En 1957, 1985 y 2017 la capital del país sufrió severos daños por movimientos telúricos de gran magnitud.

Estos tres sismos dejaron miles de muertos en la capital, pero demostraron la gran solidaridad de los mexicanos y del mundo.

"El sismo del Ángel", como se le conoce al de 1957, dejó sin la victoria alada a la Ciudad de México, que entonces registró severos daños, tuvo epicentro en San Marcos, Guerrero, y una magnitud de 7.8

"El del 85" ha sido el de mayor magnitud, con un registro de 8.1 y epicentro en La Mira, Michoacán. Tuvo más de 400 réplicas y marcó al entonces Distrito Federal para siempre.

Las imágenes de los edificios de Tlatelolco derrumbados o de los bebés rescatados del Centro Médico dieron la vuelta al mundo.

La inacción del gobierno de Miguel de la Madrid contrastó con la organización espontánea de la sociedad civil, que formó el grupo de búsqueda "Topos" y hasta grupos que derivaron en la Asamblea de Barrios.

La solidaridad de 1985 volvió 32 años después con el sismo del 2017, que tuvo una magnitud de 7.1 y epicentro en Chiautla de Tapia, Puebla.

A pesar de que la alerta sísmica no sonó en el inicio del terremoto, el sonido permanece en la memoria colectiva.

Y aunque muchos lo han olvidado por el poco registro que existe de esa época, el sismo de Acambay tuvo una intensidad de 6.9, el 19 de noviembre de 1912, en plena Revolución.

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