Colectivos feministas tomaron de nueva cuenta las calles, ahora en apoyo a la despenalización del aborto en Oaxaca y para que se replique en otros estados del país, acompañado de una exigencia base: el freno a todo tipo de violencia de género.

Con la consigna: “¡Aborto sí, aborto no, eso lo decido yo!”, marcharon cerca de 2 mil personas del Monumento a la Madre al Zócalo de la Ciudad de México.

La activista Shareni Rueda aseguró que “la legalización del aborto equivale al derecho de decidir sobre nuestro propio cuerpo, entender que no todas las mujeres quieren ser madres”, y que la interrupción legal del embarazo también significa vivir en un estado laico.

Adriana Celada consideró que México ha vivido un avance en la agenda feminista porque hay mujeres que ocupan cargos importantes en instituciones federales; sin embargo, “ahora ellas deben ser capaces de ser la voz de las demás, que estén ahí no significa que ya logramos lo que queríamos”.

Pintas, desmanes y agresiones pusieron de nueva cuenta a prueba a las autoridades capitalinas, quienes tras los hechos del pasado jueves, advirtieron que se redoblaría el dispositivo de seguridad para impedir este tipo actos, pero la de ayer fue la tercera marcha, de manera consecutiva, con tintes violentos.

Hubo un conato de incendio, pues manifestantes prendieron fuego a la puerta de la Cámara de Comercio de la Ciudad de México y sobre las rejas de la Catedral, además de agredir a personas ajenas al contingente, a mujeres policías y reporteros.

Las uniformadas intentaron contener a las inconformes, quienes respondieron lanzándoles pintura en el rostro.

Más de 2 mil mujeres policías implementaron el protocolo que la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) implementó para resguardar, desde el inicio, el patrimonio de la ciudad, así como a manifestantes.

Las uniformadas contuvieron actos violentos y recibieron aerosol en el rostro, utilizaron el diálogo y encapsularon, por escasos minutos, a las marchistas. Sin embargo, esto no impidió las pintas, los intentos por quebrar vidrios y destrozos en general, los cuales fueron mínimos en comparación con los hechos ocurridos en días recientes.

Cuando había intentos de destrozos, las policías de la Unidad Táctica de Auxilio a la Población (UTAP) cercaban las células, lo que provocaba que las inconformes corrieran en otra dirección o las encararan.

Encontronazos. Sobre avenida Juárez la marcha se tornó más difícil. Acompañadas de mujeres de la Policía Auxiliar con equipo antimotines, las uniformadas realizaron dos vallas humanas frente a los negocios de dicha calle, en el primer cuadro de la Ciudad.

Luego, sobre 5 de Mayo, las marchistas realizaron una cadena para encapsular a las agentes.

A su entrada al Zócalo las manifestantes pintaron una pared de Palacio Nacional e intentaron encender fuego en las rejas de la Catedral, posteriormente, tomaron la Plaza de la Constitución para consignar la violencia machista.

Ahí, finalmente, las mujeres fueron cercadas hasta qué finalizó su mitin entre gritos, música, brincos y humo violeta.

Más tarde algunas inconformes denunciaron a través de redes sociales que fueron atacadas con gases lacrimógeno, hecho que desmintió el Gobierno capitalino.

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