El uso del cubrebocas médico no es recomendable ante la mala calidad del aire que hay en la Ciudad de México porque no protege de las partículas suspendidas PM2.5, que son tan finas que pueden atravesar el material, advirtieron especialistas.

Entrevistado por EL UNIVERSAL, el especialista en química biológica de la Universidad La Salle, Alejandro Arias, dijo que es recomendable que los capitalinos usen cubrebocas o mascarillas industriales ya que estos cubren boca y nariz en su totalidad.

“Protege contra polvos más finos en concentraciones no mayores, están elaborados con tela termo formada y tienen una laminilla metálica para ajuste entre el puente nasal, son más resistentes. Los cubrebocas sencillos son para no contagiar un resfriado no para protegerte de la contaminación”, explicó.

Mientras tanto, el especialista de la Facultad de Medicina la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Raúl Hernández, explicó que las personas que tengan padecimientos o enfermedades crónicas no deben salir de sus hogares cuando haya contingencia, especialmente extraordinaria ya que puede empeorar su situación.

“Usar un cubrebocas sencillo de dos telas puede ser necesario para que nos proteja de partículas de un diámetro más ancho, las partículas 2.5 fácil pueden atravesarlo si se humedece, en ese caso debe ser uno más resistente”, compartió.

Cabe mencionar que en farmacias convencionales el cubrebocas médico llega a tener un costo de tres a cinco pesos, mientras que un industrial o más resistente tiene un costo de 10 a 25 pesos en ferreterías.

Arias comentó que la creación de un plan para erradicar la partícula PM2.5 es necesario con la coordinación de las industrias, ya que son las que las generan.

“Tenemos que actualizar los mecanismos, hay mejores para el monitoreo de calidad del aire. Actualmente sólo cuando rebasa los 150 Imecas por contaminantes se declara la contingencia, entonces la población está expuesta y no se está protegiendo a los más vulnerables de la manera adecuada”, afirmó.

Por otro lado, Pablo Sánchez Álvarez del Departamento de Ciencias Ambientales del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM detalló que entre más pequeñas son las partículas suspendidas en el ambiente, mayores daños causan a la salud, por lo que recomendó seguir las indicaciones de las autoridades.

El académico, quien pertenece al Grupo de Contaminación Ambiental, explicó que entre más pequeño es el diámetro de las partículas suspendidas, con mayor facilidad se respiran y se alojan en los pulmones, lo que puede afectar los mecanismos de defensa o pueden transportar sustancias tóxicas que se adhieren o absorben.

“Las partículas con diámetros aerodinámicos menores de 10 micrómetros [PM10], pueden entrar directamente al aparato respiratorio y depositarse en sus diferentes regiones. Mientras que las partículas finas y ultrafinas, es decir, las menores de 2.5 micras [PM2.5], pueden llegar a la región alveolar [a los bronquios]”, dijo.

El pasado martes, la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) activó la Contingencia Ambiental Atmosférica Extraordinaria por partículas PM2.5, por lo que se emitieron acciones para el cuidado de la salud y la reducción de contaminantes.

Las PM2.5 son los remanentes de lo que arroja al ambiente la industria, por la quema desechos incluso los gases o smog que arrojan los automóviles y el transporte.

La exposición a las micro partículas suspendidas puede generar que se agrave el asma, aumentar la tos y respiración difícil o dolorosa, bronquitis crónica y reducción de la función pulmonar, entre otras consecuencias, explicó Sánchez Álvarez.

“Lo que se puede hacer es esperar a que mejoren las condiciones de dispersión, que haya viento. Por ello es importante el tema de inversión en prevención, controlar los incendios forestales”.

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