Macedonia Blas Flores fue nominada al Premio Nobel de la Paz en 2005 por defender y difundir los derechos humanos de las mujeres indígenas en el estado de Querétaro para combatir la violencia y discriminación de las que son víctimas por hablar su lengua materna, usar su ropa típica, practicar sus costumbres y ser mujeres.

“A mí me nominaron por conocer de nuestros derechos y enseñarles a las otras mujeres que no los conocen; los derechos humanos parece que no sirven cuando no los conoces, pero cuando los entiendes comprendes que existen formas distintas de pensar que hay que respetar”, dijo Blas.

La activista es oriunda de la comunidad hñañu El Bothe, en el municipio de Amealco de Bonfil, lugar en el que conformó la organización civil Fotzi Ñahño dedicada a impartir pláticas a mujeres para, principalmente, erradicar la violencia física y discriminación de las que son víctimas dentro y fuera de su comunidad.

A ocho años de haber sido acreedora a la nominación, Macedonia no cuenta con el apoyo de alguna instancia municipal, estatal o federal; en su lugar ha recibido el acoso de inspectores del municipio de Querétaro por comerciar su artesanía en las calles del Centro Histórico de la ciudad.

“Nunca hemos tenido apoyo del gobierno, somos invisibles para ellos. Lo único que pedimos las mujeres es que nos dejen vender para poder regresar a nuestras casas con un poco de dinero; ahora yo sólo me dedico a hacer muñecas de trapo”, dijo.

Macedonia va a la capital queretana dos veces por mes a comerciar sus artesanías en el jardín Guerrero de las siete de la mañana a las siete de la noche, hora en la que debe ir al albergue municipal para encontrar una cama para pasar la noche.

Además, la nominada al Premio Nobel de la Paz comercia en Querétaro productos de temporada como flores de calabaza, garambullos y alcatraces que obtiene de la huerta que ha instalado en su casa.

“Lo único que he recibido es el albergue, nos cobran 10 pesos. Yo al día obtengo a veces 200 pesos por mis artesanías, pero tengo que pagar el pasaje de regreso a Amealco y llegar con comida para mis hijos”, comentó la activista.

Esperanza

Macedonia es madre soltera de 12 hijos; su esposo partió a Estados Unidos hace 10 años en busca de trabajo para sacar adelante a su familia.

Sin embargo, la mujer cuenta que en alguna parte del territorio mexicano su esposo desapareció.

“Yo sé que no llegó a Estados Unidos, él desapareció y nunca cruzó la frontera. ¿Está vivo?, no lo sé. ¿Está muerto?, tampoco lo sé. ¿Lo olvido?, no. Lo único que sé ahora es que tengo un hijo en Estados Unidos que pronto va a regresar”, externó Blas Flores.

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