Con un monto promedio de 100 a 150 pesos diarios, las amas de casa de la ciudad han visto disminuida su capacidad de compra y han dejado de consumir frutas con tal de adquirir carne o verduras para la comida diaria.

Durante un recorrido realizado por la señora Verónica Bárcenas en el mercado Mariano Escobedo, tuvo que verificar precios en seis diferentes puestos de frutas y verduras para encontrar la mejor calidad y el precio más bajo para poder realizar su compra diaria.

Jitomates, cebollas, zanahorias, lechuga, calabacitas, pollo para el día y frutas de temporada es lo poco que pudo comprar con los 150 pesos que llevaba, eso sin contar el dinero que ya fue invertido en la tarjeta de Red Q con la que llegó desde su casa en Mansiones del Valle al mercado.

“Mi esposo es el que trabaja y a la quincena destinamos en promedio mil pesos sólo para la adquisición de la comida. Normalmente me la paso buscando, porque es mucho más barato comprar en los diferentes mercados que el supermercado. Al menos aquí tenemos la certeza que todo viene directo de la Central de Abastos y pocas cosas se han refrigerado, por eso es que me gusta más, pero hay productos que si he dejado de llevar porque ya no alcanza para lo que uno piensa hacer de comer”, explicó la señora Bárcenas.

Hace sólo cinco años, los mismos 150 pesos le rendían para llevar a su casa la carne para la alimentación de su familia, de cuatro personas, las frutas eran adquiridas el mismo día que las verduras y en una semana podía disfrutar de manzanas, naranjas y uvas, dependiendo de la temporada.

A su decir, los precios han subido pero los ingresos siguen igual, por lo que ahora ha tenido que sacrificar las frutas con tal de darles más verduras a los niños, pues el mismo dinero que destinaban ahora rinde para la mitad de los productos que solía comprar con anterioridad.

“Mi esposo no quiere que yo trabaje, pero en algunas ocasiones si quiero porque no nos alcanza para poder llevar más cosas a la casa. Los niños luego necesitan artículos para la escuela y si uno utiliza lo del gasto diario en material para las clases, pues ya no se completa para la comida del siguiente día y hay que comer más seguido el recalentado, que normalmente es para el último día de clases o cuando ya los niños están listos para ya no hacer nada” afirmó la mujer.

Aseguró que las cosas han ido subiendo cada día y con el aumento en los precios de las gasolinas, todo aumenta cada mes, pero eso poco le importa a los legisladores que lo único que hacen es solicitar más impuestos y vivir a costa de lo que los demás trabajan, concluyó la ama de casa encargada de alimentar a sus dos hijos y esposo.

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