A 75 días de la puesta en marcha del nuevo Sistema de Justicia Penal, policías estatales y municipales han levantado dos mil 30 denuncias en el lugar de los hechos por medio de una tableta; es decir, 27% del total de los casos se han canalizado a través de este método, aseguró Juan Martín Granados Torres, secretario de Gobierno estatal, quien agregó que en ese periodo hubo un aumento de las denuncias superior al 20%, “lo que significa un abatimiento de la cifra negra”.

En entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro, explicó que este incremento se debe no sólo a que ahora es posible hacer las denuncias en el lugar de los hechos, sino también a que las que se realizan en las unidades de la Fiscalía estatal tienen un promedio de duración de 30 minutos, cuando antes de la implementación del nuevo sistema penal duraban entre tres y cuatro horas “y ya con los testigos llegaban hasta seis”.

Al ser interrogado sobre qué hacer para que el nuevo sistema siga permeando entre los ciudadanos, siempre tan desconfiados de las autoridades, el funcionario subrayó que será el tiempo el que consolide la transmisión de la información, mediante el mensaje de persona a persona, de los medios de comunicación y, sobre todo, del propio actuar policial de los fiscales, de las áreas de seguridad coordinadas, “para que vaya cada vez más permeando no un mensaje, sino un ejercicio de cómo se trabaja”.

Al enumerar los principales errores que a su juicio cometió la pasada administración estatal en la implementación del nuevo Sistema de Justicia Penal, Granados Torres destacó que en el gobierno anterior hubo “falta de voluntad política”, una visión “de cumplimiento burocrático” y la extrapolación, desde otras entidades, de un collage de prácticas que “nada tenían que ver con la realidad queretana”.

Acusó, además, que en el sexenio priísta se perdió la capilaridad con el tejido social, se relajó la disciplina y el orden “impresionantemente” en los cuerpos policíacos y no hubo una voluntad de aplicar la ley, por lo que “reinó el poder fáctico, el poder de las calles, de la conveniencia”.

En este contexto, el secretario de Gobierno indicó que el gran reto en estos meses ha sido la inseguridad y admitió que, sin policías comprometidos que anteponen su interés particular al social, existe un campo muy permeable para amenazas tan evidentes como la delincuencia organizada, que se encuentran a sólo unos kilómetros, en los estados vecinos.

Una de las principales preocupaciones de la sociedad queretana es la seguridad. Tanto el Sistema Nacional de Seguridad Pública como Semáforo Delictivo señalan un aumento de delitos patrimoniales, sobre todo robo a casa habitación y vehículos. Más allá del discurso, ¿cómo se puede recuperar la confianza de la gente en las autoridades? ¿Qué hacer para que la gente se sienta segura?

Tenemos que analizar el momento coyuntural histórico que está viviendo nuestro país, no me refiero solamente al tema de violencia casi generalizada que existe, sino a la transformación institucional en los temas de seguridad y justicia. Cuando hablamos de estas evaluaciones que hacen instituciones oficiales y organismos ciudadanos, estamos hablando de una metodología diseñada para medir un sistema tradicional, y lo que mide es el número de denuncias de una forma sumatoria contra el número de casos que han sido juzgados; pero lo que hoy tendríamos que entender es que el nuevo sistema penal acusatorio no es un sistema que se traduzca en una medición de denuncias de forma sumatoria, sino que lo que va a buscar es una calidad en la seguridad y en la justicia. Más allá del discurso, aquí la temática es que entre más gente denuncie, más confianza tiene en la autoridad; entre más gente denuncie, es más la posibilidad real que tiene la autoridad de atender el hecho delictivo en tanto está sucediendo.

Este tipo de mediciones tradicionales lo que generan también es ser parte de este entramado de encubrimiento, de cubrir con velos estadísticos que no reflejan la realidad. Resulta muy curioso que, en la percepción, Querétaro aparezca por debajo de otras entidades en la incidencia delictiva, tomando como criterio el número de denuncias presentadas ante un Ministerio Público, es curioso que en muchos rubros, estados que se caracterizan por su violencia, aparezcan por debajo de Querétaro, que se caracteriza por su paz y su tranquilidad, pero esto se debe no al reflejo de una situación real, sino a la manera de medir y de interpretar los números. Para que la justicia oral sea una realidad, sin pretextos como lo mandata el gobernador, se tuvo que atender un trabajo que estableciera ciertos mecanismos administrativos y de operación. Y el primer punto a atender es que la gente denuncie.

¿Pero qué hacer para que la gente denuncie? La última encuesta de percepción de Inegi indica que la gente no denuncia, porque siente que pierde tiempo y porque asume que la autoridad no va a hacer absolutamente nada.

