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El Instituto de Neurobiología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), campus Juriquilla, celebró su vigésimo aniversario, con la presencia de personalidades que contribuyeron a su fundación y que actualmente trabajan en él.
Durante el evento, se reconoció a los investigadores queretanos que trabajan en el instituto y que continuamente destacan investigaciones que por su calidad, se han ganado un lugar no solo en México sino en Latinoamérica y el mundo.
Cabe señalar que del Instituto de Neurobiología de la UNAM, se han forjado neurocientíficos que han fortalecido otros institutos del país y fuera del mismo, con investigaciones que han derivado de manera directa en la propia sociedad a través de la creación de fármacos y terapias, entre otros.
“Desde su creación, se ha consolidado a nivel nacional e internacional, gracias al trabajo diario de la comunidad del instituto, lo que se ve reflejado en trabajos nacionales e internacionales”, indicó Octavio Paredes, director del instituto.
Agregó que “es una afirmación clara de la validez del proyecto original y constituye un reconocimiento a la labor pionera de quienes nos precedieron y crearon con su esfuerzo una verdadera tradición en el área del conocimiento”.
Por su parte, Jorge Larriva, miembro del laboratorio de neurociencias, explicó que este que nació como un centro de neurobiología, fue creado con la intención de descentralizar la investigación del Distrito Federal, y dar la oportunidad a los investigadores de provincia de participar en la materia, lo que dijo, ha traído gratas consecuencias.
El instituto de Neurobiología, fue gestionado por el doctor Flavio Mena en complicidad con el doctor Carlos Alcocer, a finales de la década de los años 80’s, sin embargo, no fue sino hasta el año de 1993, cuando se comenzó la edificación del centro, que cobró el titulo de instituto hasta el año 2002, en un proceso en el que siempre ha estado en complicidad la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).
Ser una ciudad de tamaño medio, con un impulso económico estable, así como el crecimiento que poblacional que registraba, además de la ubicación geográfica e infraestructura dinámica, fueron los factores que impulsaron a Querétaro como la mejor opción para la edificación de este centro que cumplió 20 años de existencia.
