Luego de admitir que los cuerpos policiacos de la entidad se encuentran en una situación “lamentable”, Juan Marcos Granados Torres, secretario de Seguridad Ciudadana estatal, indicó que 22% de los uniformados no cuenta con formación policial, pues al carecer de bachillerato no pudieron entrar a la academia.

“Estamos hablando de una corporación que en los últimos años no ha sido evaluada ni capacitada, pese a que se trata de procesos que son básicos para su formación como responsables de la seguridad”, acusó en entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro el responsable de las fuerzas policiacas.

Puso el ejemplo de mandos con 24 años de servicio, que ganan como policías terceros o rasos, pese a que tienen muchos años sirviendo a la corporación como comandantes. “Son cargos que se les entregaron de manera administrativa a través de un oficio, pero no está retribuido como tal, ni tienen un grado”, subrayó.

Granados Torres enfatizó que para la actual administración estatal es una prioridad revertir esa situación, “porque en la medida de que el policía se sienta parte de una corporación, que tenga sus grados, sus estímulos, el equipamiento adecuado, que esté debidamente capacitado, es un policía que va a responder”.

El titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana destacó que este trabajo implica también tener mano dura en contra de cualquier desvío y de alguna manifestación “equivocada” de los policías.

Al respecto, dio a conocer que alrededor de 50 policías han causado baja en la corporación, tanto porque no pasaron el control de confianza como porque fueron sorprendidos en situaciones de flagrancia.

Subrayó además la próxima puesta en marcha de un centro de mando C5, que dará cobertura a los 18 municipios y que constará de cámaras, lector de placas, información en tiempo real, monitoreo y un número de emergencias 911.

Días después de la implementación del nuevo Sistema de Justicia Penal y la puesta en marcha del proyecto Cosmos, se presentó el Plan Estatal de Seguridad Pública que engloba temas como la prevención del delito y la profesionalización policiaca. ¿Cuáles son las particularidades de este programa?

El sistema de justicia no podía estar completo si no tiene a la par el sistema de seguridad, de tal manera que mientras el equipo de Cosmos trabajaba de manera muy ardua en el ejercicio del sistema acusatorio para culminar la tercer gradualidad, los mismos integrantes de este equipo empezamos a trabajar en el sistema de seguridad.

A mí me toca la gran responsabilidad y el reto de conformar dos secciones importantísimas en el tema de la seguridad: la prevención y la operación policiaca.

En ambos sistemas, la policía a mi cargo tiene importantes acciones que se entrelazan. Empieza con el tema de seguridad, con mecanismos de prevención, anticipación de eventos delictivos, cuando la policía hace un trabajo de patrullaje adecuado en las calles, cuando las áreas de prevención realizan trabajo de cercanía, buscar esta corresponsabilidad que debe tener el ciudadano con hacerse cargo de sus propios espacios físicos, de que ellos coadyuven y colaboren al tratar de restablecer el tejido social que ha sido muy dañado.

La parte complementaria es la parte reactiva, es decir, cuando un ciudadano se encuentra en una situación de riesgo, cuando requiere del apoyo policial marca el 066 o llama a una patrulla en la calle, y la policía tiene la obligación de brindar esa protección que requiere el ciudadano, de tal manera que en esos dos grandes pilares descansa el Programa Estatal de Seguridad.

¿En qué estado se encuentra la policía?

En situación lamentable. Estamos hablando de una corporación que no ha tenido en los últimos años, procesos que son básicos para su formación como responsables de la seguridad.

Cuando se habla de la carrera policial, implica que un policía se encuentra motivado, en buenas condiciones, que tiene un estatus laboral que le permite tener certeza en lo que está haciendo, una seguridad jurídica en su propio empleo.

Desgraciadamente nos encontramos con muchos policías que no han tenido un proceso de evaluación que les permita seguir subiendo de peldaño en el escalafón.

Buscan mejorar salario

¿Cuánto gana un policía?

Un policía raso gana 11 mil 200 pesos al mes, es un policía que gana bien, sin embargo, hay policías que ganan este sueldo desde hace mucho tiempo y no han sufrido alguna mejora en sus percepciones salariales, porque no ha habido concursos que le permitan seguir subiendo.

