El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum va a heredar 9.1 billones de pesos adicionales de deuda a las futuras generaciones de mexicanos, de acuerdo con las recientes previsiones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Este dato coincide con el aumento de la deuda que el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó para este sexenio y que la Mandataria desestimó en abril pasado, al declarar que el organismo no entendió que en México llegó la Cuarta Transformación y se acabó la corrupción y los privilegios.
Sin embargo, los compromisos crecerán en esta administración y alcanzarán los 28.2 billones de pesos en 2030, al considerar las proyecciones para el saldo histórico de la deuda bruta del sector público no financiero y el valor nominal del Producto Interno Bruto (PIB), incluidas en el marco macroeconómico de los Criterios Generales de Política Económica 2026 que el secretario de Hacienda,Édgar Amador, entregó al Congreso el pasado lunes.
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Esta cifra significa un incremento de 9.1 billones frente a los 19.1 billones que Hacienda registró al cierre del año pasado.
Al compararla con el tamaño de la economía mexicana, la deuda bruta representará 57.4% del PIB al finalizar esta gestión y será la mayor tasa desde 1988, según la Cuenta de la Hacienda Pública Federal.
El gobierno gasta más de lo que ingresa y contratar deuda es la salida fácil, expone el profesor e investigador del Posgrado de Economía de la UNAM, Clemente Ruiz Durán.
En entrevista con EL UNIVERSAL, destaca la necesidad de ajustar la base impositiva para lograr mayor fortaleza fiscal.
Ver a largo plazo
“Urge plantear una reforma fiscal integral con el fin de dotar al Estado de los recursos necesarios para cumplir con sus tareas fundamentales en beneficio de la población, lo que incluye educación, salud, seguridad e infraestructura”, dice.
En su opinión, se debe convocar a un Congreso Fiscal en 2026 y revisar la estructura de los ingresos públicos bajo una perspectiva para los próximos 25 años.
Desde la gestión anterior se negaron a reconocer la necesidad de aumentar la base impositiva y se trató de subsanar cerrando el boquete de la evasión fiscal, pero fue insuficiente y dejaron de atender necesidades básicas, comenta el académico de la UNAM.

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La mayor deuda pública significa más impuestos para las futuras generaciones de mexicanos, menos gasto, o ambas.
“Estamos en una coyuntura que definirá el país que queremos dejar a las futuras generaciones, pues si hoy no realizamos los ajustes, heredaremos el problema”, advierte Clemente Ruiz Durán.
Los analistas de Banamex, Iván Arias y Arely Medina, indican que la SHCP propone estabilizar la deuda en un nivel máximo en décadas debido a los mayores déficits estimados y gastos.
Desde su punto de vista, para lograr una solución estructural de las finanzas públicas debe evaluarse una reforma fiscal que robustezca no sólo los ingresos federales, sino también los locales, y que acerque a México a tasas de recaudación de países similares.
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Consideran que también se requiere contemplar un gasto que atienda los rezagos en infraestructura, educación y salud generados por los recortes y la ineficiente asignación del presupuesto de los últimos años.
Calculan mayor deuda
Los expertos de Banamex esperan que la deuda bruta alcanzará 60% del PIB hacia 2028, desde una tasa de 57% estimada para 2025.
Hacienda explica que la lógica de ajustar la deuda en función del tamaño de la economía es que a más PIB corresponde una mayor capacidad para absorber pasivos, ya que existe un sector productivo que respalda los compromisos. La dependencia anticipa que el PIB tendrá un crecimiento anual promedio de 1.9% entre 2025 y 2030, tras registrar 1% con el expresidente Andrés Manuel López Obrador.
De confirmarse la expectativa de la SHCP, la presidenta Sheinbaum entregará el segundo peor resultado sexenal en cuanto a crecimiento económico desde Miguel de la Madrid, muestran las cifras del Inegi.
La directora del centro México Evalúa, Mariana Campos, alerta que habrá menos ingresos y recortes al gasto si la economía marcha más despacio de lo previsto por el gobierno, como ha sido en la mayoría de las ocasiones.
La regla de oro de las finanzas, que toda la deuda se use para fines productivos, se rompe en esta administración, expone la también columnista de esta casa editorial.
Con el aumento de 9.1 billones de pesos, el FMI calcula que en este sexenio México se moverá de la posición 85 a la 62 en el ranking que mide la deuda bruta gubernamental frente al tamaño del PIB, desplazando a Argentina, Colombia, Costa Rica y 20 naciones más.