Gerardo Belman abre su consultorio ubicado en la colonia Las Teresas, en el que recibe a sus pacientes en una gran mesa de madera. Vestido de camisa azul cielo, se sienta y junta sus manos continuamente. Afirma que a través de ellas es como puede ver el padecimiento.

Gerardo es terapeuta holístico, sin embargo, expresa que busca como estrategia decir que es huesero o sobador porque nació para ser sanador. La diferencia, dice Gerardo, es que él además de trabajar la sanación del cuerpo generadas por contracturas, dolores de huesos y más, cree que en esos padecimientos existe una revoltura de emociones que no permiten a las personas sanar.

Desde hace 16 años se dedica formalmente a la terapia, sin embargo, afirma que desde niño percibía que podía brindar apoyo a las personas para su sanación. Al pasar por un proceso en el que estudiaba administración pública y situaciones personales que marcaron su vida, fue que pudo acercarse a una escuela donde logró prepararse para ser terapeuta holístico donde mezcla la intervención del cuerpo, mente y espíritu.

Para Gerardo, el presentarse ante las personas como sobador o huesero le permite generar un vínculo de confianza para aquellos que son de escasos recursos y que en ocasiones no pueden pagar tratamientos costosos. Sin embargo, para él, ser terapeuta holístico es ir más allá de atender el dolor físico, pues considera que la preparación para sanar debe ser mayor.

“Una de las maneras o estrategias que tomé para llegar a más gente de escasos recursos o personas que piensa que el sobador o sobandero les va arreglar su problema, mi respeto para ellos, fue anunciándome como huesero o sobador, ese es el paso de confianza para una persona, cuando me hablan por teléfono desde ahí les digo, mi anuncio dice sobador, huesero, pero mi trabajo llega a algo más”.

Al fondo del espacio que es una casa adaptada, tiene un fresco de Frida Kahlo; frente a este, una réplica del juicio final de Miguel Ángel Buonarroti. A lado de éste hay un estante donde tiene objetos de diversas culturas y creencias. Desde egipcias, hasta católicas. Incluso tiene un buda color naranja sentado en una gran biblia con forro color vino.

El espacio, con una sola iluminación en la mesa grande de madera con unas sillas metálicas color negro, está invadido por un olor a incienso y una estación de radio que pone una canción de Let it be, de la banda británica The Beatles.

Gerardo reconoce que así como las personas ponen gasolina a su automóvil y le dan mantenimiento, el cuerpo, es el vehículo más importante que debe cuidarse. Si la mente y el cuerpo están mal, la persona no logrará avanzar, ratifica. Por ello, más que tratar de sanar torceduras, contracturas y demás padecimientos, busca a través de su terapia, sanar las emociones que las personas desde que son concebidas, son cargadas y expresadas en dolencias.

“Todos necesitamos de la sanación, nos preocupamos mucho por el automóvil, que no le falte gasolina, llantas, el mantenimiento, pero jamás pensamos muchas veces en el vehículo más importante que es nuestro cuerpo, el cual se contractura con las emociones 99%, y un pequeño porcentaje de gente que se lastima cervicales, rodillas, al fin y al cabo es sanación, toda la experiencia, mis estudios y trato con pacientes me ha ayudado a entender que mi misión es la sanación”.

Gerardo señala que es fácil diferenciar una lesión física de una emocional. Casi todos los casos que llegan con él, presentan dolencias en la espalda baja, cervicales, los huesos o cabeza sin haber sufrido un accidente. Por ello, si bien se procura la atención física, es posible percibir una emoción encapsulada que repercute en el sistema inmunológico.

“Es muy fácil, cuando viene derivado de que se cayó, es un origen físico directamente, pero cuando no se cayó, no se lastimó, tiene un cuadro de inflamación en el nervio ciático, las cervicales o problemas en las rodillas generalmente es de tipo emocional, entonces la vamos ayudar físicamente y va haber mejoría pero si vemos que hay una relación de esos malestares con una cuestión sensitivo se le sugiere una combinación de técnica emocional como con la parte física pero eso se va dando”, menciona.

Gerardo sonríe al hablar sobre la diferencia entre la medicina alópata y la que él realiza a través de las emociones. Afirma que no hay competencia entre psicólogos y médicos tradicionales con su labor, más bien, considera que hay complementariedad en el conocimiento, ya que él ha aprendido cuestiones médicas para complementar el trabajo de las emociones.

“No hay competencias porque un médico cuando se enfrenta a la cuestión holística o la medicina alternativa aprende a conocer el alma de la persona, sentirla y sanarla a través de su conocimiento y uno como terapeuta holístico, no es más ni menos que un doctor y siempre doctores, psicólogos y todo tipo de especialistas dedicadas a la medicina alópata hay muy buena comunicación porque hay aprendizaje mutuo”, asegura.

Gerardo expresa que en el caso del acercamiento de las personas hacia la terapia holística, o también considerada medicina alternativa, ha ido en incremento. Esto debido principalmente a la necesidad de las personas de mejorar su calidad de vida y tener alternativas. La gente busca sanar de las cuestiones que las afligen en su vida cotidiana ante tantas presiones laborales, familiares y sociales.

“La cuestión holística en México, ya la gente empieza escuchar la palabra holística, chacras, que son los centros de energía, es importante porque van creciendo las necesidades, estamos necesitados de nuevas creencias, de sanadores, de gente que nos ayude a salir adelante, en búsqueda de mejores gobernantes, mejores opciones de vida, y en esta búsqueda ahora la gente se está dando la oportunidad de saber qué es la medicina alternativa, la cuestión holística, y eso es bueno, para que la gente entienda que no sólo hay que sanar el cuerpo sino las emociones también”.

Gerardo termina su explicación sobre la terapia holística al enfatizar en el perdón. Plantea que toda persona en el momento en que perdona cuestiones del pasado, el proceso de sanación avanzará más rápido y eso repercutirá directamente en la mejora para una gran calidad de vida.

“Tengo que soltar mi pasado, perdonando, el perdón es la mejor medicina en el ser humano. El perdón es la medicina del futuro que no tiene efectos secundarios porque cuando uno perdona de forma consciente es cuando se liberan esas ofensas que fueron objeto de la persona, lo que haga para sanar será mucho más rápido”.

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