Tenemos mandos que tienen 24 años de servicio, que son policías terceros o rasos, que su principal motivación es jubilarse con el sueldo de policía raso. No obstante que tienen muchos años sirviendo a la corporación como comandantes, ese cargo se le entregó de manera administrativa a través de un oficio, pero no está retribuido como tal, no tiene un grado, no puede defender su estatus jurídico en ningún lado; ese es uno de los principales compromisos que se tienen que realizar.

Estamos hablando de 22% de los policías que no cuenta con la formación inicial, es decir, no tienen academia, durante muchos años no hicieron curso de formación y que todavía está pendiente su estatus académico. Tienen secundaria, no tienen bachillerato y, por ende, no pudieron hacer la academia. Ese es el diagnóstico a grandes rasgos.

Para nosotros es muy importante revertir esa situación, porque en la medida de que el policía se sienta parte de una corporación, que tenga sus grados, sus estímulos, el equipamiento adecuado, que esté debidamente capacitado, es un policía que va a responder.

Con la llegada de esta administración la principal preocupación fue que los policías estuvieran debidamente capacitados para entrar de lleno al sistema acusatorio. Lo primero que se hizo, después de hacer un análisis, fue ver sus condiciones respecto a que tan capacitados estaban para enfrentar el sistema acusatorio. Había una marcada deficiencia en la capacitación que se les había dado en el tema de juicios orales.

Muchos de los instructores eran gente que nunca antes habían litigado, que no habían trabajado con la policía, eran gente que andaban capacitando seguramente en conocimiento desde el escritorio, pero no desde la vida práctica, no tenían los policías un referente de qué era lo que iba a pasar cuando entrara el sistema acusatorio.

Había mucha inquietud y mucho temor, eso motivo un caso concreto, que en San Juan del Río las detenciones disminuyeran hasta 48%. Por eso era importante darles una debida capacitación, que les funcionara y además un acompañamiento.

Generamos, así, un grupo de expertos que no sólo tienen capacidad académica y reconocimiento a nivel nacional, además trabajan como operadores, tienen la experiencia, la práctica y la certificación. Este grupo de instructores permitió que recién arrancáramos el 30 de mayo, iban acompañando al policía en la calle para decirle exactamente lo que tenían que hacer, no hacer su trabajo sino darles un acompañamiento, esto fue lo que marcó la diferencia.

El sistema informático único es para nosotros una herramienta que permite que el policía no sólo atienda en la calle el registro de la denuncia, sino que al atender a la víctima, y tener una mayor cercanía con ésta, se sensibiliza mucho.

En esa respuesta que debe tener [la policía] con el ciudadano implica entre otras cuestiones que éste empiece a tener confianza en la autoridad y denuncie.

¿Cuantos elementos son?

Son tres mil 590 policías en todo el estado, pero particularmente estamos hablando de dos mil 200 que están atendiendo los municipios de Querétaro, Corregidora y El Marqués; 869 de estos elementos son estatales.

Depuración permanente

¿Al llegar encontró casos de corrupción, incluso de adicción?

Sí, es correcto. Por eso hay que seguir trabajando, es un trabajo permanente pero el trabajo del policía es mantener una cooperación, con sentido de pertenencia, con la camiseta bien puesta. Implica también tener mucha mano dura en contra de cualquier desvío y de cualquier manifestación equivocada de los policías.

La depuración policial es un programa que debe tener una permanencia; en ese sentido estamos hablando de aproximadamente 50 policías que han causado baja en la corporación, por distintos motivos, tanto porque no han pasado el control de confianza como porque se encuentran en situaciones de flagrancia y son puestos a disposición de la autoridad.

Actualmente tenemos instalado el Consejo de Honor y Justicia, que es un órgano que se encarga precisamente de conocer los asuntos en contra de policías estatales para determinar cuál es la solución que se debe llevar a cabo. Este consejo no existía antes.

¿Qué opina del Mando Único? ¿Es necesario?

Es muy discutible. Las propuestas que se han hecho han ido en diferentes sentidos, primero se habló del Mando Único policial y me parece que a nivel nacional no funcionó de la manera más adecuada porque la decisión unilateral de que el jefe policial estatal se hiciera cargo de las dependencias municipales, iba a traer complicaciones políticas, no había un consenso entre los presidentes municipales, no iban a ceder la corporación a su cargo porque eso tendría no sólo implicaciones políticas sino administrativas.

Cada corporación debía ceder el equipamiento, las armas y no es tan sencillo.

