El pequeño Luis Fernando Chauvet Escobedo, de seis meses de edad, es el primer niño en Querétaro que usará primero el apellido de su madre y después el de su padre.

Edson Gerardo Escobedo Madrid y Griselle Chauvet Paz, padres del menor, lucharon durante casi cinco meses para que las autoridades les permitieran invertir el orden de sus apellidos para registrar al niño. Con esto, dicen, ejercieron su derecho a decidir la identidad de su pequeño.

Este viernes acudieron al registro civil y, finalmente, lograron su objetivo, su hijo Luis Fernando usará los apellidos Chauvet Escobedo, el primero es materno y el segundo el paterno.

Lo consiguieron después de interponer un amparo ante un juez federal, pues el Código Civil del Estado de Querétaro no permite a los padres modificar el orden de los apellidos; hacer las reformas correspondientes es tarea de los diputados, pero ninguna legislatura ha trabajado en el tema.

Cambiar el orden de los apellidos y lograr que su hijo use primero el materno, no tiene un trasfondo feminista ni tampoco se hizo como bandera de la equidad de género; el trasfondo real es meramente simbólico y sentimental, comparte Griselle, madre del menor.

Un año atrás, en 2017, Griselle también cambió el orden de sus apellidos; su apellido paterno es Paz y su apellido materno es Chauvet, pero ahora tienen el orden inverso; de tal forma que el apellido Chauvet transmitido a su hijo en primer lugar es también el apellido materno de Griselle.

“Desde muy chica yo perdí todo contacto con mi papá, y mi mamá desde que yo tenía 12 años fue la que se encargó de cuidarnos, de sacarnos adelante, ella se partía en mil pedacitos para que no nos faltara nada".

“Todos me conocen por el apellido de mi mamá, la verdad es que lo comenté con mi esposo y le dije que en el momento en que nosotros tuviéramos un hijo, no me gustaría transmitirle mi apellido pa terno, no siento ningún tipo de conexión y para mí sería importante que mi hijo tuviera el apellido de mi mamá. Desde ahí decidí invertir mis apellidos y después darle mi apellido materno a él. Ahora mi hijo y yo usamos primero el apellido de nuestras madres”.

Edson Gerardo, padre del niño, dijo que como pareja siempre han sido muy comunicativos y abiertos.

“El orden de los apellidos de nuestro hijo fue una decisión que surgió con respeto, de la misma manera en que decidimos los nombres de Luis Fernando, al final, el orden de sus apellidos no establece un mayor o menor vínculo entre nosotros, es simplemente la manera en la que consideramos que es mejor".

“Lo que importa es que es una decisión de los dos, no hay un fondo feminista o de acabar con el patriarcado o de querer eliminar al hombre, para nada. El trámite de este aparato responde a nuestro derecho como padres de decidir cómo se llama nuestro hijo, así de sencillo”, explica.

El pequeño Luis Fernando nació en una familia de abogados. Sus dos padres y su abuela materna son abogados de profesión.

En enero de 2018 fue cuando su padre, el abogado especialista en asuntos familiares, tuvo el primer acercamiento con autoridades de Querétaro, la respuesta ante el cambio de apellidos fue negativa; no tuvieron más remedio que interponer un juicio de amparo ante un juez federal, y después de tres meses de trámites y papeleos, en mayo el juez ordenó a las autoridades locales registrar al pequeño según la petición de los padres.

Lo más difícil del proceso, comentan los padres, fue el desconocimiento de las autoridades que no sabían cómo proceder ni cómo apoyarlos en la solicitud.

A favor y en contra. El registro del bebé Luis Fernando causó un revuelo en todo el estado de Querétaro por ser el primer caso de este tipo. Los comentarios en notas periodísticas y redes sociales no se hicieron esperar, algunos a favor de lo que hicieron los padres, otros en contra.

La familia ha decidido tomar sólo las expresiones positivas, entienden que cada individuo tiene derecho a pensar lo que quiera. Para ellos lo más importante es que decidieron juntos el orden de los apellidos para su hijo y que a pesar de los obstáculos legales, lo lograron.

“Este amparo sólo nos beneficia a nosotros como familia, si alguien después de nosotros quiere hacer lo mismo, invertir los apellidos de sus hijos, tendrán que hacer lo mismo que nosotros, iniciar un amparo, el artículo no se reforma, sigue siendo igual, aunque lo ideal sería que cada familia tuviera este derecho a decidir".

“El amparo tiene un beneficio sólo para nosotros, pero un gran impacto a nivel estatal, porque estamos marcando la pauta”, comenta el padre de familia.

Querétaro, Chihuahua, Durango, Sinaloa y Campeche son los únicos cinco estados de la República que especifican en sus códigos civiles que el apellido paterno debe ser el primero.

El resto de las entidades se dividen entre los que permiten cualquier orden, no lo especifican, pero mencionan primero el apellido paterno; y en los que el cambio de apellido se permite en situaciones extraordinarias.

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