El fin de semana ocurrió en la Sierra Gorda unos de los sismos más grandes de los que se tiene registro dentro del sistema sismológico en Querétaro,informó Juan Martín Gómez González, investigador titular del Centro de Geociencias de la UNAM, campus Juriquilla.

Querétaro, al igual que el 90% del territorio mexicano, es susceptible de resentir sismos, lo que cambia es la frecuencia y las magnitudes que puedan llegar a registrarse. El sismo que se presentó el fin de semana fue de 3.5 y se encuentra entre los más grandes, pero aún dentro de los que se catalogan como de microsismisidad, destacó.

La confusión respecto a que se habría registrado en Cadereyta ocurrió porque el Sismológico Nacional acostumbra indicar como referencia la concentración de población más grande que se encuentre cercana.

¿Qué tanto tiembla en Querétaro?

Ocurrió entre los límites de Querétaro y Guanajuato, aproximadamente a un kilómetro de la comunidad de Río Blanco, en Pinal de Amoles y 35 kilómetros al sur de Arroyo Seco.

En 1889, el sismo más fuerte en Querétaro. En 1889, en Landa de Matamoros, se presentó un sismo de 5.4, unas 900 veces más grande que el de 3.5 registrado el fin de semana.

“Pongámoslo así: en la historia de Querétaro han ocurrido sismos más grandes … pero no es el más grande, esos son comunes, como esos hemos registrado varios a lo largo de 20 años, no es nada especial, por ejemplo, hoy en la mañana [domingo] hubo uno de San Luis Potosí de 3.6; creo de ahí para abajo son magnitudes normales en la Sierra Madre Oriental”, apuntó Gómez González.

El sismo que ocurrió en Pinal derivó de las estructuras de la Sierra Madre Oriental, generada, aproximadamente, entre hace 60 y 120 millones de años. Su recorrido llega hasta Estados Unidos, a lo largo cuenta con miles de fallas geológicas de diferentes tamaños y donde exista una puede ocurrir un sismo.

Aún debe usarse con mucha cautela frases como que los sismos de mayor intensidad son raros en Querétaro, pues no existe una historia instrumental amplia para respaldarlas, dice.

Para 1889 no se contaba en el país con sismógrafos, actualmente Querétaro tiene 8.

Conocer la dimensión y el punto en el cual ocurren esos fenómenos ayuda a entenderlos en beneficio de la población.

Por ahora se cuenta con la conexión remota a los sismógrafos gracias a un apoyo obtenido del Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Querétaro (Concyteq); antes resultaba necesario que los especialistas fueran directamente a los aparatos para obtener las lecturas, lo que demoraba semanas para conseguir la información.

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