Dedicado a la administración pública y actividades políticas, Gerardo Proal descubrió una inexplicable pasión por la fotografía. El queretano de 52 años relató las motivaciones que lo llevaron a tomar instantes.

“Fui a un curso de fotografía y aprendí cuestiones básicas del encuadre. A finales de 2004 comienzo a tomar fotos y archivarlas; ha venido creciendo a una velocidad impresionante”, señaló.

Desde hace ocho años decidió adentrarse con mayor ahínco al tema de la fotografía, recuerda que únicamente tenía conocimientos básicos que le había dejado su pase por un par de talleres. Pero formalmente no se había desempeñado como fotógrafo.

“Concluyendo mi etapa de la política decidí dejar las actividades públicas, me dediqué a impulsar un programa en el tema de responsabilidad social —el cual estuvo vinculado con el arte y la cultura—“, añadió.

Aunque desde su juventud aprendió primordiales aspectos de la fotografía, fue hasta que dejó la actividad política cuando: “De ahí retomo la afición que tenía desde joven, la de la fotografía, había aprendido a revelar en blanco y negro —conocí cosas muy básicas— no me había adentrado con toda la emoción y la pasión con que lo hago hoy día”.

El gusto de Gerardo por la fotografía lo ha llevado a exponer sus obras en territorio nacional, local e internacional; lo que suma alrededor de ocho exposiciones durante su andar fotográfico.

Arquitectura, flora, fauna, personajes, paisajes y abstracción son algunas de las colecciones que albergan su obra, pero destacó que su afán principal son las fotos que captan la naturaleza.

Relató que el surgimiento de la fotografía digital fue indispensable en su formación como fotógrafo: “No fue sino hasta que conocí la cámara digital —que ya era otra tecnología, sin desconocer la análoga— pero fue cuando ya me quise dedicar con mayor profundidad al tema de la fotografía y que se ha convertido en una verdadera pasión”.

Como germinado de su pasión, Proal estableció una galería, espacio que ha puesto a disposición de diversos artistas, mismos que han expuesto sus obras en dicho sitio. La galería está por cumplir dos años de su apertura y surge como una iniciativa de fotógrafo para propagar el disfrute y la pasión que congrega en cada imagen.

“Como fotógrafo llevo ocho años. Es un proceso de transformación muy importante para mí, el cual estoy tratando de compartir”, relató.

El mayor impulso que el apasionado fotógrafo recibió fue por parte de sus primeros espectadores: “Hasta que un amigo me dijo oye porque no haces una exposición (…) Vi un área de oportunidad y de ahí comencé a tomarlo más en serio, pero ha sido una evolución muy interesante para mí”.

Su pasión fotográfica le ha permitido descubrir que la fotografía es más que capturar un instante, es la posibilidad de revelar emociones y relatar historias: “He ido descubriendo el tema de las emociones y en un momento dado narro historias completas”.

En 2007 enmarcó la primera exposición de Proal, ese momento lo define como un atrevimiento: “Me atreví a exponer por primera vez, justamente en ese momento las fotografías comenzaron a agradar, no sólo a mis personas cercanas —que era muy obvio que les iban a agradar— sino que hubo un poquito de suerte y de alguna forma con los visitantes, de ahí comencé a tomarlo más en serio”.

Desde entonces la fotografía se ha convertido en un escape de la cotidianidad para Gerardo Proal.

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