A sus 18 años, Diego Armando consiguió su primer trabajo en una panadería; se trata de un logro muy importante pues padece de autismo. Diego forma parte de un grupo de 16 jóvenes y adultos que participaron en un programa impulsado por la organización Armonía con Sol y el Servicio Nacional del Empleo a través del programa ‘Bécate’, con el cual 13 de ellos ahora tienen un trabajo.

Se trata del primer grupo de personas con discapacidad que participa en este programa que impulsa la colocación de buscadores de empleo; de manera general, se coloca con facilidad a las personas al haber demanda de espacios laborales, así como una bolsa de trabajo por ser cubierta. En el caso de personas con discapacidad, la oferta es distinta.

De acuerdo con Andrés Otokani Álvarez García, director de Armonía con Sol (una organización dedicada a apoyar a personas con discapacidad), la búsqueda de los espacios laborales para este programa fue complicada, pues 40% de las empresas consultadas rechazaron ofrecer los espacios argumentando que no contaban con las instalaciones adecuadas o por el temor de accidentes por la falta de supervisión a las actividades de los jóvenes con discapacidad.

“Por ejemplo, en el caso de restaurantes nos decían que tenían temor de que derramaran las cosas calientes o líquidas pero les decimos que cómo se imaginan que toman agua o toman café y no lo tiran. Se trata de ir concientizando”, indicó.

Para el programa, Armonía con sol logró que nueve microempresas abrieran oportunidades laborales para los jóvenes discapacitados, la mayoría de servicios y una de ellas de desarrollo de servicios de ingeniería. Otokani Álvarez mencionó que tuvieron que hacer labor de convencimiento; sin embargo, al paso de dos semanas todos estaban muy satisfechos con el desempeño de los jóvenes contratados.

El programa también consiguió otro tipo de tareas para los jóvenes empleados, pues cuando llegan a conseguir un trabajo se les asignan tareas de limpieza e intendencia. En este caso, las actividades fueron diversas.

“Estos jóvenes y adultos son personas que, en muchos de los casos, es su primer empleo. Son gente muy responsable, muy puntual y que está dispuesta a aprender y cumplir con todo lo que se les pida, eso lo notaron los empleadores”, mencionó.

Para Otokani Álvarez el mayor logro de este grupo fue romper los prejuicios que se tienen con la discapacidad, pues los tabúes provocan que se mantengan las brechas de desigualdad; con este programa, manifestó, se demostró la aptitud y las ganas de superación que tienen las personas con discapacidad.

Diego y la panadería.

Diego está por cumplir 18 años y en el último mes trabajó en la panadería ‘La conquista’, donde desarrolló actividades de empaquetado del pan que entregan en diferentes tiendas de abarrotes de la zona oriente de San Juan del Río.

Hace un tiempo que forma parte de Armonía con Sol donde ha aprendido música y eso ha permitido que tenga un mayor desarrollo. El autismo que padece no ha sido un obstáculo, sino una virtud con la que ha logrado alcanzar diversos objetivos, siempre con el apoyo de su familia.

Al entrar al programa de empleo, Diego aprendió a hacer pan y mejoró en su relación con las demás personas pues también tuvo actividades de atención al cliente. Debido a que estudia Gastronomía, no podrá continuar trabajando en la panadería, sin embargo la propietaria del negocio quedó muy satisfecha con el desempeño de este joven, pues durante el mes que estuvo en la panadería, Diego llegó puntual todos los días.

Iltze Andrea Velasco Carbonell, propietaria de la panadería, mencionó que dar empleo a Diego y otras dos personas con discapacidad le permitió notar el compromiso y la responsabilidad con la que cuentan.

Iltze Andrea Velazco también dio trabajo al señor Rafael, quien tiene una discapacidad motora originada por un accidente, por lo que en este tiempo, aseguró, el ambiente en su negocio fue muy agradable pues Diego y Rafael siempre mostraron alegría y ganas de superación.

“Nosotros aquí lo que necesitamos es quien nos ayude. Pasamos una racha difícil y tuvimos que reducir nuestro personal, pero cuando nos propusieron entrar al programa no lo dudamos. Diego y el señor Rafael son gente muy trabajadora, tienen muchas ganas de salir adelante y eso nos inyecta mucha alegría. Diego no se va a quedar porque debe ir a clases, pero el señor Rafael va a quedarse con nosotros y va a ser de muchísima ayuda”, expresó.

Además de la panadería, los jóvenes y adultos del programa laboraron en restaurantes y cafeterías, así como en una acuática, una mercería y una escuela de tenis; a estas empresas se sumó un negocio de desarrollo de sistemas de ingeniería, así como algunos otros donde se les asignaron responsabilidades importantes.

Otokani Álvarez subrayó la importancia de abrir oportunidades para la gente con discapacidad, así como continuar trabajando en la capacitación para que la sociedad deje de lado los tabúes respecto a esta condición. El reto sigue siendo la inclusión y el fortalecimiento del trabajo hacia la igualdad de oportunidades para todos los grupos sociales.

Inegi: 122 mil viven con discapacidad

Datos del Inegi refieren que, al 2016, en Querétaro la tasa de discapacidad es de 60 por cada mil habitantes, es decir, que más de 122 mil personas tienen esa condición. Los adultos mayores representan 46.6% de la población con discapacidad.

De acuerdo con dichas estimaciones, en San Juan del Río 15 mil 900 personas padecen discapacidad. A decir de la directora del SMDIF, Jimena Marina Vega, a través del Centro de Rehabilitación Integral (CRI), este año se han atendido a 11 mil 200 personas en dicha condición; sin embargo, hay al menos 10 instituciones de Asistencia Privada que los apoyan.

También el DIF ha entregado aparatos funcionales y apoyos alimenticios.

Google News

TEMAS RELACIONADOS