El 80% de las muertes registradas en la entidad por influenza estacional se dieron en la Zona Metropolitana de Querétaro (ZMQ), informó la Secretaría de Salud estatal (Sesa).
En la entidad, al 25 de abril, se han registrado 25 defunciones por influenza, cifra de la cual 20 de estos casos se concentran en tres municipios de los cuatro municipios de la ZMQ: Querétaro, El Marqués y Corregidora.
En el municipio capitalino hay 16 fallecimientos a causa de la influenza estacional.
Tres fallecimientos se localizaron en El Marqués y uno más en Corregidora.
El resto de los decesos se dieron en los municipios de San Juan del Río (2), Tequisquiapan (1), Ezequiel Montes (1) y Pedro Escobedo (1).
Al 25 de abril se han registrado en la entidad un total de 971 casos acumulados positivos a influenza estacional en la temporada. Se trata de 559 mujeres y 412 hombres. De estos, nueve tienen domicilio en el municipio de Amealco, 31 en Cadereyta de Montes, cinco en Colón, 55 en Corregidora, 39 en El Marqués, 15 en Ezequiel Montes, seis en Huimilpan, 13 en Jalpan de Serra, dos en Landa de Matamoros, siete en Pedro Escobedo, cuatro en Peñamiller y ocho en Pinal de Amoles
También hay contabilizados 687 casos en Querétaro, cuatro en San Joaquín, 69 en San Juan del Río, ocho en Tequisquiapan y nueve en Tolimán.
La Sesa también informó que hasta el momento se han aplicado 549 mil 122 dosis de la vacuna contra la influenza, lo que significa un avance de 88.64% de la meta estatal programada (619 mil 499).
El Consejo Estatal de Vacunación determinó que la vacunación contra la influenza estará disponible a toda la población, por lo que puede ser aplicada a partir de los seis meses de edad hasta los 100 años, en las unidades de salud del IMSS, ISSSTE y Centros de Salud en el horario de atención de cada unidad.
La influenza estacional se caracteriza por el inicio súbito de fiebre alta, tos (generalmente seca), dolores musculares, articulares, de cabeza y garganta, intenso malestar y abundante secreción nasal. La tos puede ser intensa y durar dos semanas o más. La fiebre y demás síntomas suelen desaparecer en la mayoría de los casos en una semana. No obstante, en personas con enfermedades crónicas, la influenza puede ser grave, e incluso provocar la muerte.