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Vacunación, campaña para mantener cero casos de rabia

Gobierno promueve la protección de las mascotas; programa concluye el próximo 17 de marzo

Foto: GUILLERMO GONZÁLEZ
15/03/2018 |02:57
Domingo Valdez
ReporteroVer perfil

Iván Alexis Negrete llega al módulo de vacunación antirrábica que se ubica afuera del Centro de Salud Pedro Escobedo, en la calle de Pino Suárez, en el centro de la ciudad, con Chispita, su perra criolla, la cual tiene desde hace 12 años y desde que falleció su madre, es su única compañía en la vida.

Chispita, una perra color miel, se mantiene curiosa alrededor del puesto de vacunación. Su amo, o amigo, Iván sostiene su cadena de manera dócil, no tira de ella de manera brusca, lo hace suavemente.

Iván, hombre de edad avanzada, dice que Chispita fue un regalo que le hicieron a su madre, quien falleció hace unos años. La perrita sabe trucos, pues obedece a su amigo humano cuando le dice que se siente y le da mano. Luego de eso, viene una caricia en la cabeza para el can.

Señala que la cuida mucho, pues apenas vio que el pasado domingo llovería, la metió a su casa, donde tiene su camita y descansa a resguardo de las inclemencias del tiempo. “La cuido mucho porque es un ser que tiene vida, como nosotros. Siente lo mismo que nosotros, es más, un poquito más que nosotros”, indica.

Apunta que su relación es de cuidado mutuo,Chispita cuida de él y él de ella, pues Iván vive solo desde hace ocho años, cuando falleció su madre, y desde entonces “se la rifa” trabajando, es comerciante, vende especias en las tiendas, trabajo que heredó de su progenitora.

“Vivimos solos ella y yo. Pero eso sí, le doy su comida, le doy sus croquetas, diario le pongo agua. Es una nobleza como hay una en la vida. Es muy juguetona, corremos, brincamos, es muy noble”, asevera.

Se confirma la nobleza de Chispita, pues al momento de ser vacunada no hace intento de huir o morder como otros perros cuando reciben el biológico. La perrita no se inmuta, simplemente confía en su amigo Iván.

Subraya que el amor de Chispita es muy especial, pues perros así, son muy pocos los que hay.

Iván agrega que su educación es a la antigua, de respeto a los mayores, de educación de caballero, luego “me dicen señor y no soy casado”, señala. Recuerda que un momento de su vida estuvo comprometido, pero su novia, de nombre Rosita, con quien iba a casarse tras nueve años de noviazgo, murió en un accidente automovilístico.

Más que un animal de compañía.

Hombre de conversación sencilla y fluida, dice que hasta ahora en su vida se da cuenta de algunas de las cosas que valen la pena, como la compañía de su perra.

Luego de unos minutos de charla, y de aclarar algunas dudas sobre los cuidados de Chispita tras la vacuna con la encargada del módulo, María Esther Morales Hernández, como la de no darle agua en una hora, Iván Alexis se retira con su compañera que es más que un animal de compañía para él.

Los ciudadanos que llegan a vacunar a sus mascotas no son numerosos, pasan minutos entre arribo y arribo. Tal vez el clima frío, quizás la falta de información y difusión de la campaña de vacunación, hacen que la gente no acuda en mayor medida.

Incluso, mucha de la gente que pasa frente al módulo se detiene a leer el cartel donde se informa de la campaña. Algunos se acercan a preguntar hasta qué hora vacunarán a las mascotas. María Esther responde que están de las 8:30 a las 13:00 horas hasta el próximo 17 de marzo, fecha en la que concluye la semana de vacunación antirrábica impulsada por la Secretaría de Salud del estado.

Quien sí llega es Verónica Martínez Lozada, acompañada de su hija, Andrea Luna y de sus tres perros: Rocky, Yayis y Kofi, tres french puddle, a los cuales han ido adoptando a la largo de los años.

Rocky es el mayor, con cuatro años de edad y parcialmente ciego por una quemadura que sufrió en los ojos. Yayis fue un regalo de la hermana de Verónica, pues la perrita vagaba en la calles de Menchaca. Kofi, es cría de Yayis, quien después de esa camada fue esterilizada.

Explica que los cuidados que le brinda a sus mascotas son especiales, pues en temporada de frío no les cortan su pelo y tratan de mantenerlos abrigados, además de la alimentación y su atención veterinaria.

Como familia

Dice que su esposo es quien quiere más a los perros, “son sus hijos, quería más hijos y no [tuvimos], son bien nobles. Llega uno a la casa y lo reciben a veces hasta con más gusto que los hijos. Los tratamos como si fueran parte de la casa”.

Afirma que Yayis es la líder de la manada y que defiende mucho a Andrea, pues cuando Verónica quiere abrazar a su hija le comienza a gruñir. Cuando Andrea llega de la escuela, los perros son su compañía, pues su padres salen a trabajar durante el día y no están en casa.

Por su parte, Andrea Luna asegura que ama a sus tres perros. A Kofi lo considera su bebé, pues es cariñoso y muy juguetón. Dice que está segura que los perros sienten el cariño que les tienen los seres humanos, más aquellos canes que en alguna parte de su vida estuvieron viviendo en la calle, porque agradecen muchos los cuidados que les profesan sus amos, además de que son muy empáticos con los humanos.

Verónica añade que los perros son muy buenos compañeros de vida, ya que en días difíciles, al llegar a casa, su bienvenida es motivo para tranquilizarse, ya que se alegran de ver a sus dueños.

Los tres perros son vacunados por María Esther, no con pocas dificultades, pues oponen resistencia, a pesar de que sus dueñas los sujetan con firmeza. Kofi es quien más se resiste ante la aplicación del biológico, pero María Esther, quien cumple este año un década de trabajar en el Centro de Salud Pedro Escobedo, y el mismo lapso participando en las campañas de vacunación, se la ingenia para vacunar a los inquietos french.

Luego de llenar unas formas y entregar el comprobante de vacunación, María Esther entrega a Verónica las tres plaquitas color verde que confirman que las mascotas están vacunas con un biológico de calidad.

La gente sigue pasando frente al módulo. Un joven pregunta si se vacuna a gatos y hasta qué hora estarán instalados, los días y las distintas ubicaciones de los puestos de vacunación, pues muchos de quienes pasan por el lugar no son vecinos del centro de la ciudad y quieren saber si habrá más módulos en otras delegaciones.

María Esther, enfermera desde hace 29 años, precisa que en cada centro de salud habrá un puesto de vacunación, así como visitas a domicilio para vacunas a las mascotas y conservar el récord de cero casos de rabia en la entidad.