Se trata de Carlos Antonio Santamaría Díaz, quien ya había estudiado diplomados y había cursado algunas materias y prácticas en la Facultad de Química (FQ), en el Centro de Ciencias Genómicas (CCG) y en el Instituto de Investigaciones en Materiales (IIM).

"Sólo quiero estudiar; si me cierran las puertas, me meteré por las ventanas”, dijo.

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La mayor dificultad para llegar finalmente a las aulas de la Facultad de Ciencias, recordó, es “que mis papás convencieran a las personas de que me dejaran hacer los exámenes de secundaria y bachillerato, porque decían que seguramente era puro cuento”.

Cuando le preguntan cómo llegó a este momento, el ahora alumno de la UNAM responde que lo más importante para él ha sido nunca decir que "no se puede", incluso en el examen de admisión que le pareció muy difícil especialmente porque se le dificultaron las ecuaciones de cálculo integral.

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“Es estarle dando, nunca decir ‘no se puede’, me voy a regresar a la primaria. Siempre hay una forma de entrar. También estudié por Internet, así he aprendido biología, cálculo, pero además hay que tener el apoyo de toda tu familia, lo más importante. Mis padres han hecho más que yo, ellos han preparado todo, y yo sólo estudio y apruebo los exámenes, pongo la última pizca para pasar a lo siguiente”.

 

Su siguiente meta es construir una mitocondria, una de las partes de la célula, con el objetivo de algún día construir una célula completa que le ayude a curar enfermedades que hasta el momento son de difícil tratamiento.

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“Construir una mitocondria desde cero, identificar todos sus procesos, relacionarlos y poco a poco reconstruir esos procesos en la vida real, y hacer una pequeña población de mitocondrias, generar un medio en el que se puedan desarrollar. Podemos seguir con los demás organelos hasta conseguir una célula completa y de ahí curar casi cualquier enfermedad”, explicó.

cg

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