Desde la casa de José Luis Huerta, profesor jubilado de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), en la colonia Lomas del Marqués, se observa la barranca que aún conserva parte de su aspecto natural, cubierta de vegetación endémica, y que pertenece a Hércules.

El terreno es de un particular que ha empezado a vender lotes, pero la alarma de los activistas es porque no se está respetando la zona de preservación ecológica, además de ser un riesgo para quienes se asienten ahí, pues al ser camino natural del agua, cuando esté urbanizado las corrientes serán intensas, al no poder filtrar al subsuelo, y de consecuencias fatales para quienes vivan en la zona.

Adán Valencia Pichardo, activista y vecino del lugar explica que la zona de preservación ecológica que marcan los programas delegacionales de Querétaro centro, y que fueron revisados por el alcalde Marcos Aguilar Vega, concluyeron en enero, y se quedaron aún con preservación ecológica, al menos en esta zona de Hércules.

“Aquí hay un propietario, quien a través de otras personas, hicieron un plano de lotificación y están vendiendo a pequeños propietarios lotes, pero de una forma irregular. El lote es propiedad privada, pero es una herencia que ni siquiera el juicio sucesorio testamentario ha sido resuelto, por lo que está incurriendo en un delito, puesto que al ser albacea ya está vendiendo a pequeños propietarios".

“Yo no estoy en contra del desarrollo, estoy en contra de que se hagan las cosas irregulares y que no se respeten los usos de suelo destinados con la vocación que tienen”, señala.

Subraya que al ser una cañada natural, los planes de desarrollo urbano y protección civil dicen que se les debe de resguardar, se deben de preservar cañadas y barrancas naturales.

En la zona, explica, hay tres vertientes naturales que llegan a un cauce único, y que han sido respetados, pero hace 15 días, maquinaria llegó a despalmar en la zona de protección ecológica, donde habitan fauna y flora endémica.

“Otro conflicto que tiene la colonia El Bosque [donde se ubica la barranca que está siendo lotificada] es una salida única que está abajo de las vías del tren. Es la única salida, por lo tanto Protección Civil debería tomar cartas en el asunto, porque es barranca, es zona de riesgo, tiene una salida estrangulada, con una población muy densa y que se hará más densa, vamos a tener problema de letrinas que están contaminando los mantos acuíferos, vamos a tener problemas viales, y vamos a tener problemas de destrucción de la zona de Protección Ecológica Protegida Especial (PEPE)”, dice.

Lo que piden, abunda, es que se respeten los usos del suelo, pues además de los daños a la zona verde, se pone en riesgo la integridad de las personas que ahí decidan vivir. En el lugar hay un sitio que sí tiene uso de suelo habitacional, pero a la mitad del predio se marca en los planos municipales como zona PEPE, y es ahí donde han comenzado a edificarse casas, algunas de ellos en camino de los cauces naturales.

Riesgos latentes

Algunas de las construcciones ya fueron clausuradas por la autoridad, pero los sellos fueron violados y siguieron con la edificación de las mismas.

“El riesgo [que tienen quienes se asienten ahí] es totalmente pluvial y de barranca. El programa delegacional que revisa nuestro presidente municipal actual dice que la vocación y la premisa es que se respeten las cañadas y las zonas ecológicas, cosa que no se está haciendo”, abunda.

Hay una zona de la barranca que sí se puede vender y se puede urbanizar, pero no se está respetando, pues además no cuenta con los estudios necesarios para la viabilidad del sitio.

Valencia Pichardo indica que en la barranca se tiene fauna como zorros (escasos), armadillos, mapaches, culebras, ardillas, cacomixtle, zorrillos, murciélagos, gavilanes, colibríes, así como insectos como abejas de miel y alacranes, que hacen de este pequeño pulmón de unas ocho hectáreas, un santuario para esas especies en medio de la ciudad.

Añade que recientemente una máquina removió sedimento que no se sacó con ningún camión de carga, por lo que sólo lo “empujaron” a uno de los cauces. Ese sedimento, dice, “ese azolve va a causar, aguas abajo, problemas de azolvamiento, si seguimos ese cauce natural de la cañada, esta agua atraviesa las vías del tren y llega al río Querétaro, en un trayecto de no más de 5 kilómetros. Ese azolvamiento va a causar problemas para llegar el río Querétaro”.

Enfatiza que no se oponen a que se vendan lotes y se construyan viviendas ahí, siempre y cuando se respeten los límites de la zona PEPE, pues la zona habitacional tiene esa vocación y ese uso de suelo, pero que sea respetando la normatividad, y la zona de preservación ecológica que queda bajo protección.

Valencia Pichardo pidió a las autoridades municipales y delegacionales que aclaren si hubo cambios en los usos de suelo, para saber si la zona sufrió un cambio, para lo cual existe todo un proceso jurídico, que es una consulta pública ciudadana que no se vio y conoció.

“Hay autoridades que cambian los usos de suelo sin considerar las consecuencias que van a traer. No creo que sea el caso. Pienso que esta [área] ha de ser de preservación ecológica, pero quiero quitarme la duda, que la autoridad competente nos responda y nos haga saber si sigue en preservación ecológica o no. Para el dueño hay otras formas en las que el gobierno lo puede auxiliar, le puede apoyar para que reciba economías de esa propiedad y se quede como preservación ecológica”, puntualiza el profesor.

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