El rey Salman de Arabia Saudí decretó ayer que a partir de 2018 permitirá por primera vez que las mujeres conduzcan, rompiendo un tabú en este reino ultraconservador regido por una visión islamista, que impone importantes restricciones a sus ciudadanas.

La comunidad internacional celebró la decisión del reino, que era el único país que prohibía que las mujeres se pusieran al volante, pero analistas y politólogos señalan que lo que parece ser un avance por la equidad de género en Arabia Saudita, también es una estrategia para acallar las críticas sobre la represión saudita y mejorar su imagen en Occidente.

¿QUÉ OCURRIÓ?
El rey Salman ordenó el martes por la noche autorizar la concesión del permiso de conducir a las mujeres, según un decreto difundido por la agencia de prensa estatal SPA.

Esa medida, reclamada desde 1990 por activistas, entre ellas algunas que fueron detenidas por no acatar la prohibición, entrará en vigor a partir de junio de 2018.

Entretanto, las agencias afectadas por el cambio legal deberán "hacer todas las modificaciones necesarias en la normativa vigente" y desarrollar las infraestructuras requeridas para acoger a "millones" de candidatas, explicó laembajada saudí en Washington.

"Estoy entusiasmada y al mismo tiempo sorprendida", exclamó en Riad Haya Rikayan, una empleada de banco de 30 años. "No me esperaba a una decisión como ésta antes de 10 o 20 años".

"¡Es un día muy feliz! Aún no me lo creo, sólo me lo creeré cuando lo vea con mis propios ojos", dijo Shatha Dusri, empleada de la compañía petrolera Aramco en Dahrán (este).

Muchas mujeres de la élite saudita, que podían conducir en lugares como Londres o Dubái, habían intentado saltarse esa prohibición en su país, pero habían sido detenidas.

Las sauditas siguen siendo objeto de duras restricciones en su país. En el marco de su ambicioso plan de reformas económicas y sociales "Visión 2030", Riad parece dispuesto a suavizar algunas de las restricciones impuestas a las mujeres.

UNA CORTINA DE HUMO
Analistas y politólogos señalan que estos intentos de mitigar las restricciones sociales, que hasta el momento no se han traducido en mayores derechos civiles ni políticos, también buscan acallar las críticas sobre una reciente campaña de represión en el reino.

De acuerdo con el especialista en Medio Oriente del diario británico The IndependentRobert Fisk, la nueva medida tendría mucho más que ver con un intento del príncipe heredero Mohammed bin Salman para ganarse a Occidente, que con una lucha por los derechos civiles y la equidad de género.

“Salman es un hombre conocedor de los medios de comunicación y acaba de presionar el botón que sabía que generaría titulares: las mujeres saudíes podrán conducir por primera vez en la historia del reino. Y así sucedió. Durante 24 horas, el mundo fue informado sobre ello, en lugar de lasdecapitaciones por crímenes menores, del arresto de activistas de derechos humanos y de la horrible guerra en Yemen”, señaló Fisk.

Las autoridades detuvieron este mes a una veintena de personas, incluidos predicadores influyentes e intelectuales reformistas. Algunos analistas afirman que varios de ellos habían criticado la política exterior del joven príncipe heredero Mohamed bin Salman, como el boicot a Catar, el financiamiento a la guerra yemení y algunas reformas como la privatización de empresas públicas y la reducción de las subvenciones estatales.

LIBERTAD, NI TAN FÁCIL NI TAN RÁPIDO
Fisk advierte que, pese al decreto real, aún hace falta que una comisión detalle el levantamiento de esta prohibición: qué tipo de auto se les permitirá usar a las mujeres, cuál será el límite de edad, enqué sitios podrán conducir y si se dará el permiso a todas las féminas o sólo a las casadas.

Hace sólo una semana, un clérigo saudita dijo que “las mujeres no deben conducir porque tienen un cuarto de la capacidad intelectual de los hombres", así que es de esperarse que habrá algún límite a esta nueva libertad.

Cabe recordar que en Arabia Saudita todas las mujeres tienen que tener un tutor masculino, "mahram", que puede ser su padre, su hermano, su marido, o incluso un hijo, en caso de haber enviudado. Y para cualquier actividad que deseen realizar, desde caminar por la calle hasta abrir una cuenta en el banco, necesitan hacerla junto a su tutor que, en muchos casos, debe firmar un permiso.

¿AVANCE EN LA EQUIDAD DE GÉNERO O SÓLO UNA CAMPAÑA?
Para Fisk, “no hay duda de que Arabia Saudita necesita algunas buenas noticias”, su eterna enemistad contra Irán -de mayoría chiíta- ha sido destapada como una campaña de odio religioso (Arabia Saudita es de mayoría sunita, la otra rama del islamismo). Además, su intento de aislar a Catar está fallando, su guerra en Yemen (con más de 10 mil muertos) es vista con creciente aversión por los saudíes, y menos aún por los mismos yemeníes.

Sin embargo, todo esto pasa a segundo plano cuando recordamos que Occidente adoptó como su causa el deseo de las mujeres sauditas de conducir. Bajo esa visión, “el levantamiento de la prohibición debe considerarse como un gigantesco avance publicitario en los derechos humanos, en la equidad de las mujeres en el mundo islámico y en el Golfo”, pese a que el resto de los países árabes de la región han permitido a las mujeres conducir vehículos desde hace años.

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