Al arrancar el próximo gobierno, Andrés Manuel López Obrador acabará con viajes, borracheras y choferes como parte de un programa de austeridad y que pretende terminar con el influyentismo de servidores públicos, que tendrán como consigna atender a los ciudadanos con respeto, sin groserías ni majaderías.

Los 50 lineamientos generales para el combate a la corrupción y la política de austeridad republicana, que presentará próximamente el virtual presidente electo y cuya copia tiene EL UNIVERSAL, incluyen ordenamientos puntuales para apretar el cinturón a funcionarios.

Por ejemplo, ningún servidor público podrá viajar al extranjero sin autorización del secretario y la partida correspondiente a ese viaje se limitará a lo indispensable.

“Nadie podrá utilizar aviones ni helicópteros del gobierno. Se venderá esa flotilla. Los gastos de viáticos se limitarán a lo indispensable”, precisa el plan que echará a andar López Obrador el 1 de diciembre, cuando sea nombrado oficialmente Presidente de la República.

También quedará prohibido utilizar vehículos oficiales y otros bienes públicos para asuntos particulares.

Aunque en oficinas públicas está prohibido, el político de Tabasco estableció que ningún funcionario podrá asistir al trabajo en estado de ebriedad, mucho menos ingerir bebidas alcohólicas en las oficinas públicas.

En el plan general de austeridad, que López Obrador presentó a sus diputados locales, alcaldes y gobernadores en una reunión privada, se estipula que sólo tendrán apoyo de chofer los secretarios y subsecretarios del gobierno federal.

El documento incluye también una reducción de 70% de todo el personal de confianza y a aquellos que no sean recortados les aumentará la jornada laboral de lunes a sábado, sólo con un día de descanso y cuando menos ocho horas diarias de trabajo.

mdgm

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