Siempre contamos historias de atletas adultos que logran una medalla olímpica o un campeonato mundial. Esta historia comienza como se debería empezar: detectando a los atletas desde niños, impulsarlos con sus primeros logros para que siempre aspiren llegar a lo más alto del podio.

Con apenas 11 años, Valentina Meléndez Valdés se convirtió en la ganadora del Premio Estatal del Deporte en la disciplina de gimnasia artística.

“Me siento muy orgullosa de haber ganado el Premio Estatal del Deporte, este premio se lo dedico a mis entrenadores y a mi familia. Recibirlo me dio mucha emoción, cuando me enteré que había ganado no podía hablar”, expresó.

Como casi todas las niñas que descubren la gimnasia, a Valentina le encantaba dar brincos y piruetas, además de que veía videos de gimnastas olímpicas y siempre se sintió fascinada por el deporte de las acrobacias, fue entonces que sus padres: Francisco Meléndez y Jaqueline Valdés, decidieron inscribirla en el gimnasio Ares.

“Admiro a Simone Biles, ahora que la pude ver en los Juegos Olímpicos de Río estuve muy emocionada y pensé que yo podría ir a los de 2024. Me estoy preparando para lograrlo, tengo que ser disciplinada, a veces quiero ir a una fiesta, pero si estoy en competencia no voy, lo hago para poder entrenar y ganar medallas”, comentó la joven atleta.

Conforme fue avanzando en la practica de este deporte, Valentina empezó a ganar medallas para el estado, la Olimpiada Nacional fue el primer reto y el mayor triunfo, que hasta el momento, ha obtenido gracias a su esfuerzo; además de que ha ganado preseas en competencias en Estados Unidos.

“Me nombran primer lugar en salto y quedé muy asombrada, aunque la verdad ese sí me lo esperaba porque es uno de mis aparatos fuertes. En barras nunca había ganado una medalla y fue donde me nombraron como segundo lugar, grité de emoción porque era mi primera medalla”, explica llena de alegría.

Su entrenadora Daniela de León, quien fue gimnasta durante 16 años y llegó a ser seleccionada nacional, le ha ayudado junto con Juan de Dios Carreño, su otro entrenador, a desarrollar su talento en los diferentes aparatos donde se realizan rutinas de gimnasia artística. Cuando detectaron el talento y lo que podría hacer Valentina, los entrenadores sugirieron un cambio de vida para su alumna, por lo que estudia el sexto año de primaria en una escuela que le permite realizar sus entrenamientos, los cuales, desde el año pasado aumentaron a siete horas diarias.

Ritmo de una gimnasta.

La gimnasta queretana acude a entrenar de las 07:00 a las 10:00 de la mañana, posteriormente va a clases académicas de 11:00 horas a 14:00 horas, y de nueva cuenta a las 17:00 horas regresa a entrenar hasta las 21:00 horas.

“Tengo trabajando con ella desde hace tres años, es una niña muy talentosa, es apasionada, ella por sí sola quiere trabajar y aspira a lo grande. Hay estados donde trabajan más horas que nosotros, entonces no podíamos aspirar a algo más mientras no aumentáramos la cantidad de horas de entrenamiento”, comentó Daniela.

Su entrenadora confía en el plan que han desarrollado para Valentina y todas las niñas que están a su cargo. Menciona que la gimnasia no sólo forma atletas, también ciudadanos ejemplares.

“Es un deporte sano que las va a ayudar en la vida, si Vale tiene algún problema buscará la solución, esto no sólo le va a ayudar para gimnasia, son niñas independientes, vamos a los viajes y a veces se quedan solas con sus compañeras por lo que tienen que ser responsables de sus cosas, es un plan integral lo que trabajamos”, dijo.

Planes internacionales.

En febrero del próximo año, Valentina competirá en Houston por tercer año consecutivo, este evento tiene a las mejores gimnastas del país estadounidense y de algunas otras partes del continente. A pesar de ser muy pequeña, estos fogueos son muy importantes.

“Empezar a edades tempranas a competir con gimnastas de otro país ayuda a que controlen los nervios y cuando comencemos a participar en competencias internacionales en categorías juveniles ya no será tan complicado, por eso empezamos a temprana edad a viajar a Estados Unidos, este es el tercer año que vamos y siempre regresan motivadas”, dijo Daniela.

La pequeña gimnasta queretana tiene una forma muy peculiar de concentrarse antes de cada competencia: escucha música y tiene una elección particular en cuanto al artista que la acompaña antes de salir a ejecutar su rutina.

“Escucho música, escuchó Morat, Soy Luna, y a Julión Álvarez (ríe) me gusta su música, mi mamá pone mucho sus canciones, la primera vez que lo escuché no me gustó tanto, después escuché más canciones y sí me gustó mucho. Lo escucho antes de cada competencia”, expresó Valentina.

A Tokio como espectadora.

El dinero que ganó con el Premio Estatal del Deporte tendrá un destino especial. Vale acordó con su papá emplearlo para viajar a los Juegos Olímpicos de Tokio.

“Me dijo mi papá que ese dinero lo podíamos ahorrar para ir a los Juegos Olímpicos de Tokio. Primero quiero ir a verlos y luego quiero competir en unos. Entonces mi papá me dio a elegir qué hacer con el dinero y le dije que lo quería guardar para ir a Tokio”, explicó.

A sus 11 años, Valentina Meléndez tiene definido lo que quiere para su futuro en lo deportivo y prácticamente para su vida.

“Cuando sea grande quiero ser maestra de gimnasia y quiero abrir un gimnasio. Mis entrenadores me apoyan mucho, me dicen que puedo lograr lo que yo quiera y me dan mucha confianza”, comentó la joven talento.

Esta historia apenas comienza y seguramente en siete años se conocerá el final de cómo un cuento de hadas se hizo realidad.

“Valentina, así como la veo, va a llegar a los Juegos Olímpicos de París 2024, es un proceso largo, pero llega rápido, faltan dos años para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y para cuando pasen sólo faltarán cuatro años para Francia.

“En dos años empieza a ser seleccionada juvenil y de ahí empieza la buena gimnasia. Vale tiene el talento, la dedicación, es muy apasionada y cuando tienes todo eso no hay límites, ella está para eso”, finalizó la entrenadora.

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