A través de los años, las vecindades fungieron como el hogar para innumerables familias. Se convirtieron en una forma de vida que fue representada en numerosas películas de la Época de Oro del cine mexicano o en series populares, como el conocido Chavo del Ocho.
La vida en la vecindad se ilustró siempre de la misma forma: mujeres lavando, hombres ausentes trabajando y niños jugando en el patio del inmueble; no obstante, esta idea, recreada a través de la memoria popular, ha cambiado con el paso del tiempo.
De acuerdo con Eduardo Rabell Urbiola, cronista auxiliar del municipio de Querétaro, se estima que hace 100 años existieron entre 45 y 55 vecindades en la ciudad. La mayoría ha desaparecido y las que aún continúan funcionando han sufrido muchos cambios, que las alejan de su versión original.
Rabell Urbiola menciona que la vecindad del Agua Limpia, que se ubica en la actual avenida de Ezequiel Montes, es una de las viviendas de este tipo más representativas en Querétaro; señala que pertenecieron a una clase medianamente acomodada.
Sin embargo, en su mayoría, las vecindades fueron espacios destinados para las clases marginadas y se caracterizaban por mantener baños y los lavaderos compartidos.
En la actualidad, muchos de estos inmuebles han desaparecido y los que aún permanecen se mantienen escondidas, detrás de grandes puertas, generalmente cerradas, que dificultan dar con su ubicación.
“Así como aparecieron, desaparecieron ¿Por qué? Se dice que por mal mantenimiento o, en algunos casos, por nula atención”, refiere.
“ También desaparecieron porque no faltó a quien ya no le interesó seguir con la vecindad y sencillamente sacaron afuera a la gente”, comenta el cronista.
Además, menciona que, en el peor de los casos, los propietarios han dejado que estas construcciones se derrumben para dejar de hacerse cargo de ellas.
Aunque no existen muchos datos al respecto, Rabell Urbiola estima que los costos de renta de un cuarto de vecindad oscilaban, a inicios del siglo, entre 15 y 50 centavos semanales.
Mientras que las más caras, como la vecindad del Agua Limpia, mantenían precios que alcanzaban los 50 centavos con baños individuales, sostiene.
“Considerando que los trabajadores ganaban dos pesos a la semana, pagaban alrededor de 50 centavos; esto tomando en cuenta que eran viviendas de tres cuartos”, señala.
“ Había también viviendas con un solo cuarto, donde la gente hacía todo y donde estaba la cocina, el baño y el cuarto en espacios de cuatro por cinco metros, por el que pagaban 25 o 15 centavos semanales de aquel entonces”, agrega el especialista.
A inicios del siglo, el actual hotel Mesón de Santa Rosa, que se ubica en Plaza de Armas, fungió como una vecindad, hasta que se vendió.
Una más se ubicó en la calle Balvanera, en donde nació el actual presidente municipal, Marcos Aguilar Vega, y la magistrada Mariela Ponce Villa, según Rabell Urbiola.
Algunas de las zonas —identificadas por los cronistas— que continúan funcionando como vecindades en la actualidad se ubican en las calles de Pasteur, 15 mayo, 16 de septiembre, Héroe de Nacozari y en Cuauhtémoc, cerca de la Antigua Estación del Ferrocarril.
Construcciones del siglo XVIII
De acuerdo con Andrés Garrido del Toral, cronista del municipio de Querétaro, las vecindades se empezaron a formar a raíz del movimiento industrial del siglo XVIII, esta situación ocasionó la conformación del primer barrio obrero de Santa Ana, que se ubica en la actual avenida de Ezequiel Montes, entre las calles de Hidalgo y Madero.
En este punto de la ciudad, hace cien años, existían obrajes y talleres textiles en los que los trabajadores llegaban a pasar hasta 18 horas; hecho que obligó a los patrones a otorgar habitaciones para sus empleados, que con el paso del tiempo se convirtieron en vecindades.
En esa época, cada departamento mantenía su propio sanitario, pero después de algunos años las propiedades recayeron en manos de la clase adinerada, sin responsabilidad social, lo que mantuvo un baño y una ducha para todo el vecindario.
Andrés Garrido del Toral menciona que existió otro hecho en la ciudad de Querétaro que provocó que se conformaran las vecindades: el derrumbe de viviendas a manos del Estado en dos ocasiones.
La primera fue en el siglo XIX ,a cargo de Venustiano Carranza, y la otra en los años 60’s con Francisco González de Cosío, gobernador de Querétaro durante 24 años.
“A principios de los años 60’s, [Francisco ] Gonzáles de Cosió abre Ezequiel Montes rumbo al sur, es decir, de Madero hacia lo que hoy es Zaragoza”, dice.
Al derrumbar todas esas casas, provocaron que los antiguos propietarios no pudieran adquirir otro inmueble en la zona, porque se les pagó a un valor catastral de miseria y por lo tanto, esa gente se tuvo que ir a las vecindades del Barrio de la Cruz a alquilar”, menciona el cronista del municipio de Querétaro.