Ayotzinapa, Tixtla.- Janette Francisco Arizola, es hermana de Luis Ángel Francisco Arizola, uno de los 43 estudiantes desaparecidos desde hace cuatro años.

A cuatro años de la trágica noche de Iguala, Janette no puede superar la ausencia de Luis Ángel, pues asegura que siente remordimiento, porque le dio los recursos para que ingresara a la normal Rural Isidro Burgos. Este es su relato sobre ese septiembre:

Era la segunda ocasión en la que intentaba entrar a Ayotzinapa y lo logró. La primera vez en la semana de prueba se lastimó la rodilla y quedó fuera. Decidió quedarse en Chilpancingo a estudiar mecánica, porque yo estaba estudiando la licenciatura en Historia.

En Chilpancingo por las mañanas estudiaba y por las tardes trabajaba en un taller, quería practicar. Ya estaba adaptándose, pero no sé en qué momento decidió intentar entrar otra vez a Ayotzinapa. Mis papás ya no estaban de acuerdo. Me dijo que lo apoyara. Acepte. Vinimos a sacar ficha, hizo el examen, lo pasó, vino a la semana de prueba. Mis papás no supieron. Les contamos cuando ya había ingresado. Ellos aceptaron, pero dijeron que yo lo siguiera apoyando y todo quedó bien.

La noche del 26 me avisaron, no sabía qué hacer: si decirles a mis papás o no.

Pasó una semana, estuve sola, buscando, esperando. No aguante más y les dije. Me reclamaron por no avisarles rápido. Desde entonces dejaron la casa. Mi papá dejó su trabajo de chofer. Dejamos todo. Fueron como dos años que vivimos de lo que nos dieron aquí en la normal. También se vino mi hermano Víctor Manuel, tenía 11 años. Sufrió las consecuencias: dejó de estudiar, iba a las marchas. Pasaron dos años y mi mamá regresó a casa. Se lo llevó para que siguiera estudiando. Acá tratamos de meterlo a una escuela en Chilpancingo, pero los gastos eran altos: pagábamos renta, comidas y sin que nadie trabajara no pudimos sostenerle sus estudios.

Mi papá se quedó para seguir buscando a mi hermano conmigo. Yo no podía regresar a la casa. Compartimos cuarto, mi cama está al lado de la de Luis Ángel. No tenía el valor para llegar. Hace un año mi papá dejó de venir, se comenzó a enfermar: tiene asma, es hipertenso, no puede caminar mucho porque se le va la respiración.  Un año me fui a trabajar a Tlapa, pero no estuve a gusto: veía a mi papá que andaba sólo y me dio mucho temor que le pasara algo.

Mi mamá la pasa mal en la casa, siempre está angustiada, quisiera estar acá, pero tiene que ver por mi hermano y por mi papá que está enfermo. Mi papá a pesar de todo tiene que trabajar, anda de chofer, pero ya no aguanta mucho. Ahorita le están dando tratamiento porque no puede respirar. No hay dinero para que se hagan los estudios que se necesitan, para saber bien qué tiene. Ahora yo estoy pensando también en irme a trabajar, porque se necesita dinero, metí papeles para dar clases. Pero si me voy ya no habrá quien busque a mi hermano. Por eso lo estoy pensando porque lo primero que quiero es saber qué pasó con mi hermano.

Yo me siento muy mal, porque si le hubiera negado el apoyo nada le hubiera pasado a mi hermano. Me siento responsable, porque mis papá habían dicho que no, pero como lo vi interesado le dije que lo iba apoyar para que volviera a entrar y entró. Ahora prácticamente nuestra vida se acabo, ya no es vida. Mis papás se desesperan, se pelean. Mi hermano no le podemos decir nada que Luis Ángel porque se pone triste, se encierra. Siento que ya no estamos viviendo.

arq

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