidad, eso me ayudó a documentar muchas cosas. Después hice una especialidad y ahí obtuve más información y experiencia.

“Soy sicóloga, soy cinta negra, empecé a practicar esto a los ocho años y la vida me empezó a llevar por este camino. Cuando estaba en la universidad, tuve la oportunidad de asistir a diferentes centros con chicos que tenían síndrome de Down y ahí fue donde me nació todo. Mucha gente me cerró las puertas porque no creían, pero seguí adelante”, comentó.

Como todo proyecto fue complicado al principio, pero Verónica no se rindió y gracias a su documentación y la experiencia que adquirió sobre el tema del parataekwondo, además de que desde niña practica taekwondo, su vida ha tenido una formación deportiva y llegaron mayores retos.

“La federación me pidió ser entrenadora de la categoría P20 que es la más difícil porque es discapacidad intelectual y acepté, estuvimos en el campeonato parapanamericano aquí en Querétaro en 2016 y de ahí surgieron buenos resultados. A los 10 meses el presidente de la federación me pidió que asumiera el cargo de coordinadora general del proyecto a nivel nacional. Es un gran reto porque debemos cumplir con los parámetros que establece la federación internacional de taekwondo”, mencionó.

Promover la inclusión.

México es uno de los países donde sigue existiendo la discriminación a las minorías, una de ellas es hacia las personas con discapacidad. El proyecto deportivo del parataekwondo no solamente es deportivo y su objetivo no solamente es ganar medallas, sino provocar una sociedad más incluyente.

“Al llegar a casa de un angelito con una discapacidad, el mundo cambia. Cuando ellos llegan las oportunidades cambian. Los padres jamás imaginaron que esos niños que les dieron tanta preocupación, ahora sean quienes los lleven fuera de su estado a una competencia y los llenen de tantas alegrías”, expresó.

La profesora Santana invita a concientizar a las personas sobre que nadie está exento de sufrir una discapacidad, inclusive si llegan a la vejez, se convertirán en adultos mayores dependientes, por lo que la invitación es para ayudar en lugar de segregar.

“A través del ejemplo, de la difusión, nuestros papás son los mejores portavoces, el deporte debe tener la fuerza para hacer cambiar este país en el sentido de inclusión. La discapacidad es un tema de salud pública, ninguno de nosotros estamos exentos de sufrir una discapacidad, al final de nuestras vidas, todos vamos a ser personas con discapacidad, no podemos esperar, este es un gran momento en donde hay que ayudar, ser compasivos y ver al otro como nosotros”, comentó.

Campeones nacionales.

El sueño comenzó en Querétaro, el equipo estatal ya presume de sus primeras medallas de oro y de ser los mejores del país. Sin embargo, el sueño permea en todo México, donde los frutos ya se están dando, en este punto existen seis chicos dentro de los 10 mejores del mundo, quienes están juntando puntos para llegar a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.

Verónica Santana tiene y muestra un gran agradecimiento a todo su equipo, en especial a los doctores Juan Pedro Flores y Marco Rojas, así como a la queretana y ex seleccionada nacional, Janet Alegría quien se ha sumado a este proyecto como entrenadora.

“Vamos a crecer, a nivel nacional como directora tengo la misión de capacitar a profesores, seguimos trabajando con selecciones nacionales y dar reconocimiento a nuestros atletas, no solamente en la parte competitiva, sino las historias de vida”, detalló la entrenadora.

Los apoyos tardaron en llegar, pero a dar muestra de los logros y de lo relevante que se ha vuelto el parataekwondo en el mundo deportivo, sobre todo a nivel de selecciones mexicanas, las autoridades han comenzado a incluir dentro de los apoyos al equipo que encabeza Santana Rangel.

“A modo personal, el licenciado Markus (director del Indereq) me dijo que teníamos apoyo, así ha sido, en el tema de los patrocinios hemos tenido que tocar puertas, poco a poco esperamos incrementar el apoyo. Ellos lo necesitan, y no olvidar que los papás no solamente tienen que pagar escuelas especiales, sino medicamentos, terapias, revisiones”, destacó.

El mejor aprendizaje.

Guerrera y con un gran corazón, Verónica no se rinde y sueña con que este deporte, estos niños que han demostrado que no hay imposibles, cambien, aunque sea un poquito, el curso de este país.

“Me he convertido en mejor persona, quiero luchar por ellos y no rendirme, no tengo como decir no puedo, ellos me demuestran que se puede”, explicó.

Se necesita de agallas para tratar de cambiar una ideología, para creer en un proyecto a pesar de que nadie cree en él, y sobre todo a sobrevivir en un país donde abunda la corrupción, para Verónica, ese es uno de los principales enemigos del deporte en México.

“La corrupción es tan dañina que incapacita a gente, lastimosamente a las autoridades por no ver más allá, por solamente quedarse con recursos, trabajar con amigos, no tienen la iniciativa y visión de un proyecto como este, México puede ser potencia, no solamente nuestro país, América también lo necesita”, sentenció.

Sonriente y con la mirada en lo más alto, Verónica Santana continúa trabajando para el taekwondo, al preguntarle ¿qué le diría al parataekwondo si fuera una persona?, una sonrisa la delata y responde brevemente: “Bienvenida y gracias por existir”.

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