Papelerías, zapaterías, tiendas de uniformes y de autoservicio, todas tuvieron “lleno total” durante el fin de semana previo al inicio de clases.

Algunas compras fueron para completar la lista de útiles, o en muchos casos, para comprarla completa.

“Será una tarde y noche larga” dijo doña Coco, quien tiene una papelería en Avenida de la Luz y que sabe por experiencia que los papás seguramente se desvelarán por forrar libretas.

En una de la tantas zapaterías de avenida Zaragoza, en las inmediaciones del Centro Histórico, la fila para pagar “casi” llegaba a la calle: “Así estamos desde ayer, casi todos vienen por zapato escolar” afirmó Angélica, una de las despachadoras.

Lo mismo en tiendas departamentales, en donde las cadenas alistaron una zona especial de “regreso a clases”: libretas, libros, papel para forrar, cinta adhesiva, lápices, colores y todo el material para trabajar en la escuela; departamentos cuyos pasillos estuvieron llenos el sábado y domingo.

En tiendas de ropa camisas y blusas escolares, calcetas, calcetines, suéteres y vestidos tipo uniforme; la ciudad tuvo su movimiento por la antesala del primer día de clases.

Las listas de útiles, de acuerdo con las oficiales dadas a conocer por la Secretaría de Educación Pública (SEP) podían surtirse (con materiales de buena calidad) desde 200 o 300 pesos, sin embargo, los padres de familia exceden ese presupuesto pues cada profesor, a consideración personal, solicita material para todo el curso.

Algunas listas incluían pintarrones, para que el profesor pueda usarlos para dar su clase, por ejemplo; en otros casos plumas, marcatextos, lápices de cera, papel higiénico, toallitas de papel y húmedas, jabón para manos, cartulinas, todo ello para que el maestro pueda llevar a cabo su función, o en algunos casos dotar de material de higiene a los menores.

En otros casos, la lista incluía una cuota “para las copias de todo el año” o libros adicionales a los gratuitos (en el caso de escuelas públicas) ya que el material oficial “a veces no sirve para las actividades que quiere el maestro” dijo Lety, madre de familia.

“Hay que comprar de todo; ya no nada más te surtes en la papelería, casi que quieren que les pagues taxi a los maestros para que vayan a trabajar porque hasta las plumas que usan las tenemos que comprar; también hay que gastar en papel para baño y ese yo se lo podría mandar a mis hijos, luego les sobra un montón de material, ¿quién se lo queda?”, externó.

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