Carla Victorero, oriunda de Buenos Aires, dice que a los argentinos les gusta viajar mucho y sin dinero. La joven, de 29 años, explota sus habilidades con las picas en un crucero de la ciudad, donde demuestra sus dones en las artes circenses para ganarse “unos varos” y continuar con su viaje.

Recuperándose de una fractura en la muñeca, producto de una caída en la casa donde se hospeda, dice que lo más complicado de viajar, siendo mujer, es el machismo imperante en Latinoamérica.

Ímpetu viajero arma que rompe el capitalismo
Ímpetu viajero arma que rompe el capitalismo

El semáforo se pone en rojo y es hora de que Carla haga malabares con las picas. Usando una sola mano, la joven hace varias suertes frente a los conductores que en sus vehículos esperan seguir su camino. Algunos vidrios se bajan y las personas dan unas monedas a la chica, quien da las gracias.

Indica que su viaje desde Sudamérica lo ha hecho en bicicleta, autobús, aventón, todo ha sido por tierra. Comenta que el viaje a veces lo ha hecho sola, pero siempre hay alguien con quien acompañarse, ya sea pareja, amigos, “como la vida. (También) con mi hermana. Con mi hermana viajé en bicicleta, pero ha cambiado. Llegué acá (a Querétaro) por unos amigos que tienen una casa que están haciendo una construcción natural, con adobe, y quería aprender. Es una tipo centro cultural

Recuerda que el malabarismo lo aprendió, hace unos siete años, en Buenos Aires, pues le llamó la atención ver en una ocasión a un chico que lo estaba haciendo. Se inscribió en un taller, pero tras ir a los parques a entrenar conoció a más gente que hacía lo mismo y ellos le enseñaron, además de que trata de acudir a convenciones de circo donde pueda aprender un poco más.

Anteriormente, en Argentina, Carla se recibió de técnica química, actividad que desarrolló por un año en un laboratorio, pero luego lo dejó, ganándose la vida cuidando niños, luego en una heladería, para luego emprender su viaje.

A su familia, dice, en un principio no les agradó mucho la idea. “Vengo de una familia convencional, querían que estudiara, recibirme, casarme, tener hijos (ríe), pero ahora ya se acostumbraron, al principio no les gustaba”.

Además, subraya, con este viaje puede recorrer varios países, conocer gente, además de trabajar.

Carla apunta que desde que llegó por Chetumal, Quintana Roo, a México quedó encantada con el país, pues desde el trato de la gente, el clima, la comida siempre fue muy bueno. En el caso de Querétaro, dice, ha ido sólo dos veces al centro, “sólo conozco Hércules y me encanta, pero conozco poco de Querétaro. Me movía 10 cuadras a la redonda de la casa, quedé atrapada y no sé porqué”.

Sin embargo, no todo ha sido sencillo para la joven, pues dice que el gran problema que ha enfrentado viajando sola, siendo mujer, es el machismo. “Casos concretos no voy a decir, pero el machismo es lo que hace más difícil nuestra vida. Los acosos, abusos, los más chirulos”.

Ímpetu viajero arma que rompe el capitalismo
Ímpetu viajero arma que rompe el capitalismo

Dice que la manera en la que se protege es estando acompañada con otras amigas, cuidándose a ella misma y respondiendo, sobre todo ésto último, pues subraya que quien le llega a decir algo en la calle no se espera una respuesta, “esperan que uno no diga nada, que se quede callada. Cuando respondes les da miedo, son unos cobardes”.

Los planes de Carla es estar un tiempo más en Querétaro, esperando poder recuperarse totalmente de la fractura en su muñeca izquierda. La semana pasada apenas le quitaron el yeso, entonces espera estar en el estado hasta finales de año, para luego seguir su viaje.

Dice que le gustaría conocer Baja California, así como la huasteca potosina. “Estados Unidos me da un poco de flojera, además de que no tengo visa, no me la van a dar nunca, y no les quiero andar rogando para que me dejen entrar. Ahora Europa me gustaría ir el año que viene, porque es más fácil entrar”, indica.

Agrega que pasar de país a país, incluso en América Latina se está volviendo más difícil. Quienes lo quieren hacer deben esperar muchas horas para cumplir con los requisitos que piden en las aduanas. Sin embargo, dice que para entrar a México no tuvo grandes complicaciones, pues entró por Belice en un barco, y no hacen tantas preguntas.

Reconozco que sí, como argentinos tenemos más privilegios que otros países de América, no es lo mismo para un mexicano, un colombiano, un hondureño, un salvadoreño. Si para mí es difícil, para ellos es mucho peor”, añade.

Carla analiza porqué a los argentinos les gusta viajar mucho. Piensa un poco su respuesta. Dice que primero hay una cuestión económica, más allá de que tienen un espíritu aventurero y bohemio de los argentinos, principalmente de quienes son de Buenos Aires, o Córdoba.

Más allá de eso, es que terminas la carrera, estás chambeando un montón y está tan difícil vivir en Argentina que te pasa decir: voy a seguir trabajando, no voy a poder hacer el sueño típico capitalista, pues te das cuenta de lo que ganas y lo que cuesta una casa, entonces decís me voy, para qué me quedo trabajando horrendo si no voy a poder hacer nada, creo que es un poco eso”, precisa.

Puntualiza que al capitalismo no le conviene que la gente se mueva, pues se conocen otras culturas, se duda de la propia, pues se cree que en el entorno en el que se nace es el ideal, “pero te das cuenta que la realidad es una construcción del poder y de que hay muchas cosas que no le convienen al capitalismo y por eso no quieren que nos movamos”.

bft

Google News

TEMAS RELACIONADOS