Fatimih Dávila es una de las protagonistas del libro "Sueños rotos: la trama oculta del modelaje, el fútbol y la televisión" de 2012, escrito por Javier Benech. En el segundo capítulo, denominado "El precio de la fama", la uruguaya aparece en escena.

El autor habla de José Miguel Acosta, más conocido como el "Negro",quien se presentaba como relacionista público en diciembre de 2011 a punto de comenzar la temporada esteña. Lo que Acosta no sabía es que sus conversaciones telefónicas estaban siendo escuchadas por agentes policiales, ya que por orden de la jueza Graciela Gatti  se había puesto en marcha la denominada "Operación Blanca".

Acosta, que se codeaba con las figuras más importantes del mundo artístico del Río de la Plata y tenía ingreso a las fiestas privadas del verano, convencía a jóvenes de que la prostitución podía ser un "trampolín" para sus carreras.

"De las llamadas telefónicas intervenidas realizadas por la justicia y de los propios testimonios de los implicados, surge con claridad que Acosta era socio del mánager de modelos argentino Leandro Santos, quien tiene un estrecho vínculo con la productora Ideas del Sur, propiedad del conductor y empresario Marcelo Tinelli. Acosta también tenía un vínculo de amistad y comercial con el contratista de algunos de los futbolistas uruguayos más importantes de la actualidad, Pablo Bentancur. Esas dos personas, Santos y Bentancur, son, a juicio de los investigadores, las verdaderas cabezas de la organización de prostitución VIP desbaratada en febrero de 2012", cuenta Benech en su libro.

¿Cómo entra Dávila en esta historia? En una intervención telefónica con Acosta, le comentó: "Estuve hablando con Leandro (Santos) y me dijo que estaría bueno que entre en algo de eso para cotizarme, para hacerme más conocida, porque el tema de Miss Uruguay nadie lo valora".

La jueza Gatti, de acuerdo a lo que detalla el libro, entendió que las jóvenes que fueron captadas por esta organización fueron verdaderas víctimas porque estaban en una situación de vulnerabilidad, prometiéndoles proyectos y propuestas laborales que nunca se concretarían. Acosta le aseguró que iba a participar en un programa de televisión en Uruguay y otro en 2020 en Argentina.

Ese año la justicia uruguaya no obtuvo las pruebas suficientes para detener a Santos en el marco de una investigación sobre proxenetismo y trata de personas con fines de explotación sexual.

Sin embargo cinco años después, en 2017, finalmente se concretó la detención de Santos ordenada por la jueza Beatriz Larrieu, quien en ese año estaba encargada de llevar el caso.

Santos fue excarcelado el 1 de diciembre de 2017, lo que implicó la promesa de presentarse siempre que sea llamado por el juez de la causa y fijar domicilio.

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