Con la evaluación docente que promueve el gobierno federal, a través de la reforma educativa, se corre el riesgo de que desaparezcan las plazas de los maestros y estos se conviertan en empleados eventuales, ya que cada cuatro años deberán competir por mantener su fuente de ingresos, señaló la investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México y de la Universidad Pedagógica Nacional, Tatiana Coll Lebedeff.

Al presentar la ponencia Evaluación y Poder, explicó que, ahora, los profesores no sólo deben acreditar un examen para obtener su plaza, sino que se someten al estrés de exámenes posteriores.

Mencionó que en las evaluaciones se debe pasar por cuatro tipos de análisis, es aquí donde depende de otra persona, la cual puede ejercer poder, y por alguna situación, incluso personal, modificar el resultado.

Coll Lebedeff comentó que las autoridades federales deben ser planificadoras en el tema educativo, en vez de hacer un trabajo como evaluadores o jueces, que determinan quiénes deben tener o no una vacante.

Es el propio gobierno quien instruyó la creación de un instituto que evalúe a los profesores, no se sabe de dónde provienen los que calificarán, dijo, pero no se descarta que sean mentores evaluados y posteriormente puestos en esos cargos.

Destacó que las evaluaciones no las hace un órgano desconcentrado, sino que son las propias autoridades las que desean tener el control de la educación, que saben es la manera más fácil de ejercer control social.

Lo vinculan con dinero. La investigadora aseguró que el tema de la evaluación no está vinculado con la formación de las personas al frente de los grupos, sino que se trata de un asunto mercantil, pues por medio de estímulos se busca que los profesores accedan a las presiones del gobierno. “Es posible observar que ante ciertas negativas de los profesores existen represalias económicas”, señaló.

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