Para el doctor Lorenzo Pozos, participar en la peregrinación durante 25 años ha sido una experiencia de devoción intensa, de paz y de satisfacción, en especial para él porque desempeña una doble misión: acudir cada año a dar gracias a la Virgen de Guadalupe y aliviar los males físicos de los devotos que se suman a la tradición.

Lorenzo Pozos inició como un peregrino más que cada año se daba un espacio para acudir a la Basílica y demostrar su fe por la Virgen Morena; más adelante tuvo la oportunidad de acompañar a los peregrinos ejerciendo su profesión, junto con docetas de paramédicos y voluntarios de la cruz Roja, atiene diariamente a cientos de peregrinas y peregrinos que buscan aliviar sus dolores para continuar su trayecto.

“Son incontables las experiencias que deja una peregrinación, ver cómo ha crecido la comunidad de peregrinos, cómo ha incrementado la atención médica para facilitar que todos puedan llegar a la Basílica para mi es algo muy satisfactorio”

El médico asegura que en estos años ha sido básico prevenir a los peregrinos de alimentarse correctamente, consumir agua en todo momento y apoyarse de los sueros orales para evitar las deshidrataciones, en su larga experiencia como doctor de los peregrinos, ha atendido padecimientos de salud graves y otros menos severos, ya que todos los fieles merecen atención por igual.

La participación médica de Lorenzo Pozos en la peregrinación le permite año con año seguir visitando la Basílica de Guadalupe, con la finalidad de agradecer por las experiencias buenas y malas de la vida, solicitar salud para él y los suyos, además de pedir a la Virgen que le permita volver cada año, como ya es costumbre, a su encuentro a través de la peregrinación.

Nuevas generaciones se suman. Cruz Tereso Hernández se hace acompañar como cada año por su hermano, hijo y nietos a la peregrinación, este año cobra especial importancia, la presencia del pequeño Santiago, que cuenta con tres años de edad ha sido sumado a esta importante tradición.

Provenientes de Cadereyta, la familia Hernández tiene más de 25 años participando en la peregrinación, algunas veces alguno de los varones falta al llamado, pero al año siguiente retoman la tradición de andar desde tierras queretanas hasta la ciudad de México, para agradecer a la Virgen de Guadalupe.

Daniel Hernández González, el hijo de don Cruz Hernández, y le acompaña a su vez Jesús Manuel Hernández, quienes forman parte de esta familia que parte hacia la Basílica; un miembro más pequeño de la familia se les ha unido este año, quien por ocasiones se ve animado pero también sufre el cansancio del trayecto; los hombros de su abuelo y su padre le permitirán llegar puntual a la cita con la Virgen.

Aunque para la familia Hernández resulta algo cansado llevar al menor en el largo trayecto, aseguran estar satisfechos por incluir a los más pequeños en la peregrinación, con la esperanza de que Santiaguito crezca junto con su devoción a la Virgen de Guadalupe.

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