Todavía falta mucho por discutir, por lo menos en el tema de la legislatura federal, pero la base de todo eso es la parte normativa, una vez que se determine por parte del Congreso de la Unión cómo queda la ley, tenemos que hacer los acomodos y las averiguaciones necesarias.

Como se trata de tener no un liderazgo, sino más bien procesos simplificados, en Querétaro estamos adelantándonos a ese tema. Por ejemplo, estamos planteando un solo proceso de formación básica para que los policías municipales, estatales, custodios y de investigación, tengan un mínimo del cual se parta para una capacitación especializada si se requiere, pero que todos cuenten con la misma capacidad de inicio. Esta formación inicial permite que si un policía trabaja en San Joaquín, tenga las mismas habilidades que el policía de Jalpan o de Querétaro como punto de partida.

Eso es un tema muy complicado, es un reto mayúsculo porque estamos hablando de más de tres mil 500 policías que deben tener las mismas habilidades, saber lo mismo, manejar el mismo lenguaje, conocer la misma ley. Esa parte es muy importante, eso es lo que ha fragmentado en buena parte al país, no quiero tomar de ejemplo a otros estados, aquí mismo sucede eso.

Tenemos policías que no tienen primaria o que nunca antes han disparado un arma de fuego, o que tienen secundaria pero no la vocación para ser policías, o son policías que tienen muchos años de servicio y nunca han pasado un control de confianza, o no han pasado una prueba psicológica para portar un arma de fuego.

Otro de los temas es la tecnología, de nada nos sirve que una corporación policial tenga cientos de cámaras, si el municipio vecino no tiene un sistema tecnológico, o que no tenga computadoras, ni las herramientas mínimas para poder operar un C2 en tanto que el vecino tiene un C4.

¿Qué se pretende?, establecer un C5, que es un esquema tecnológico que permita tener una cercanía con la colectividad, un apoyo para la policía que anda en la calle, herramientas tecnológicas para las autoridades judiciales o fiscales.

Programa integral

¿De qué estamos hablando cuando nos referimos al C5?

El C5 es un programa integral que va a dar cobertura a los 18 municipios con todos los beneficios de esa tecnología, como son cámaras, lector de placas, información en tiempo real, el monitoreo, el despacho de los negocios, el 911. Todo eso lo tendremos en cada uno de los 18 municipios para estandarizar tanto la operación policial como la tecnología que va a estar al servicio del ciudadano.

¿Qué acciones se van a tomar en colonias conflictivas como Santa María Magdalena, Santa Rosa Jáuregui, o San Juan del Río donde hay evidencias de que ha aumentado mucho el uso de crack?

En Santa Rosa Jáuregui y Santa María Magdalena son varias las acciones que vamos a tomar. Para poder trabajar en esas colonias necesitamos trabajar con los líderes que forman parte de esa comunidad, corresponsabilizarlos de lo que haga el gobierno en esas comunidades.

De nada sirve que desde 2008 a la fecha se haya invertido tanto en prevención y que no haya un resultado benéfico y positivo. Se requiere, desde luego, forjar estos jóvenes, identificar su liderazgo, pero lo más importante es unificar los criterios de prevención y de intervención en esas comunidades.

Por ejemplo, las dependencias que se dedican a control de adicciones tienen identificadas zonas con estas problemáticas, y tienen un objetivo específico para atender el tema de la drogadicción en esa misma colonia, sin embargo, cada dependencia llega a esa colonia a hacer un trabajo por su cuenta, de tal manera que hay un dispendio de recursos con la mejor de las intenciones.

Había ocasiones en que llegaba una dependencia a una escuela y a la semana llegaba otra a realizar un mecanismo similar, con distinto nombre pero la misma problemática focalizada.

¿Qué se pretende ahora?, el gran distingo es que lo que antes era una sana convivencia o un estilo de gobernar —por ejemplo, un secretario buscaba a su colega del municipio, y si éste le hacía caso iban juntos en las acciones de gobierno— hoy es una obligación por ley. Es decir, hoy la política pública en materia de transversalidad ya no es un estilo de algún secretario, sino que es una obligación por ley. Viene en la ley de seguridad del estado.

Esto también motivó a que se conformara el Consejo Estatal de Seguridad, en el cual el gobernador participa como presidente de ese Consejo, pero también se encuentran todos los presidentes municipales, además de las dependencias que se encargan de la seguridad como la Procuraduría General de la República (PGR), el Ejército, la fiscalía como órgano autónomo, la Secretaria de Gobierno y la Secretaria de Seguridad Ciudadana.

