El agua baja con fuerza por el camino que comunica a las comunidades de La Griega con Puerta del Lobo, en El Marqués. Hace 24 horas era imposible pasar por la cantidad de líquido que escurría debido a la ruptura de un vaso regulador. Ayer, los autos ya podían circular aunque los habitantes esperan más afectaciones, pues las lluvias apenas comienzan.

El camino hacia La Griega, por la carretera 500 luce las consecuencias de las lluvias de los días pasados. Algunos charcos sobre la carretera, al cruce con la vía 200, hacen que los conductores disminuyan la velocidad. Sobre la carpeta asfáltica de esta autopista aún se puede ver sedimento y rocas llevadas hasta ahí por la corriente de agua.

En la 500, rumbo a La Griega, se observan charcos a la orilla del camino. Una bendición para los hombres del campo, que esperaban la llegada de las lluvias para evitar la pérdida de sus cultivos, pues la que era tierra seca y quebradiza hasta hace unas semanas, ahora es un húmeda.

La comunidad de La Griega realiza sus actividades de manera ordinaria. En la pequeña plaza, en el centro de la localidad, los vendedores de artículos para el hogar ofrecen sus mercancías a las amas de casa que pasan para recoger a sus hijos del jardín del niños, los que aún van, pues para muchos ya empezaron las vacaciones de verano.

En la avenida Emiliano Zapata, por donde se ingresa a La Griega desde la carretera 500, la tierra comienza a secarse, dejando polvaredas detrás de los automóviles y camiones que circulan por la misma.

De esa avenida se siguen los señalamientos que conducen a Puerta del Lobo. Se toma la calle San Francisco de la Griega, pequeña vía que pasa del pavimentado al empedrado en las escasas cinco cuadras de la comunidad.

Sin embargo, el camino se interrumpe. La calle está siendo reparada. Se cambia el empedrado de la calle. En una zona hay un encharcamiento. A un costado, en dos viviendas trabajan unos albañiles. Uno de ellos indica que la inundación fue más adelante. “De donde está el zaguán para allá, enfrente”, responde.

La calle comienza a bajar, las paredes de las casas aledañas y los costados del arroyo muestran que el agua alcanzó al menos el metro y medio de altura en unas zonas.

Un hombre, vecino de la zona, dice que todos los años ocurren estas situaciones, pues el agua no tiene por dónde salir y es abajo donde se junta. “A ver cómo se pone, apenas está empezando la temporada de lluvias. Esto apenas es el principio”, comenta.

Los conductores ya se aventuran a pasar con sus vehículos por el bajo puente del camino que lleva a Puerta del Lobo; 48 horas antes pocos se atrevían a hacerlo, debido al nivel que alcanzó el agua.

A pesar de que no ha llovido en 24 horas, el escurrimiento de agua en esa parte del camino, bajo las vías del tren, continúa de manera constante.

Un hombre pasa con su caballo por el camino sin mayor problema, mientras que el conductor de un automóvil compacto, se toma las cosas con calma y pasa despacio. El agua salpica el cofre de la unidad, pero sigue adelante y logra pasar.

Más allá del puente hay unas casas, las últimas de La Griega, donde unos hombres jóvenes observan el paso de los vehículos sobre la corriente de agua que ocupa todo el camino.

A la orilla del camino rumbo de Puerta del Lobo se observa “la ruta” que sigue el agua hacia la parte baja de El Marqués, pues el escurrimiento es constante. Los campos de cultivo se benefician por la humedad del suelo, adquieren un tono verde intenso y el aire huele a tierra mojada.

Un vaso, a escasos tres kilómetros de La Griega, deja escapar el agua que corre hasta la comunidad. El sonido del agua llega hasta la pequeña carretera de dos carriles y escasos seis metros de ancho.

En una parte del camino los escurrimientos son por ambos lados. Uno de los vasos de El Marqués, en las inmediaciones de Puerta del Lobo también deja escapar agua. Está llena y el líquido sale de manera constante.

En Puerta del Lobo las condiciones son normales. No hay afectaciones.

Mientras que el río Querétaro, en la zona de La Cañada, presenta un afluente normal. En la Presa del Diablo el nivel del agua es aún bajo, aunque el lunes, por las lluvias registradas el nivel del afluente creció y fue difundido en redes sociales.

Otras imágenes mostraron un río a punto de desbordarse en la zona de Hércules, el agua superó la altura de las banquetas e ingresó a algunas casas.

También son evidentes las señales de la presencia del agua, pues un polvo rojizo, de los cerros aledaños a Hércules se aprecian por las calles.

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