Al menos 35 civiles, entre ellos nueve niños, murieron este martes por la mañana en un bombardeo aéreo que desprendió "gas tóxico" en una ciudad del noroeste de Siria, informó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), duplicando el balance inicial de 18 muertos.

Según la ONG, que desconoce de qué tipo de gas se trata, los civiles murieron por asfixia en Jan Sheijun, en la provincia de Idlib. Decenas más sufrían problemas respiratorios y otros síntomas.

El OSDH, basado en Gran Bretaña y que cuenta con una vasta red de fuentes en Siria, no pudo decir si los bombardeos provenían de aviones del ejército sirio o rusos, aliados del régimen.

El ataque se produce al inicio de una conferencia de dos días en Bruselas sobre el futuro de Siria auspiciada por la Unión Europea y Naciones Unidas. 

La oenegé indicó que, según fuentes médicas en el terreno, se habían producido desmayos, vómitos y las víctimas echaban espuma por la boca.

Fotos de activistas mostraban a voluntarios de los Cascos Blancos, los socorristas en zona rebelde, ayudar a los heridos rociándolos con agua y al menos dos hombres con espuma blanca alrededor de la boca.

La provincia de Idlib se encuentra controlada mayoritariamente por una alianza de rebeldes y yihadistas y es bombardeada regularmente por aviones del ejército sirio y de Rusia, así como de la coalición liderada por Estados Unidos para neutralizar a los yihadistas. 

El gobierno sirio ha desmentido en muchas ocasiones el uso de armamento químico en una guerra que ya ha dejado más de 320 mil muertos desde marzo de 2011.

Pero las alegaciones de que Damasco emplea este tipo de armas se suceden y una investigación dirigida por la ONU ha apuntado al régimen por al menos tres ataques con clorina en 2014 y 2015.

Siria ratificó la Convención sobre la prohibición de armas químicas en 2013.

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