Las recetas familiares, heredadas incluso desde las abuelas, hasta las más recientes, de jóvenes emprendedores, se dan cita en el Festival Gastronómico de El Marqués 2017, donde los diferentes productores del municipio ofertan enchiladas, nieves, mole, cerveza artesanal y vino, todo producido en este municipio.

El calor del mediodía del sábado hace sudar a todos los asistentes al festival, en la Plaza San Pedro, en el centro de La Cañada, donde propios y extraños van a degustar los platillos elaborados por los marquesinos, conocidos por su rica gastronomía y hospitalidad.

Entre los puestos que ocupan toda la plaza pasean los ciudadanos que prueban y degustan los diferentes platillos, mientras deciden en cuál se sentarán a comer.

Cerveza y vino destacan entre los puestos que se instalan en el lugar, pues el calor hace que el “cogote” se seque y hace falta humedecerlo.

Fernando Robledo, productor de cerveza artesanal, explica que para este evento cuentan con dos cervezas especiales para el maridaje con las enchiladas y el mole, platillos principales del festival.

“Estos estilos de cerveza que traemos es una Munich dunkel, con mucho carácter, con 9° de alcohol, con el mole es una combinación perfecta y con las enchiladas. Una cerveza muy refrescante que es una Weizen Honey, una cerveza con trigo y un toque de miel, que hace una combinación perfecta con las enchiladas, porque tiene un grado de acidez que hace que maride perfectamente con las enchiladas.

Robledo lleva tres años que se dedica a la elaboración de cerveza artesanal, primero con una producción muy pequeña, de 300 litros al mes, para ahora incluso embotellar su producto. Actualmente su producción es de tres mil litros mensuales, que se distribuyen en distintos lugares en Querétaro y en festivales.

Sobre la competencia con las grandes firmas cerveceras, a pesar del auge en los últimos años de la cerveza artesanal, dice que “si es un tema complicado, evidentemente lo que se está buscando en estos festivales es crear una cultura cervecera, que es para degustar como un buen vino para combinarlo con alimentos, no para embriagarse y perder la razón, sino encontrar estos puntos finos para que la gente lo aprecie como lo es”, señala.

Cerca del puesto de Fernando, se ubica el de Rosa Velázquez, vendedora de enchiladas y guajolotes, pambazos para los que vienen de la Ciudad de México, ex Distrito Federal, quien además vende buñuelos, elotes, churros, “a todo le hago”, señala la mujer marquesina.

Narra que se dedica a la venta de comida desde hace muchos años, cuando vivía con su mamá, a quien le enseñó a su vez su abuela. Apunta que una buena enchilada debe de llevar buen sazón, además queso, cebolla, lechuga, nopales, chiles en vinagre y nada más.

Señala que en avenida Ferrocarril vende sólo en las fiestas de La Cañada sus platillos tradicionales, comercializando entre 20 y 25 kilos de tortillas, éstas son muchas enchiladas en un día. Explica que se levanta desde las cuatro de la mañana a preparar todos lo ingredientes de las enchiladas, para garantizar la frescura de los ingredientes y del producto, como las patitas de puerco, los ingredientes de las enchiladas, así como las salsas.

En el puesto de la Plaza San Pedro, abierto desde ayer y hasta hoy que termine el festival, la ayudan su esposo y su concuña.

Señala que de sus dos hijos, una mujer y un hombre, a ninguno les interesa seguir con la tradición familiar de la venta de comida, prefiriendo dedicarse a otras actividades, aunque sí le ayudan en el negocio familiar en ocasiones.

Una clienta llega y pide unos tacos, cinco por 40 pesos, mientras doña Rosa confiesa que aunque sus hijos no están interesados en la venta de comida, una de sus cuñadas sí, pues ella al llevar tanto tiempo en esa actividad ya está cansada, además la aquejan la diabetes e hipertensión.

Resalta que la comida que se hace y vende en La Cañada es reconocida en el estado y en otras partes por que se elaborada con recetas tradicionales del lugar, gracias a las recetas que las abuelas heredaron a sus hijas y nietas.

Tal es el caso de Rosa Martínez, quien en este festival vende el tradicional mole, aunque subraya que no vende de manera formal su producto, pues sólo lo elabora para las fiestas familiares y los eventos que organiza El Marqués.

Mientras charla, Rosa elabora tortillas a mano, que acompañan a los platillos. El olor de las tortillas, junto con el del mole atrae a este puesto, uno de los más céntricos del festival, y que de acuerdo con el alcalde Mario Calzada, entrevistado tras el acto protocolario, rebasó las expectativas de participación, ya que esperaban 60 expositores y se inscribieron cerca de 100.

Explica que hacer mole le puede demorar hasta cuatro días, pues debe desvenar los chiles, dorarlos junto con las especies, molerlo, en molino, pues antes se hacía en metate, “pero ya no tenemos fuerzas para moler”, pues lo elabora sola, aunque su hermana Martha le ayuda a vender en el festival.

De postre nada mejor que una nieve, como las que elabora Óscar Antonio Ramírez, quien lleva apenas poco más del año con su negocio de nieves, que aprendió a elaborar en un negocio donde trabajaba con anterioridad.

“Tenemos de queso con zarzamora, capuccino, chicle, mango con chile, gansito y mantecado, siendo la primera y la de mango con chile las más vendidas”, indica, al tiempo que agrega que los festivales y ferias que se organizan en el municipio los ayudan a promover sus productos.

Poco a poco la gente va llegando al festival, donde por la noche se presentó la Sonora Santanera, y que alrededor de los 14:00 horas inauguró de manera oficial el alcalde Mario Calzada, quien junto con un grupo de chefs encabezaron el concurso de los platillos mejor elaborados.

Posteriormente se llevó a cabo la muestra gastronómica del Concurso del Mole, Nieve y Enchilada, en el cual el jurado calificador estuvo conformado por las regidoras, Geovana Martínez Valerio, Zoila Rocío Aguilar Mina y María Guadalupe Cárdenas Molina.

Además estuvieron calificando el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), Sergio Salmón; el vicepresidente general de la Canirac, Octavio Mata; el tesorero, Antonio Beltrán; la vocal de la Canirac, Adriana Ávila y el presidente de Finanzas, Juan José Reyes.

Para finalizar se llevó a cabo la premiación del concurso del Mole, Nieve y Enchilada, los ganadores del primer lugar fueron los siguientes: en la categoría de la nieve fue para el local número tres de Flavia Ramírez Salinas, en la categoría de la Enchilada el ganador fue el local número dos de Rosa Ramírez López y en la categoría de Mole el primer lugar se lo llevó el loca número uno de Lucía Sánchez Morales.

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