Los opositores que exigen la renuncia del presidente Daniel Ortega volvieron a marchar pacíficamente ayer en Managua, la capital de Nicaragua, donde los obispos expresaron que evaluarán su continuidad como mediadores en el diálogo nacional y los universitarios anunciaron nuevas protestas contra el gobierno.

Bajo el lema “De que se van, se van” y exigiendo la libertad de los líderes opositores y personas detenidas, miles de ciudadanos marcharon por una de las principales avenidas de la capital.

En tanto, líderes universitarios anunciaron una nueva marcha pacífica para hoy, fecha simbólica en la que se celebra el Día del Estudiante y que conmemora el asesinato de cuatro universitarios que se manifestaban contra la dictadura somocista en la ciudad de León, en 1959.

Con las clases suspendidas en casi todos los niveles educativos desde que estallaron las protestas, los jóvenes comunicaron a través de un video que se sumaban al clamor estudiantil y que sólo regresarán a las aulas “bajo condiciones de democracia”, una de las exigencias hechas al gobierno por la opositora Alianza Cívica.

Además, el presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), cardenal Leopoldo Brenes, anunció que los obispos se reunirán esta semana para evaluar su continuidad como mediadores en el diálogo nacional. Al concluir la misa dominical en la Catedral, el arzobispo de Managua negó nuevamente que ellos sean “parte de un plan golpista”, como acusó el mandatario, razón por la que los “descalificó” como mediadores y testigos del diálogo nacional, que inició en mayo y está estancado. El mandatario también acusó a la CEN de apoyar a “grupos satánicos y criminales”, en alusión a los manifestantes antigubernamentales, y de usar “muchos templos como cuarteles para almacenar armas y bombas”.

Brenes dijo que los templos católicos abrieron sus puertas a los manifestantes desarmados, retomando un pensamiento del papa Francisco que mandaba a las iglesias a “convertirse en hospitales de campaña” en zonas de mucha violencia.

Sobre el desalojo del campamento de madres y esposas de los encarcelados en El Chipote, que fue trasladado a los predios de la Catedral de Managua, el prelado señaló: “Tener un hijo en la cárcel es duro, es un gran dolor, creo que hay que tener consideración para ellas”. El obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, dijo que los religiosos seguirán como mediadores en el diálogo nacional.

El sitio de noticias Confidencial hizo pública una carta del  teólogo de la liberación y antiguo aliado de los sandinistas Leonardo Boff, en la que manifestó su apoyo a los obispos de Nicaragua.

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