Algunos indígenas de México rechazan ser tratados por doctores convencionales. Para abordar este fenómeno, un centro sanitario  de Amealco creó una unidad de medicina tradicional con curanderos y parteras, que ha tenido muy buena acogida entre la población indígena.

Amealco,  tiene una población de 67 mil habitantes, de los cuales un 38% son indígenas, que desde 2013 pueden ser atendidos por expertos en medicina tradicional en el Centro de Salud con Servicios Ampliados (Cessa).

“La población indígena no acudía a los centros de salud porque aplican medicina alópata [convencional] y no cuentan con traductores. Ahora, a través de la unidad de medicina tradicional, se puede dar esta atención”, dijo Luz Cortés, directora de la jurisdicción sanitaria 2 de Querétaro.

El centro, que está capacitado para dar cobertura médica a 10 mil habitantes, permite “conservar la cultura de la zona indígena y preservar la medicina tradicional”, añadió Cortés.

Cuando un paciente llega al hospital puede decidir en qué unidad quiere ser atendido. Para ello, el centro sanitario dispone de 19 médicos generalistas, nueve especialistas y 14 profesionales con larga experiencia en medicina tradicional.

“Todo el personal que trabaja en el área de medicina tradicional son personas que por muchos años han sido curanderos. Además, esta unidad cuenta con dos practicantes de la licenciatura en salud intercultural”, detalló.

Aceptación.

La directora sanitaria sostuvo que, tras cuatro años, el centro ha recibido “una buena acogida” por parte de la población, algo que confirman distintos pacientes una vez atendidos.

“Creo que es lo máximo porque las que no queremos una medicina tenemos la otra, la natural que es de hierbas”, argumentó la usuaria Socorro Mendoza.

Por su parte, el paciente Florencio Ribera opta por la medicina convencional en lugar de la tradicional, considera que la iniciativa “ayudó mucho al municipio”.

La mayoría de indígenas que acuden al centro lo hacen en busca de tratamiento para lesiones musculares, dolores de espalda, estrés y acomodo de bebés.

Entre los servicios que ofrecen los curanderos del Cessa destacan las desintoxicaciones mediante temazcal, una construcción con forma de bóveda donde se concentra el vapor, parteras que asisten a los nacimientos y una traducción del ñhañhu, lengua indígena de la zona.

Para que los ginecólogos, cirujanos y odontólogos del centro pudieran compenetrarse profesionalmente con los curanderos y las parteras, el personal pasó una serie de cursos sobre las distintas disciplinas médicas.

“Nos han estado preparando en cursos de interculturalidad para entender esta tradición de la medicina, a nosotros como médicos alópatas y a ellos como médicos tradicionales”, explicó Olga Yáñez, directora del centro.

Ello permitió establecer complicidades entre los trabajadores del centro y vincular las disciplinas convencionales con las tradicionales para ofrecer un mejor servicio a los pacientes.

Pese al miedo e incertidumbre inicial que le suscitó el proyecto, cuatro años después Yáñez se confiesa “realmente contenta y feliz de formar parte de esto”.

“Conforme vamos trabajando juntos y nos conocemos, empieza a haber esa confianza. Ellos saben sus límites y nosotros los nuestros. No ha sido difícil la relación entre unos y otros”, comentó.

A pesar de los pocos años que tienen el servicio, la fama del centro de salud ha trascendido las fronteras, ya que extranjeros han llegado hasta Amealco para solicitar las atenciones tradicionales.

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