Precisamente con este criterio, a partir del 30 de mayo dio inicio un modelo de operación de la justicia acusatoria oral para Querétaro. Este modelo implica que exista un sistema informático, creado y diseñado por ingenieros queretanos, que permite que a través de una tableta exista la denuncia de los ciudadanos en el mismo lugar de los hechos. Estamos hablando de que al día de hoy, a 75 días de la implementación de este modelo, cerca de dos mil 30 asuntos denunciados han sido realizados por los policías estatales y municipales en el propio lugar de los hechos, es decir 27% del total. Hoy, se puede decir, hay un incremento de las denuncias superior al 20%, lo que significa un abatimiento de la cifra negra.

¿Qué es lo más importante de este tema? No es que haya más delitos cometidos en Querétaro. La traducción es muy simple, hay más denuncias de los delitos que se cometen en Querétaro.

Esto significa que se está facilitando al usuario un mecanismo esencial para la confiabilidad, para la credibilidad, pero también para que haya resultados de la autoridad; y que es el mecanismo de la denuncia a partir de dos esquemas muy simples: uno, hacer posible la denuncia en el lugar de los hechos, y dos, que las denuncias en las unidades de fiscalía tengan un promedio de duración de 30 minutos. Antes de esto, el promedio de duración de una denuncia en Fiscalía estaba entre las tres y cuatro horas, y ya con los testigos llegaba hasta seis horas. Hoy están reducidos a media hora los tiempos para las denuncias en las unidades de fiscalía y a media hora las denuncias con los policías, a través de un sistema informático que es único en el país.

¿Qué debe hacer la autoridad para que la denuncia sea realmente atendida y se pueda abatir la impunidad?

Ahora viene la siguiente etapa. En el sistema tradicional cada una de esas denuncias implicaba un expediente de papel, que al no conocer quién era el responsable, inmediatamente se turnaba a un almacén de archivo y ahí se quedaba olvidado; esto no es justo para las personas que han confiado en el sistema de seguridad y de justicia, que han confiado en el estado, pero tampoco es justo para las personas que vuelven a ser afectadas porque un delincuente anda suelto. Realmente, el sistema tradicional es un sistema que provocaba un discurso de eficacia pero que en la realidad, instrumentalmente, no estaba destinado para eso.

¿Hoy que sucede con un sistema informático único? Sucede que ese sistema activa la atención y la asesoría jurídica a la víctima, el trabajo de las unidades especiales de la Fiscalía, como servicios policiales, periciales, policía investigadora; pero también, un tema muy importante, como vaya avanzando el tiempo se va a ir consolidando y esperamos que los resultados sean muy visibles, muy patentes hacia el final de este año. Toda esa información ya no se va a guardar en papeles, toda esa información se sistematiza y queda archivada para análisis de inteligencia y que puedan determinar tanto patrones conductuales como cuestiones de referencia delictiva, que permita tomar acciones puntuales, asertivas respecto de prevención del delito, operaciones policiales y, sobre todo, tener eficacia. Tenemos muy claro que la correspondencia del robo no corresponde al robo de un delincuente, es decir, no hay tantos delincuentes como el número de robos que se cometen, lo que tenemos claro es que en este tipo de delitos, en el que se manifiesta mucho la cifra negra, un delincuente es responsable de varios robos, entonces este tipo de desarrollo nos va a permitir ser puntuales y detener a delincuentes seriales y, con esto, en automático se va a percibir que el delito está bajando sensiblemente.

¿Qué necesitamos para que esto se vea?: aparte de realizar un trabajo de gabinete, de inteligencia, de operación coordinada, que la gente denuncie. ¿Y que hemos hecho para que la gente denuncie?: hacer accesible el proceso de denuncia, acortando los tiempos y evitando que se traslade al menos 27% de los casos.

¿Cómo hacer para que este nuevo sistema permee en el ciudadano común, siempre tan desconfiado de las autoridades?

Será el tiempo el que consolide la transmisión de información, a través del mensaje de persona a persona, a través de los medios de comunicación y, sobre todo, el propio actuar policial, de los fiscales, de las áreas de seguridad coordinadas, el que vaya cada vez más permeando no un mensaje, sino un ejercicio de cómo se trabaja. Nosotros estamos viendo todo eso y hoy la gente se siente sorprendida que al terminar la denuncia recibe en su teléfono celular un aviso con el número de expediente que se le asignó, y a partir de ese número tiene mecanismos de internet y de telefonía por el cual puede estar consultando y ser informado en su carácter de víctima de lo que está pasando. El servicio de atención al ciudadano en materia de administración de justicia debe ser eficiente, humano y sensible.

Cuando hablamos del tema de seguridad, no estamos hablando de un servicio, estamos hablando de un derecho, una condición para vivir en sociedad, una responsabilidad del estado para generar el desarrollo, la paz y el que cada persona haga su propio proyecto de vida.

