Ocho meses después del ataque al bar Los Cantaritos que dejó 10 muertos, La Fiscalía de Querétaro empezó a retirar los sellos del inmueble el cual estaba asegurado, al no requerirse el local para investigaciones en curso.
Así lo confirmó el gobernador Mauricio Kuri González, quien reiteró que, aunque el inmueble sea devuelto a sus propietarios, su administración no permitirá que vuelva a operar como un centro de venta de alcohol.
El mandatario fue enfático al señalar que el gobierno estatal será estricto con la apertura de nuevos giros similares y revisará con especial cuidado los permisos, horarios y responsables de futuros establecimientos.
“Lo importante es que no se permita de nuevo un lugar de venta de alcohol en ese sitio. Nosotros tenemos que ser muy duros con las aperturas de nuevos lugares así”, declaró el gobernador.
El caso del bar Cantaritos generó conmoción en Querétaro el 9 de noviembre de 2024, cuando un comando armado irrumpió en el establecimiento, ubicado en la avenida Circunvalación del Centro Histórico, y disparó contra los asistentes.
El ataque, que duró menos de un minuto, dejó un saldo de 10 personas muertas —siete hombres y tres mujeres— y más de una decena de heridos. La camioneta utilizada por los agresores fue hallada incendiada en el municipio de El Marqués y, posteriormente, se logró la detención de al menos un presunto responsable.
La agresión fue atribuida a un ajuste de cuentas entre grupos criminales, presuntamente el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Santa Rosa de Lima.
A raíz de estos hechos, el gobernador anunció que se reforzará la supervisión de los llamados “giros negros” en el estado, en coordinación con autoridades municipales y estatales, con el objetivo de evitar que espacios con antecedentes violentos vuelvan a operar sin el debido control.
“Habrá que revisar mucho quién está llegando y cómo están operando… pero eso no significa que bajaremos la guardia”, advirtió.