De enero al 19 de octubre de 2019, suman 310 policías federales, ministeriales, estatales y municipales asesinados en el país en cumplimiento de su deber, un promedio de uno al día. En todo 2018 se contabilizaron 421 elementos muertos.

Cifras de la organización Causa en Común —obtenidas a partir de un recuento de notas informativas— revelan que la mayoría de oficiales ejecutados pertenece a corporaciones municipales (155), seguido de cuerpos estatales (139) y federales (16).

Al momento, julio se mantiene como el más violento para los uniformados, con 47 bajas, misma cantidad que se registró en julio de 2018. Las emboscadas son la principal causa de muerte de los agentes.

Guanajuato encabeza la lista, con 40 guardias muertos; Michoacán, con 36; Jalisco y Chihuahua, con 22 cada uno; Sonora, con 21; Guerrero, con 20; Estado de México, con 19; Puebla, con 16, y Veracruz, con 13.

Los municipios con más bajas de policías son Acapulco, Salamanca, Amatlán, Amozoc, Chilpancingo, Apaseo el Alto y Ecatepec.

El ataque del 14 de octubre a elementos de la Policía de Michoacán en el municipio de Aguililla, que dejó a 13 agentes sin vida, es el más mortífero contra una corporación policial desde que inició el sexenio de Andrés Manuel López Obrador.

Después de las emboscadas, la principal causa por la que los uniformados pierden la vida son los enfrentamientos con la delincuencia común y organizada.

“En México, todos los días están matando a por lo menos un policía en los estados”, afirmó la presidenta de la organización Causa en Común, María Elena Morera Mitre.

La activista afirmó que el maltrato hacia los oficiales hace muy difícil que los agentes salgan a cumplir con su trabajo.

“Si salen a cuidarte y se encuentran con esta masacre en Aguililla, ¿qué esperanza podemos tener de que ese cuerpo de policía se regenere espiritual y moralmente y quiera volver a las calles?”, señaló.

Morera Mitre insistió en que los policías del país están desprotegidos, sobre todo a nivel municipal, ya que éstos representan más de 50% del total de efectivos asesinados en lo que va de este sexenio.

Indicó que Guanajuato, Michoacán, Guerrero, Estado de México y Chihuahua concentran 50% de los homicidios de gendarmes: “Es muy grave que estén asesinando a los policías y que no tengan ninguna importancia para los ciudadanos ni para la autoridad”, lamentó.

Francisco Rivas, director del Observatorio Nacional Ciudadano, también opinó sobre el tema y explicó que este fenómeno es producto de la poca preparación de las autoridades para combatir a los grupos de la delincuencia organizada.

“Por un lado, tenemos a una delincuencia que puede operar tranquilamente, y por otro lado, a un Estado ineficiente que no es capaz de proteger ni siquiera a los que nos deberían proteger a todos los ciudadanos, es decir, los policías y las Fuerzas Armadas”.

Añadió que los policías municipales y estatales han sufrido la mayor parte de los ataques “por la cercanía. Ellos están inmersos en esos terrenos controlados por la delincuencia. También las autoridades locales son las que tienen mayores debilidades en su formación y equipamiento, incluso en la integridad”.

Por su parte, Raúl Benítez Manaut, experto en seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), consideró que los grupos criminales “le están declarando una guerra al Estado de forma directa. En los años de más violencia —de 2008 a 2011— eran pocos los funcionarios gubernamentales atacados, pero ahora vemos una ofensiva muy dura hacia las policías, el Ejército y la Marina”.

Expresó que para prevenir las agresiones “se debe hacer un gran trabajo de inteligencia, saber dónde están desplegados los grupos criminales más violentos —como los cártes Jalisco Nueva Generación y Santa Rosa de Lima— y fortalecer a los municipales de esas zonas”.

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