Más Información

Felifer Macías celebra a las mamás en Reforma Lomas y reconoce su papel como pilares de la sociedad queretana

Banorte continúa su expansión en Querétaro, con la apertura de su sucursal número 17 en la Zona Metropolitana

“Quien violente el reglamento enfrentará consecuencias”, Felifer Macías lanza advertencia a motociclistas tras operativo
Sin lograr contar con permisos para operar por parte de la autoridad y sin que se muestre interés para abordar el tema —al menos en el municipio de Querétaro— el movimiento de los food truck, que hace tres años comenzó a cobrar fuerza en el estado, podría apagarse.
Quienes apostaron a este modelo de negocio han optado por operar en espacios privados, la mayoría de las veces cerrados, ante la imposibilidad de poder ofrecer sus servicios en la vía pública. Se trata de lugares conocidos como food truck park, no obstante, la renta de estos espacios ronda, al menos, los seis mil pesos mensuales por unidad, lo que es percibido como costoso por los dueños de los camiones.
“En cuanto a la regulación estamos más atorados que nunca porque en municipio nos ve como ambulantes”, lamenta Cristina Becerra, presidenta de la Asociación de Food Trucks de Querétaro, a quien le parece injusto que se trate a estos comercios de la misma forma que a los negocios ambulantes.
El gremio ve complicado que el tema registre algún avance, al menos durante la actual administración municipal de Querétaro. “Casi empezando el año nos llamaron de Centro Cívico porque supuestamente iban a hacer un mercado emprendedor en el área de Álamos. Metieron los camiones, nos dijeron que querían apoyar, y cuando se iba a hacer la segunda edición lo cancelaron porque municipio dijo ‘no quiero; es fomentar la informalidad’”, comenta Becerra.
Refiere que de igual forma ha habido algunos otros eventos en los que los contactan para que ofrezcan el servicio de comida pero por parte de municipio no autorizan que acudan.
Cristina expone que “nosotros lo que queremos es trabajar. No estamos robando ni estamos haciendo absolutamente nada malo. Al final del día pagamos impuestos y somos una cosa completamente diferente a todos los carritos que venden comida en la calle, pero ellos sí pueden estar. Esa ha sido siempre la lucha. Por qué yo no puedo estar y ellos sí”.
El grupo liderado por Becerra percibe que, contrario al municipio de Querétaro, en Corregidora hay mayor apertura en cuanto al tema de los food truck. La presidenta de la asociación plantea que inclusive en un evento celebrado con motivo del Día de la Juventud el propio municipio solicitó camiones y ofreció apoyos económicos para los participantes.
Cristina refiere que por parte de la Asociación de Food Trucks de Querétaro existe disposición para sentarse a dialogar con las áreas de protección civil, tránsito y demás dependencias que correspondan a fin de determinar la mejor forma en que podrían operar estos negocios sin infringir la ley.
“Vemos mucho más beneficioso pagar un impuesto o un permiso que tener estacionada toda nuestra inversión, que es muy alta, o acabarla rematando, y eso es lo que están haciendo muchos camiones”
La cuestión cobra relevancia al apuntarse que las inversiones para equipar los camiones van desde los 100 mil hasta el millón y medio de pesos, dependiendo del modelo de la unidad, el equipamiento, el concepto de negocio, el producto que se ofrece y las adecuaciones que se le vayan haciendo al camión.
“Algo que cuidamos mucho en la asociación es que todos los camiones cumplan incluso con los requisitos más mínimos de protección civil, porque imagínate una mini explosión en un camión, si estamos cinco juntos, ya nos llevó la tostada, más toda la gente que esté en las inmediaciones. Lo que menos queremos es correr peligro nosotros o la gente que esté ahí parada”.
El movimiento en Querétaro. Se estima que en Querétaro operan actualmente alrededor de 80 food trucks, de los cuales 15 están afiliados a la asociación.
El movimiento comenzó a cobrar auge en el estado hace aproximadamente tres años, y en ello influyó el hecho de que a través de medios de comunicación (principalmente programas de televisión por cable) se dieron a conocer casos de éxito de diferentes food trucks, principalmente en Estados Unidos.
“El primer food truck que llegó a Querétaro lo hizo hace como tres años, y fue Me Bagel, que ya lo vendieron, y a los meses abrí yo el mío. En una ocasión me invitaron a una feria del queso y el vino, y me dijeron que iban a ir algunos food trucks de la Ciudad de México. Resulta ser que habían otros dos de Querétaro. Esos tres camioncitos empezamos la asociación y de ahí empezamos a jalar más y más camiones”.
Según Becerra en el estado el gremio se ha encontrado con un público diferenciado por constantemente exigir productos novedosos. “Para la gente de Querétaro los food truck ya no son novedad sino algo del día a día. El mercado aquí es mucho de novedades”.
Asegura que para personas que no se dediquen a la comida es muy complicado que permanezcan en el negocio pues “es muy sufrido y no siempre se tienen ganancias”.
La Asociación de Food Trucks de Querétaro busca renovarse para impulsar nuevamente la operación de camiones en ambientes que garanticen una convivencia sana.