Hace cinco años, la expareja de Carmen Sánchez quiso destruirla con ácido y, aunque quemó su rostro, el líquido no tocó lo que él quería: su espíritu.

Ella logró levantarse para luchar contra la violencia de género y también contra la impunidad de la que también ha sido víctima, pues las autoridades mexiquenses no le han hecho justicia, pues el agresor continúa libre.

“Si hay alguien que me diga cómo pedir para que se me haga justicia, le pongo mi carpeta en sus manos, porque yo ya lo pedí de muchas maneras y no me han hecho caso” expresó ante un grupo de mujeres, durante una conferencia en Toluca.

Cuando Carmen conoció a su ex pareja él era amoroso, pero con el tiempo comenzó a ser violento, por ello decidió separarse.

Los hechos que le cambiaron drásticamente la vida ocurrieron en el año 2014 en Ixtapaluca, estado de México, cuando el hombre la buscó para pedirle una oportunidad para regresar y ella se la negó.

El ácido le quemó la mitad del rostro, cuello, pecho y piernas a la mujer de 36 años, quien pasó ocho meses en el hospital y hasta el momento ha recibido 55 cirugías.

El delito que sufrió fue clasificado como “lesiones dolosas” cuando debió ser “intento de feminicidio”. “El ataque con ácido fue un intento por destruirnos en vida”, expresó.

Por mucho tiempo, Carmen reconoce que luchó contra el suicidio pero ahora está de pie y forma parte del colectivo “Resurgiendo”, que busca prevenir a las mujeres sobre la violencia de género.

"No me he reconstruido por fuera pero si por dentro " “El ácido no tocó lo que él quería”.

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