Ecocentro Expositor abrió sus puertas: ahora es el escenario que recibe a los cientos de profesores y al personal administrativo del sector educativo del estado para su vacunación.

En el estacionamiento, los vendedores ambulantes ofrecen a los profesores -con su tradicional grito de venta- dulces, papas, churros, goggles, cubrebocas, aguas de sabor, churros, aguas embotelladas, frutas picadas y hasta tacos.

Estos emprendedores tienen la misma energía que aquellos que están afuera de las escuelas vendiendo las tradicionales botanas para los niños que salen del turno matutino.

Serpenteante, la fila va creciendo conforme arriba el personal educativo. La longitud supera los 300 metros y en el intermedio está el vendedor de las aguas de tres sabores.

“¡Llévele!” Docentes en Querétaro, entre dosis y ambulantaje
“¡Llévele!” Docentes en Querétaro, entre dosis y ambulantaje

Caminando, la vendedora de sombrillas y gorras se acerca uno a uno mostrando sus productos mientras los profesores aguardan bajo el Sol antes de llegar a las carpas.

En medio de la explanada está una camioneta al estilo foodtruck, que vende toda clase de garnachas, agua, papas saladas, refrescos y lo mejor de todo es que los consumidores no tienen que salirse de la fila, el servicio de comida se les proporciona hasta donde se encuentren.

La venta la hacen todos los comerciantes, unos son tan pequeños como el niño que carga en una canasta de mimbre churros de azúcar.

A los profesores se les puede distinguir su especialidad por su ropa; las maestras de folclor vienen con vestuarios tradicionales, los profesores de deportes en pants, tenis y gorra; en tanto, las voces de las maestras de primaria sobresalen por su voz grave y fuerte.

Ese es el caminito de los docentes, que muy bien ordenados van a recibir la vacuna CanSino. Ya en la sala de vacunación, los profes bromean acerca de los nervios que les genera la inyección. Algunos sudan frío, otros no dejan de retorcerse en las sillas plegables, tal cual un niño en primer día de clase.

A la par, en un carrito de rueditas, las enfermeras del sector salud preparan las dosis para cada uno de los maestros.

“¡Llévele!” Docentes en Querétaro, entre dosis y ambulantaje
“¡Llévele!” Docentes en Querétaro, entre dosis y ambulantaje

Una de las indicaciones para el buen desempeño de la vacuna será no consumir alcohol durante 30 días, por ahí se escuchan las risas nerviosas y más de algún profesor bromea y dice: “vámonos, mejor me espero”.

Llegado el momento, la enfermera indica “maestra, póngase ‘flojita’”, mientras aplican la dosis y la vacunada aprieta los párpados.

Luego viene el agradecimiento: “Gracias, y felicidades por su labor”. La enfermera ruboriza responde “Gracias a ustedes, por enseñar a los niños”.

Una vez transcurridos 15 minutos de espera de observación, el médico a cargo del área pregunta si han tenido alguna reacción o sienten alguna extrañeza antes de ser evacuados de los galerones del centro expositor con una estrellita en la frente, para dar paso a un nuevo contingente que reciba la vacunación.

A las afueras continúa el peregrinar de los demás profesores, que soportan el calor a una temperatura cercana a los 27 grados y una espera en promedio de 50 minutos.

Por las avenidas continúan llegando los camiones amarillos del transporte escolar pero esta vez los alumnos se han quedado en casa, son los profesores y administrativos los que van recibir la anhelada vacuna.

Los datos oficiales del gobierno federal indican que, de acuerdo a los “resultados del análisis intermedio del ensayo clínico de Fase III, mostraron que la vacuna tiene una eficacia general del 68.83 % para la prevención de todas las infecciones sintomáticas de Covid-19, 14 días después de la vacunación y 65.28 % 28 días después de su aplicación. Adicionalmente, la vacuna Ad5-nCoV tiene una eficacia del 95.47 % para la prevención de enfermedad grave 14 días después de la vacunación y 90.07%, 28 días después de su aplicación”.

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