¿Cuál va a ser el mayor desafío con el uso de las tabletas? Hay grandes zonas del estado donde no hay conectividad.

Cosmos se construye no sobre los modelos que habían regido a nivel nacional, sino que se crea un proyecto adecuado a la zona metropolitana de Querétaro. Esto se hizo analizando los procesos de demanda: ¿A qué va la ciudadanía a una agencia del Ministerio Público?. El 48% iba a denunciar robos; 27% a denunciar asuntos en donde conocía al responsable, había tenido algún enfrentamiento, eran asuntos en donde era perfectamente negociable su problemática; un 9% se trataba de asuntos donde intervenían unidades especiales, robos y homicidios, y un 12% restante correspondían a accidentes viales. Si el 48% son robos y las personas no conocen al momento de denunciar quién es el autor, pero 80% de la zona metropolitana tiene cobertura de internet, lo que quieres es fomentar la denuncia, entonces diseñas un sistema informático para que en el lugar de los hechos denuncie y las denuncias en la Fiscalía se reduzcan. Por eso, en la zona metropolitana, Cosmos tiene como herramienta de gestión un sistema informático, pero es una herramienta, no es el modelo.

Cuando nos trasladamos y empezamos el diagnóstico para rectificar la primera y segunda gradualidad que hizo la administración pasada, encontramos 15 municipios con resultados donde lo mejor que nos pudo pasar es aprovechar los errores para no volverlos a cometer.

Es evidente que Cosmos ahora tendrá una adaptación: habrá Cosmos zona sierra, Cosmos zona semi desierto, Cosmos zona San Juan y un Cosmos zona sur, porque si usamos como ejemplo el Cosmos zona sierra, vamos a encontrarnos con dos elementos básicos que tenemos bien determinados en este proceso. El primero, no hay manera de tener internet en la sierra, y si apostáramos un Cosmos semejante al de la zona metropolitana, no lo podríamos tener en muchos años, y además a un costo elevado.

Hay otra cuestión por la cual Cosmos metropolitano no será como Cosmos zona sierra: en el 52% de los asuntos en la sierra hay una disputa previa entre los participantes, son asuntos donde hay que apostarle a los medios alternativos de solución de conflictos, son asuntos donde lo primero que se tiene que hacer es seleccionar al mejor perfil. Para esto creamos una herramienta psicológica única en este modelo a nivel nacional, que determina las habilidades y cualidades físicas y actitudes éticas de las personas, no me refiero al perfil administrativo, me refiero a que una persona tenga condiciones para desempeñar un determinado rol. Primero seleccionamos a las personas por sus habilidades; segundo lo capacitamos en términos de lo que va a tener que realizar para cumplir con su función —algo muy importante, el modelo académico lo capacitamos para resolver problemas— y, en tercer lugar, se le generan las condiciones adecuadas para que pueda cumplir con esa función.

¿Qué necesitamos de la informática en la zona sierra?

No necesitamos un sistema de conectividad que genere un servicio en tiempo real, necesitamos un sistema informático de administración de información, necesitamos operadores más que analíticos de temas de investigación delictiva, que tengan habilidades para la conciliación y para el diálogo, que conozcan el contexto, a la gente, los climas de violencia que hay en las comunidades. Los principales delitos de la sierra son aquellos en donde existe una disputa previa, como problemas de tierra del orden familiar, lesiones, reyertas antiguas que terminan con familias peleando con familias.

¿Cuáles son los principales errores que cometió la administración pasada durante la implementación del nuevo sistema de justicia penal?

Hubo particularmente tres grandes errores. El primero fue la falta de voluntad política, porque solamente se pretendió trabajar para cumplir con los formatos y los calendarios que el sistema nacional establecía para la implementación. El segundo es que quien se encargó de la implementación, al tener sólo una visión de cumplimiento burocrático, lo único que le interesó fue enfocar sus baterías en hacer cursos, y una cosa es hacer cursos y otra es capacitar a las personas. El tercero fue que el modelo de gestión adoptado fue extrapolado de otras entidades, fue un collage de distintas prácticas que nada tenían que ver con la sierra, con San Juan del Río, con Amealco, incluso la terminología y los procedimientos, se adoptó un procedimiento de atender a las personas y tramitar sus asuntos sin tener el más mínimo conocimiento respecto a la realidad donde se estaba operando.

Esto se tradujo en un dispendio de recursos, en una pérdida de tiempo, pero lo más importante es que, si se revisan las encuestas, subió el número de delitos denunciados y bajaron las detenciones. Si se tienen más delitos y bajan las detenciones, entonces se está haciendo mucho más grande el trámite entre el delito y el castigo y le estamos abriendo la puerta a la impunidad. Ésta erosiona a las instituciones y la confianza de la ciudadanía, es el estado de coma de una institución, de un Estado, por no atender problemas de fondo, estructurales, que empiezan siempre con la corrupción.