A diferencia de otras entidades, en Querétaro interviene en este consejo la Secretaría de Finanzas con el tema de planeación; la Secretaría de Educación porque todos los esfuerzos de prevención van a ser enfocados a los niños, adolescentes y a los pre adolescentes; está también la Secretaría de Salud, pues todos los ejercicios que se hacen en términos de las adicciones, así como el control, el registro de las actividades sexuales de los jóvenes pasan por esa dependencia.

También la Secretaría de la Juventud que tiene muchos programas enfocados a la sana convivencia de los jóvenes, y la Secretaria del Trabajo, pues las oportunidades laborales son un mecanismo que alejan a los jóvenes de esta problemática de adicciones, de drogas, de bullying y de sexting. Es decir, toda la problemática que hoy aqueja a nuestros jóvenes está en un solo Consejo.

Uno de los programas es atender de manera conjunta la problemática de los jóvenes en condiciones de calle en colonias problemáticas como Las Américas, Monte Rosa, Santa Rosa Jáuregui, Santa María Magdalena, Menchaca, Bolaños.

También está el programa que atañe a los accidentes de tránsito, y que implica un esfuerzo muy importante al tratar de ser un esquema normativo que obliga a los jóvenes a cumplir con el conocimiento que deben tener al conducir vehículos de motor, las licencias, la sanción en caso de que incumplan alguna situación de tránsito, el consumo de alcohol, los consejos de adicciones.

Es un programa muy ambicioso pero que deriva del programa estatal de estudiantes. Eso es lo que estamos haciendo en el tema de prevención, acudir con los líderes, corresponsabilizar a la gente en las comunidades, formar parte no sólo de la problemática sino de la solución. Muchos de esos jóvenes que están en condiciones de calle que consumen alcohol y drogas, resultan para la comunidad una problemática de raíz, porque son los hijos de la gente que vive ahí mismo.

En un caso concreto, estamos acudiendo a Menchaca y Bolaños, y ahí identificamos que entre los padres de familia hay una tensa relación. Por ejemplo, cuando hay reuniones de colonos no se convoca a los padres con hijos problemáticos, hay una división social muy marcada.

Hoy, la convocatoria es a toda la comunidad, incluso, el establecer quienes son los líderes no nos referimos a los líderes políticos sino a los líderes naturales, a esos que tienen el control y la mayor cercanía con la colectividad.

En el caso concreto de Bolaños y de Menchaca, ellos están influyendo para que vengan estos padres que nunca antes habían sido atendidos, que estaban siendo relegados y señalados por la propia comunidad porque no cuidaban a sus hijos, los cuales tienen una reacción violenta en contra de la comunidad. Esa separación entre los mismos habitantes es lo que está generando que se peleen padres contra padres, hijos contra padres y entre los propios hijos.

Ese mecanismo está funcionando porque es tan simple cómo llegar a platicar con los padres, platicar después con los hijos, involucrarlos y terminar haciendo una cáscara de futbol entre ellos. Ese mecanismo de hacer colectividad, de hacer comunidad, está funcionando muy bien, pero hay que hacerlo con unificación de esfuerzos y seguimiento.

Aplicación de la ley

En este caso habla de dificultades vecinales, pero cuando es un problema de adicciones fuertes o delincuencia, ¿qué se hace?

Cuando ya no es posible mediar las condiciones sociales, no queda otra más que la aplicación de la ley. Estamos hablando de que no podemos, ni debemos tolerar conductas que sean tan agresivas para la colectividad.

Por ejemplo en algunas colonias, en donde los propios jóvenes están en condiciones de haber cometido un delito, cuando puede ser mediable, cuando puede haber una solución entre la colectividad se intenta, y legalmente siempre es posible porque el nuevo sistema acusatorio permite que incluso en asuntos de robo, cuando es primera ocasión, cuando no hay una violencia, cuando no hay una alteración grave, se pueden mediar los asuntos.

Este sistema permite esa posibilidad, pero cuando hay violencia o una situación extrema de drogadicción, no hay otra más que aplicar la ley, ya sea un tema de rehabilitación o a través de la fuerza pública.

Google News

TEMAS RELACIONADOS