En febrero de 1982 se fundó el primer grupo de forcados, capitaneados por el ex gobernador de Querétaro, José Calzada Rovirosa, y Juan Carlos Fuentes, quienes juntaron a su grupo de amigos: Héctor y Ricardo Ferrer, Mario y Miguel Calzada, Gerardo Vázquez, Juan San Román, Martín Perrusquía, Jesús Urquiza, Jaime Guerrero, Carlos Paulín, entre otros, con el objetivo de realizar pegas.

El 24 de abril de ese año, el grupo se consolidó en el Lienzo Charro Queretano con dos pegas al primer intento.

La segunda generación estaba guiada por Eduardo Vera, quien, junto con su grupo de fieles seguidores: Enrique Alcocer, Iván Vicenzo, Vinicio Ruiz, Javier Carrera, Diego Hernández, Arturo y Javier Guerrero, Juan Carlos San Román, Javier y Jairo Marina, Abraham González, Juan Carlos Martínez, Alfonso García, César Jiménez, Rodrigo Villasante, Alejandro Vázquez y Ernesto Révora (quien ya murió), entre otros, fueron los que le dieron un empuje a los forcados, luego de que se presentaron por primera vez en la Plaza de Toros México.

Germán Goyeneche (cabo), Alejandro Fernández Islas, Antonio y Fernando Goyeneche, Juan Pablo Alcocer, Enrique Zepeda, Julián y Óscar Marina, Omar Pérez, Juan José Torres Landa, Carlos Escalante; posteriormente se incorporaron al grupo, Arturo Rueda, Alejandro Martínez y Antonio Vera, son quienes conformaron la tercera generación.

La cuarta generación quedó en manos de Antonio Vera, hermano de Eduardo Vera, a quienes se les recuerda como de los mejores cabos que ha tenido la agrupación. Toño Vera lideró a Adrián Rodríguez, Fernando Jurado, Juan Manuel Leal, Álvaro Alcocer, Alfredo Caballero, Jesús Hernández, Ángel y José Antonio Montiel, Gustavo Montoya, Ricardo Vargas, Daniel Mora, Ricardo Torres, y Antonio Hernández.

Este grupo logró lo que nunca antes, realizar una pega en Portugal, la tierra de los forcados, además de salir con las palmas y la admiración del público lusitano tras ganar el premio a la mejor pega.

Además, el grupo realizó el primer intercambio cultural al traer a los forcados de Aposento do Barrete Verde, en 2011.

“El 26 de enero de 2013 que empecé con el grupo de forcados, yo no quería, siempre he tenido familia charra y casi nací arriba del caballo; decía que era más charro que forcado. Hoy casi cumplo 12 años de haber empezado a pegar toros. Toño Vera, que siempre ha tenido cualidades de convencimiento, me la pintó muy bonito y lo tomé con más seriedad, le agradezco que me haya dejado la batuta”, expresó Cuyo Montiel.

La quinta y actual generación de Forcados Queretanos está bajo el mando de José Antonio Montiel, Cuyo, lo acompañan: Omar Vladimir, Gustavo Montoya, Antonio Hernández, Fernando Montoya, Arturo Espinosa, Gerardo y Juan Pablo Alcocer, David Padilla, Arturo Uribe, Jaime Guerrero, José Manuel Guerrero, Ismael Rodríguez, Jorge Fernández, Joel Ramírez Balderas, Luis Antonio (Tintín) Suárez, Juan Pablo Ángeles y Marcos Villavicencio.

La plaza de toros Santa María se ha convertido en su recinto. En 35 años, la corrida del 25 de diciembre se ha vuelto una tradición, en la que los Forcados Queretanos están presentes.

Además los carteles incluyen algunas figuras del toreo internacional; sin importan quien encabeza la lista de alternantes, los forcados no sienten presión por las figuras, sino por honrar su casa.

“Al estar en la que consideramos como nuestra casa, la plaza Santa María, me siento presionado, en los últimos tres años, la empresa nos ha considerado en buenos carteles por el trabajo que hemos desempeñado. El seguir con esa buena racha es lo que me presiona... Al toro no le importan ni las plazas, ni nadie y hay que estar preparado para lo que salga”, mencionó Cuyo.

Los logros han sido muchos corridas en diferentes países como Venezuela, Colombia, Guatemala, Canadá, Estados Unidos y México. El principal objetivo es la permanencia del grupo y eso, la trascendencia en la tauromaquia nacional.

“No me gusta ser conformista, siento que aún no hemos logrado lo que deberíamos, el mayor logro es que veo evolución en personas que no llevan ni un año, hay compromiso, hemos logrado contagiar esa pasión y eso es lo más difícil; la meta es realizar los propósitos”, dijo.

Como en toda historia, hubo tragos amargos, hechos que los forcados quisieran no volver a pasar. Dos accidentes graves en el ruedo hicieron que Cuyo se replanteara seguir al frente.

“Uno de nuestros compañeros, Juan Manuel Leal, alias Rodman, tuvo una lesión en la médula espinal, está en silla de ruedas. Fue una experiencia que trajo cosas buenas al grupo como la unión y la mentalidad de ir siempre adelante; fue muy difícil ese percance, te pone a pensar si vale la pena seguir aquí, pero somos muy aferrados. Otra fue en el 35 aniversario, a José Miguel Sánchez, el toro lo prendió de la pierna, el toro lo levantó y cayó de cara, se abrió la lengua, tuvo fractura de nariz, fue muy aparatoso y después de la experiencia con Rodman pensé que ya no podría seguir”, aseveró.

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