Cuando se dio a conocer la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG), del Inegi, y Querétaro apareció con el peor transporte público del país, usted declaró que estaban barriendo todo lo que dejó la administración pasada. ¿Realmente encontraron al estado en una situación tan desastrosa?

En primer lugar, se perdió esta capilaridad con la sociedad, la autoridad dejo de tener un contacto real con la sociedad, los líderes dejaron de ser verdaderos enlaces con la gente; cuando no existe esta capilaridad, cualquier programa social o no llega a donde debe de llegar o las demandas de la ciudadanía no son escuchadas, por eso la gran necesidad de hacer alianzas con los líderes reales.

En segundo lugar, se relajó la disciplina impresionantemente en los cuerpos policíacos. Por eso nos han costado mucho trabajo los procesos de depuración policiaca, por eso hay sanciones administrativas. Hay un caso de un jefe policial que simula su jubilación, el señor hoy enfrenta un proceso judicial por falsificación de documentos elaborados para acreditar una antigüedad laboral que no tenía, y era un jefe policial encargado de mandar policías para cuidar a la gente, y hoy está procesado por mentir para obtener su antigüedad laboral. Ese es un ejemplo, y sobre ese ejemplo podemos encontrar muchísimos más casos que revelan el nivel pernicioso, del relajamiento de la disciplina y el orden en los cuerpos policiales.

Otro rubro importante es que, al no haber una voluntad de aplicar la ley, reinó el poder fáctico, el poder de las calles, el poder de la conveniencia, ya no política sino grupal, porque la política es que las cosas sucedan en beneficio de todos, pero cuando no hay una voluntad política que aplique la ley sino de someterse al ejercicio convenenciero de grupos de poder, entonces no tienes voluntad política, no tienes instrumentos para hacer aplicar la ley y pierdes la capilaridad con el tejido social.

Si todo esto se suma, tienes una explicación muy clara del porque hoy tenemos problemas estructurales que necesitan forzosa y necesariamente un diagnóstico, un diseño estratégico, un tiempo necesario para llevar a cabo todo este trabajo y, evidentemente, una evaluación periódica de los resultados esperados.

¿Cuáles han sido los mayores retos en estos meses de gobierno?

El primero, así tajante, es el reto de la inseguridad, si no hay policías comprometidos, si hay policías que simulan ser policías, que anteponen su interés particular al social, pues no pueden ser gente que ofrezcan la vida por los ciudadanos. Ese es un campo muy permeable para amenazas tan evidentes como la delincuencia organizada que está aquí a unos kilómetros en Guanajuato, en Michoacán, en San Luis Potosí y en Hidalgo. La primera gran acción que se dio fue detener el avance de la delincuencia organizada en el estado, esa amenaza era urgente atenderla, ese fue el primer ejercicio para después estar en condiciones de iniciar un proceso de depuración; enseguida un proceso de diagnóstico que es el programa de seguridad, pero también de diseño estratégico, que es lo que contiene el programa de seguridad y el diseño estratégico que es Cosmos. En términos de seguridad hoy, todos los días los operadores de las instituciones se levantan sabiendo qué van a hacer ese día, ya hay plan, ya hay programa, ya hay tarea, ahora lo que esperamos es que ese grupo empiece a dar los resultados que la ciudadanía espera.

Estamos trabajando con el tema del desarrollo político, de la conciencia del civismo; en el mismo sentido está el gabinete de desarrollo social, el gabinete de economía, de infraestructura, evidentemente la temática y la profundidad de los problemas hace que los avances tengan distinto tramo de camino, pero al final de cuentas, ese es la esencia del trabajo que está realizando la administración del gobernador.

¿Cuáles son las mayores fortalezas que ha mostrado el gobierno estatal y también las mayores debilidades?

La principal fortaleza en estos 10 meses, es un gobernador que no ha perdido la sensibilidad de estar cerca de la gente, que sabe perfectamente bien qué quiere para el término de su administración, que sabe cuál es el legado que va a dejar y que ha integrado un equipo de personas que le debemos cumplir las tareas que nos ha encomendado.

Y las debilidades son derivadas de problemas de orden estructural, que existen por el abandono, por la poca importancia que se les dieron, pero también porque existen problemas de orden global, como el tema económico; porque existen problemas del orden nacional, como el educativo. que necesariamente afectan y hacen que los proyectos que se construyen a nivel local y estatal no tengan el avance y no tengan toda la fortaleza que quisiéramos. El problema de atender una deficiencia estructural es que está en los cimientos y no se ve, es lo que la gente no percibe, y si no tienes un buen cimiento cualquier cosa que hagas será demagogia.

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