El secretario de Salud en el estado, Mario Cesar García Feregrino, informó que en lo que va del año se han registrado 60 defunciones por neumonía, enfermedad asociada a la temporada invernal.

Los grupos más vulnerables son los menores de 5 años y personas mayores de 65 años de edad.Explicó que el deceso de personas, derivado de neumonías ha ido a la baja.

En el 2011 se reportaron 92 muertes, pero años atrás se llegaron a registrarse entre 140 a 180, abarcando los primeros meses de cada año, que es cuando se reportan las más bajas temperaturas.

“Cada vez son menos los que fallecen por neumonía, el año pasado fueron 92, en este año van 60, creemos que vamos a la baja, en años anteriores llegaban a ser 140-180 defunciones; creemos que esto es el efecto, el hecho de que la ciudadanía acuda con mayor frecuencia a los centros de salud, ya que al acudir cuando se presenta una enfermedades respiratorio aguda disminuye la complicación de la neumonía y disminuye por consecuencia las defunciones “, dijo Mario César.

La neumonía es un tipo de infección respiratoria aguda que afecta a los pulmones que están formados por pequeños sacos, llamados alvéolos, que —en las personas sanas— se llenan de aire al respirar.

Los alvéolos de los enfermos de neumonía están llenos de pus y líquido, lo que hace dolorosa la respiración y limita la absorción de oxígeno.

La neumonía es la principal causa individual de mortalidad infantil en todo el mundo. Se calcula que mata cada año a 1,2 millones de niños menores de cinco años, lo que supone el 18% de todas las defunciones de niños menores de cinco años en todo el mundo.

Diversos agentes infecciosos; virus, bacterias y hongos la provocan. La neumonía puede propagarse por diversas vías. Los virus y bacterias presentes comúnmente en la nariz o garganta de los niños, pueden infectar los pulmones al inhalarse.

También pueden propagarse por vía aérea, en gotículas producidas en tosidos o estornudos. Además, la neumonía puede propagarse por medio de la sangre, sobre todo en el parto y en el período inmediatamente posterior.

Los síntomas son: respiración rápida o dificultosa, tos, fiebre, escalofríos, pérdida de apetito, sibilancia (más común en infecciones víricas).

En casos de neumonía grave, los niños pueden presentar tiraje subcostal; es decir, depresión o retracción de la parte inferior del tórax durante la inspiración.

En lactantes muy enfermos, la neumonía puede ocasionar incapacidad para consumir alimentos o líquidos, así como pérdida de consciencia, hipotermia y convulsiones, por lo cual se debe acudir al médico.

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